La Izquierda Diario entrevistó a distintas referentes y periodistas, especialistas en temas de mujer y diversidad, sobre el caso de Belén. En este caso, reproducimos las opiniones de Marta Dillon de Página/12.
LID: ¿Cómo ves la campaña de #LibertadParaBelén?
M. D.: Celebro que haya una campaña y que sea en la calle. Deberíamos multiplicarla por otros medios, generando opinión crítica en otros actores y actrices de nuestra realidad cotidiana. Evidentemente debemos generar conciencia con la multiplicidad de voces lo más amplia posible. Es urgente que Belén esté en libertad y que se visibilice el modo en que se criminaliza a sus mujeres cuando quieren decidir sobre sus cuerpos. El caso de Belén ni siquiera fue éste; ella fue presa luego de sufrir un aborto espontáneo. Pero lo que está detrás es eso, la criminalización a las mujeres que deciden, que decidimos, sobre nuestros cuerpos.
LID: ¿Qué opinión te genera el rol de la justicia?
M. D.: La justicia en el caso de Belén, como en muchísimos otros casos, tiene el rol disciplinador. Tiene el rol de aplicar de la manera más conservadora las leyes. Sabemos que ahí hay resabios donde se juegan nuestras vidas: tanto en casos que tienen que ver con el aborto no punible, donde no debería intervenir la justicia, y sin embargo interviene y hace caso omiso de la sentencia de la Corte Suprema de 2012. También éste es el rol que cumple en casos de violencia de género, de abuso sexual infantil… la justicia es u núcleo conservador que tiende a normalizar, a disciplinar y mantener un status quo donde la mujer tiene un rol reproductor y no mucho más.
LID: El proyecto de legalización del aborto ya fue presentado seis veces. Macri dijo recientemente que se opone al mismo. ¿De qué forma creés que debe seguirse la lucha por Belén y por la Interrupción Voluntaria del Embarazo .
M. D.: El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo fue cajoneado por falta de voluntad política y falta de alianzas inter-bloques entre quienes se supone que están a favor de la legalización del aborto. Porque esto se declama pero después, en el Congreso, no se vota ni se discute. Ni siquiera llega al recinto esta discusión. La verdad que es indignante. De una vez por todas, las mujeres –pero también los varones- que están en el Congreso, deberían apelar a su libertad de conciencia y acción, y dejar de seguir lo que indiquen los partidos. Y dejar de temerle a la Iglesia Católica. Es urgente que esto se trate en el Congreso y se convierta en ley de una vez. Creo que hay que seguir buscando la más amplia diversidad de voces, de opiniones críticas y seguir estando en la calle. Hay que seguir construyendo unidad en este sentido y dejar de discutir sobre si hay vida o no y empezar a poner el foco en la autonomía de las mujeres. Las mujeres necesitamos decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra capacidad reproductiva. También, por supuesto, es fundamental un cambio cultural profundo y quitar este mandato de ser madres como si fuera un deseo “natural” de todas las mujeres. Esto parece algo obsoleto pero persiste.
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