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La Izquierda Diario
16 de agosto de 2016 Twitter Faceboock

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN
¿Qué hay detrás de los detractores del ingreso irrestricto a Medicina en la UNT? (I)
Juan Paz | Médico (Universidad Nacional de Tucumán)

El ingreso irrestricto a facultad de Medicina puso en debate su potencial impacto negativo en la calidad de atención médica. Sin embargo optamos por debatir esta situación.

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El debate abierto en el claustro universitario del consejo superior de una UNT por la aprobación del ingreso irrestricto en medicina también se trasladó a la esfera de la opinión de los médicos. Una carta publicada en La Gaceta y firmada por 83 médicos y profesores de la facultad hace mención a un rechazo rotundo, en la expresión concreta de “Lo aprobado por la Honorable Asamblea sólo agrega a una ya atribulada sociedad, más facilismo, más demagogia, menos calidad y, sin dudas, menos educación, por lo que rechazamos enérgicamente esa decisión”. Pero ¿a qué se refieren a la “atribulada sociedad”, “el facilismo”, “la demagogia”, “la menor calidad de atención” y “la menor educación”?

La atribulada sociedad tucumana y una aproximación a la realidad sanitaria de la provincia

Partiendo de las estadísticas oficiales (1) elaboradas en el 2015 por el ministerio de salud y la OMS (y considerando que no son cifras que reflejan fehacientemente la realidad) permiten obtener una aproximación al diagnóstico de las necesidades de salud de nuestra población.

El 16.4% de la población de Tucumán tiene necesidades básicas insatisfechas, es decir que carecen de agua potable o una correcta eliminación de excretas, hacinamiento, analfabetismo, con ingresos económicos insuficientes. La provincia tiene un promedio de 3.5 médicos cada 1000 habitantes y 3 camas disponibles por cada 1000 habitantes. 35 establecimientos con internación para la población sin cobertura, es decir el sector más vulnerable ya que el 36.5% de la población no tiene cobertura por obra social o un plan privado de salud. En estas cifras se puede obtener una fotografía estructural del sistema. Sin embargo es necesario observar el funcionamiento del mismo.

Por ejemplo, un paciente sin cobertura debe realizar colas interminables para obtener un turno diferido aproximadamente a los 3 meses ya que todos los consultorios externos y las guardias de los hospitales están sobresaturados. Se puede hacer la experiencia de tratar de conseguir un turno por consultorio externo y en el caso de tener una patología de urgencia donde muchos pacientes están hacinados sin disponibilidad de cama.

Funcionalmente, los hospitales tienen deficiencias en la mayoría de los servicios ya sea por falta de infraestructura o falta de recursos humanos y de servicios generales. De esta forma se obtiene una deducción real de la conclusión en que el sistema público está colapsándose debido a la falta de inversión y control de los recursos. Lamentablemente ocurriría una doble catástrofe si ocurriese un accidente masivo por algún desastre natural debido a que el sistema público no cuenta con recursos suficientes para afrontar un problema de tal magnitud.

En lo que respecta al subsector de las obras sociales debemos mencionar como ejemplo al Subsidio de Salud. Obra social con la que cuentan la mayoría de los empleados públicos, y la cual tiene un funcionamiento similar. Colas interminables, prestaciones que solo cubren el 50% del costo, tratamientos y estudios complementarios no cubiertos, etc. Lo grave también puede mencionarse cuando es necesario ingresar un paciente a una cama de terapia intensiva por el riesgo de muerte, donde los sanatorios exigen un depósito que ronda ente los 3 y 5 mil pesos. Institución que debería ser autárquica y controlada por los trabajadores, hoy esta intervenida por el gobierno.

El creciente costo de vida ha impactado directamente en la salud de la población por medio del aumento de los gastos en salud. A esto se le suma el problema que se genera cuando no hay disponibilidad de algún medicamento de los programas de salud vigentes. En estas condiciones adversas para mantener cualquier tipo de bienestar(2), es decir de salud, es donde se genera la verdadera tribulación de la sociedad tucumana.

El facilismo no es para los hijos de los trabajadores

Según el informe publicado por la UCA en la Argentina hay 13 millones de pobres(3). Las últimas estadísticas oficiales en la provincia se remontan al año 2010, sin embargo un informe emitido en el 2014 por el CIPPES(4) menciona que “la provincia de Tucumán presenta una tasa de pobreza del 34,75% (521 mil personas) y una tasa de indigencia de 5,32% (79 mil personas), mientras que, un año atrás, la tasa de pobreza era de 35,04% y la de indigencia 8,26%. En un año, en Tucumán se estima que no ha variado la cantidad de personas en condición de pobreza. A junio del 2014, la tasa de pobreza en esta jurisdicción era de 37,3% y la de indigencia de 6,79%”.

