En el marco del juicio que se lleva adelante en los tribunales federales de Córdoba por crímenes de lesa humanidad y que finalizará el próximo jueves 25 de Agosto, Ernesto Barreiro, uno de los represores más sanguinarios, hizo uso de su derecho de última palabra con una singular declaración:
“Tarde o temprano, nos verán a nosotros desfilar orgullosos junto al pueblo de nuestra querida patria, y así las sombras tenebrosas del efímero relato serán borradas de la historia para siempre”, palabras que fueron festejadas solo por su mujer.
Barreiro, conocido como "El Nabo" está acusado de cometer 518 delitos, entre ellos 65 homicidios calificados y 13 casos de aplicación de tormentos seguidos de muerte y señalado como uno de los jefe de interrogadores en La Perla. También figura dentro de los informes desclasificados de los espías de la embajada de Estados Unidos en Argentina por el levantamiento carapintada en la Semana Santa de 1987.
El genocida no se privó de “recordar” a los jueces sobre la posibilidad de que "los juzgadores de hoy fueran los juzgados en el futuro" haciendo una analogía con los juicios de Nuremberg , donde el juicio número doce fue contra fiscales y jueces. Por último agradeció a su esposa, Ana Maggi, destacando que es una “referente en los Derechos Humanos”.
Por su parte Hector Vergez ,quien se encuentra acusado de cometer 448 delitos, entre ellos 108 homicidios calificados y 6 imposiciones de tormentos seguidas de muerte, sostuvo durante el uso de su última palabra: “No somos los terroristas de Estado, los terroristas de Estado eran las bandas que asolaron el país durante la década del 70 y primeros años del 80”.
Quienes también hicieron uso de la palabra fueron José Melfi, Carlos Villanueva, Luis Diedrich, Juan Vega, Héctor Romeroy Carlos Alberto Díaz. El próximo miércoles 24, tendrán uso de ese derecho los que faltan.
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El huevo de la serpiente
Ernesto Guillermo Barreiro integró el Grupo de Operaciones Especiales del Destacamento de Inteligencia 141, desde el 20 de Enero de 1976 hasta inicios de 1977.
Fue uno de los jefes del campo clandestino de detención de La Perla, siendo felicitado por su desempeño en forma “altamente eficiente” habiendo producido “éxitos de ponderación que sirven y servirán de ejemplo a sus subordinados”.
También fue uno de los impulsores de la banda terrorista paraestatal Comando Libertadores de América, la versión de la Triple A cordobesa.
Con su grado de Mayor en el Ejército Argentino, fue uno de los participes del alzamiento de los carapintada en Semana Santa de 1987, atrincherándose en el Regimiento de Paracaidistas de Córdoba junto a mas de 100 hombres.
En 1988 funda, junto a Aldo Rico y Enrique Venturio, los tres ex carapintadas, el MODIN (Movimiento por la Dignidad y la Independencia), partido de ultraderecha que se autodefinía como “defensora de la República, de sus instituciones, de la justicia, la libertad y la dignidad”.
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