En el día de ayer, frente a las escalinatas de la Cámara Federal de Apelaciones, en la Ciudad de La Plata, se llevó adelante la concentración en repudio a la posible concesión de prisión domiciliaria para el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz.
Alrededor de las diez horas comenzó la conferencia de prensa donde la Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas tomó el micrófono y saludó diciendo: “pasaron 40 años, seguimos luchando”. Continuó sus palabras haciendo énfasis en que los presentes, tanto organismos de derechos humanos, ex detenidos, familiares y quienes se acercaron al encuentro, “nunca pedimos venganza, todos luchamos en la calle”.
En su intervención recordó que “los crímenes que se cometieron en nuestro país, son de lesa humanidad, que no prescriben, que no se olvidan y que con el tiempo no se pueden borrar. La cárcel es un camino, la devolución de nuestros hijos, hijas, no será pero nosotros no queremos nunca más que se repitan”.
Denunció, así, a la avanzada sobre las conquistas en materia de derechos humanos, con la reinstalación de la Teoría de los dos demonios, de la aberrante postura impuesta por el gobierno de turno acerca de la “sin razón” del requerimiento de la cárcel común, perpetua y efectiva para los genocidas pero que “sin embargo todos, los que estamos acá, los que no pudieron estar, vamos a seguir con los brazos en alto luchando por la verdad y la justicia”.
Cortiñas recordó la implicancia del genocida Etchecolatz en la primera y segunda desaparición de Jorge Julio López, a casi diez años de aquel 18 de septiembre en el cual no se volvió a ver al testigo clave en el juicio del Circuito Camps, donde “nos quedó pendiente saber qué pasó con él”.
Hacia el final de su intervención remarcó que “tenemos que seguir luchando para decir no a la impunidad, para decir que no olvidamos y que no perdonamos” y que los genocidas deben estar en “cárcel común, perpetua y efectiva”. |