Lo que hay que preguntarse es que cantidad de esta población accede a la educación universitaria en estas circunstancias. El último documento estadístico provincial disponible es del año 2013(5). Según este informe la población joven de 20 a 24 años es de 142.000, y es la que debería estar en la universidad. Sin embargo tanto en la universidad pública como en la privada solo el 49% se encuentra cursando como alumno regular. De estos jóvenes en ese rango etario, el 40% de las mujeres y el 62% de los varones tienen trabajo según lo establecen las tasas de empleo. En promedio son 72.000 jóvenes los que trabajan, pero se desconoce cuántos de ellos también estudian en la universidad. Como dato interesante establece que 1.100 jóvenes, del mencionado total, terminan la universidad, es decir menos del 1%.

De acuerdo con estos datos es una falta de respeto hablar de “facilismo y demagogia” para los jóvenes que deben trabajar y costear sus estudios, y que durante toda su vida pagaron los impuestos para financiar la universidad pública. No se trata de facilismo, sino más bien de todo lo contrario, ya que un trabajador debe desembolsar una gran proporción de sus ingresos para enviar a sus hijos a la universidad. Como hemos demostrado, las condiciones sociales son una barrera primaria para el acceso a la educación superior, situación que no va a cambiar con el ingreso irrestricto.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a “calidad de atención médica”?

Calidad de atención médica está conceptualizada como la capacidad de los servicios de salud de dar respuestas aptas, adecuadas y en correspondencia con las expectativas, las necesidades, y las demandas de salud de una población determinada. Diversos autores, entre ellos Donabedian y Vouri, se han encargado de definir elementos operacionales para su evaluación(6) y garantía(7). La efectividad, la eficiencia, la adecuación y accesibilidad de los servicios, la calidad científico técnica y la satisfacción de los usuarios y prestadores son los componentes elementales de la calidad de atención. ¿Estos elementos mencionados se verán deteriorados con el ingreso irrestricto? Analicemos la situación.

La efectividad es el grado en el que se alcanzan las mejoras en relación con el actual desarrollo de la tecnología. Si bien durante los últimos años se vio un incremento en la tecnología médica en Tucumán, como la incorporación de un resonador en el Hospital Padilla o instrumentos para cirugías de alta complejidad; los centros de menor complejidad muchas veces no cuentan con elementos científicos acordes a las necesidades de esas poblaciones como instrumentos de diagnóstico o insumos terapéuticos, lo que determina la referencia de los pacientes, saturando a los hospitales principales de la ciudad. El ingreso irrestricto nada tiene que ver con este proceso.

En lo que respecta a la adecuación y la accesibilidad de los servicios basta con mirar las interminables colas en los hospitales para obtener un turno de consultorio externo y encontrarse en condición de riesgo de muerte para ser atendido con urgencia en las guardias. En el sector privado pasa algo similar y más cruel, ya que las consultas de urgencias rondan entre los 1000 pesos, y no es lo mismo tener cobertura con OSDE 410 que con Subsidio de Salud. Sin embargo debemos mencionar que la mayor concentración de médicos en las ciudades con relación al interior de la provincia es una muestra de la desigualdad de distribución de recursos, que tiene su raíz en la insatisfacción de muchos médicos que trabajaron en el interior en condiciones de precariedad, no solo laboral sino también de recursos.

La falta de recursos sublima a los pacientes y a los médicos y por lo tanto se establece una insatisfacción de usuarios y prestadores que es responsabilidad del gobierno y no de los alumnos que egresarían de la facultad. ¿Realmente el ingreso irrestricto va a empeorar esta situación?

(1) Disponibles en http://www.paho.org/arg/images/gallery/indicadores/Indicadores2015.pdf?ua=1

(2) “La salud como sinónimo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad” (OMS)

(3) Disponible en http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo68/files/2016-Obs-Informe-n1-Pobreza-Desigualdad-Ingresos-Argentina-Urbana-Resumen-Prensa.pdf

(4) Centro de Investigaciones Participativa de Politicas Publicas, Economicas y Sociales. Disponible enhttp://www.cippes.org/cippes-uploads/archivos/boletin_pobreza_dic_2014-_ok.pdf

(5) ANUARIO 2013. Disponible en http://estadistica.tucuman.gov.ar/ANUARIO2013/ANUARIO%202013.pdf

(6) Donabedian A. The definition of quality and aproaches to its assessment. En: Explorations in quality assessment and monitoring.Vol.I. Health Administration Press. Ann Arbor. Michigan.
1980

(7) Vouri, H. El control de la calidad de los servicios sanitarios. SG Editores. Barcelona 1988

 
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