Contradicción con la versión del Gobierno
Amplia repercusión mediática tuvo la visita de Macri a Mar del Plata el pasado viernes; no precisamente por la represión sufrida por las personas que se acercaron para hacerle saber su descontento, sino más bien por supuestas agresiones al auto en el que viajaba el mandatario presidencial y la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
No es esta la primera vez que, en el marco de la visita del Presidente, se llevan adelante represiones a metros del mismo con el objetivo de ocultar el nivel de descontento social
Según las declaraciones del fiscal general marplatense, Daniel Adler, en consonancia con la versión del Gobierno, “se habrían arrojado piedras”. El uso del condicional viene a demostrar que no hay nada dado por cierto en esta versión.
El fiscal agregó que “la investigación recién comienza y por ahora no hay detenidos”. Además, afirmó que habría un delito penal de por medio ya que hay “una afectación del desarrollo de un acto por parte de un funcionario público”.
La versión del Gobierno se revela inconsistente al momento en que el fiscal agrega que “en forma inmediata no podemos determinar los hechos” y que, a cuatro días de la visita presidencial, “por ahora no hay detenidos” ni procesados por lo supuestamente sucedido.
A la versión oficialista se le sumó, además de la falta de pruebas, otro revés que vino de la mano del propio jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, quien actualmente se encuentra denunciado por violencia de género, lo cual se suma a su largo prontuario dentro de la Bonaerense.
Bressi salió a contradecir la versión oficial y aseguró a los medios que "no hubo piedrazos contra Macri y Vidal. El Presidente fue agredido verbalmente por unas personas que querían manifestar su descontento”.
La victimización como herramienta de un Gobierno impopular
No obstante la falta de pruebas, el Gobierno aún habla de agresiones y la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich salió a confirmar que, a partir de ahora, el Presidente viajará en un auto blindado por “cuestiones de seguridad”.
Asimismo, ratificó que existirían filmaciones que confirmarían que uno de los presuntos ataques a piedrazos de parte de los manifestantes habría alcanzado el auto de Macri. Sin embargo la Justicia aún no recibió el codiciado material del que habla la ministra.
Ni el presidente, ni Bullrich, ni el fiscal Adler, ni el jefe de la Bonaerense, pueden otorgar pruebas de los supuestos piedrazos. Lo que indicaría que se trata de una operación política con el objetivo de justificar la represión ejercida y victimizar a la figura presidencial para avanzar en materia represiva a través de mayores operativos de seguridad.
Todo esto en el marco de la creciente impopularidad de la gestión de Gobierno, que crece a medida que se profundiza el malestar social provocado por el brutal ajuste que viene llevando adelante.
De la represión policial no se habla
Por otro lado, ni los medios ni los funcionarios se dignan a hablar sobre lo que hay pruebas más que claras reflejadas en las diversas filmaciones: la violencia en manos de la Policía Bonaerense que llevó adelante unarepresión con balas de goma y gases lacrimógenos contra las personas que intentaban acercarse al lugar en que el Presidente realizaría su acto oficial.
Al respecto, Ezequiel Francomano, miembro de la agrupación “Votamos Luchar” había declarado ante medios locales que se dirigían hacia donde se encontraba el Presidente para “hacer escuchar la voz de los más humildes que no podemos enfrentar el ajuste feroz”, y que “Hay algunos compañeros heridos. Dispararon a unos metros de los compañeros, mujeres con bebés”. No es esta la primera vez que, en el marco de la visita del Presidente, se llevan adelante represiones a metros del mismo con el objetivo de ocultar el nivel de descontento social. |