En las últimas semanas asistimos a un derroche de frases de Macri que generaron repudio desde absolutamente todas las organizaciones de derechos humanos. Ante la combinación de ignorancia y desprecio por la lucha por la verdad la memoria y la justicia, la repercusión fue total y todavía resta ver cual será el costo político. Y es que las frases “no se si fueron 30.000” y “guerra sucia” juntas en una misma conversación hasta el momento sólo se le adjudicaban a Pando. Pero las dijo el presidente de la Nación.
Asi las cosas, desde la cárcel para Milagro Sala, las domiciliarias para varios genocidas, la casi detención a Hebe, parece que la crema del gorilismo y los sectores más reaccionarios están envalentonados. Y la realidad es que si hoy se sienten tan seguros, es porque siempre gozaron de buena salud. Sobre todo el empresariado impulsor de las políticas de exterminio contra los trabajadores y la juventud organizada en los 70’s.
El intento de convertir a las fuerzas armadas en colaboradores y protagonistas del hospital forma parte y es un capítulo más de esta política de reconciliación. Hoy denunciar, repudiar y lograr frenar esa actividad se ha convertido en una parada fundamental.
Al respecto, conversamos con Alejandrina Barry.
“Ya es escandaloso que en hospital público, lugar donde se brinda cuidado a los sectores más vulnerables de la población se intente realizar un acto dirigido por las mismas instituciones militares que aún deben ser juzgadas por genocidas. Pero a eso hay que agregarle que es en un hospital donde funcionó un centro clandestino de detención, donde fueron secuestrados y torturados compañeros trabajadores que lucharon contra la implementación de políticas económicas que favorecían a los sectores de capital más concentrado y al imperialismo, que son esos responsables civiles que ningún gobierno quiso juzgar. Y encima en el día del niño. En el jardín de los hijos de los trabajadores, donde acudieron los hijos y los nietos de los compañeros desaparecidos del hospital.
Esto se enmarca en una brutal profundización de la política de reconciliación con las fuerzas armadas, con ministros que han relativizado los alcances del genocidio, con “domiciliarias” injustificadas a genocidas, con ministros como Garabano reuniendose con personajes como Cecilia Pando, y la lista sigue.
Desde el CeProDH repudiamos el hecho, le exigimos a la dirección que cese en su intención de llevar adelante este acto y le exigimos que respete la memoria de los trabajadores del hospital, de los 30000 y de los cientos de niños que fueron separados de su familia, apropiados por genocidas y que hoy deben buscar su propia identidad porque ninguno de los gobiernos democráticos tuvo la decisión política de abrir todos los archivos clasificados de la dictadura.”
Alejandrina Barry es hija desaparecidos. Dirigente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y militante del PTS. Es la principal querellante en la causa “Editorial Atlántida” por la utilización de su imagen en un relato contra sus padres asesinados por la dictadura, contra el entonces director Chiche Gelblung. Hoy es impulsora de un encuentro nacional contra la criminalización de la protesta, la represión y la impunidad en San Salvador de Jujuy para la primer semana de septiembre.
Por la memoria de Daniel Eduardo Calleja, Eduardo Carla Salas, Jacobo Chester, Osvaldo Fraga, María Esther Goulecdzian, Ignacio Jesús Luna Sánchez, Josefina Pedemonte, Julio Quiroga, Jorge Roitman, Nené Cairo y María Teresa de Cuello. Compañeros detenidos desaparecidos PRESENTE. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. | 
