La Gendarmería tiene que usar este método para silenciar a los trabajadores de Lear porque los trabajadores de Lear son un gran ejemplo. Si cortan "la Pana" y la Gendarmería reprime, con eso intentan dejar el mensaje de que “si tengo un problema y necesito protestar, que no vaya a la Pana porque me va ir muy mal”.
Entonces mejor es que los trabajadores de Lear pasen desapercibidos, tienen que bajarlos rápido de "la Pana" y que tengan el menor tiempo de prensa posible. Para que la lucha ejemplar no se vea por mucho tiempo en los principales medios de comunicación.
La lucha de Lear deja en evidencia al gobierno y es por eso que no quieren que se vea. Todos se dan cuenta de que el gobierno en realidad es una especie de títere de los buitres, en vez de defender a los trabajadores argentinos, pone miles de pesos para pagar a la policía que está cuidando a los norteamericanos de Lear.
La lucha de los obreros de Lear es un ejemplo, y ni el gobierno ni ninguna patronal quieren que lo sigan los millones de explotados de Argentina. Para ellos Lear y Donnelley son un mal ejemplo que se puede contagiar a muchos.
Las mujeres que por ahí no notan estas cosas porque lo ven por la tele y no están al tanto de lo que ocurre, a veces terminan confiando en el gobierno porque el gobierno les ha dado las asignaciones y otros derechos (o migajas). A ellas yo les diría que abran no sólo sus ojos, sino que también abran sus mentes.
Que miren a su alrededor y analicen si es justo que nos exploten hasta que no nos dé más el cuerpo; si es justo llegar a determinada edad y no poder alzar a tu hijo en brazos; si es justo que las mujeres y niñas pobres mueran por no poder hacerse un aborto libre, seguro y gratuito (un derecho negado a la mayoría de las mujeres siendo que es un derecho que las ricas sí tienen).
Les diría que analicen la vida que llevan en sus hogares, porque la mujer hoy en día está oprimida hasta en su propia casa. Muchas, son esclavas, humilladas, golpeadas y asesinadas en manos de sus parejas. La explotación hacia la mujer no sólo está en el lugar de trabajo, sino también en sus hogares.
A esas mujeres les hace falta saber que están siendo explotadas. Muchas no lo saben. Por eso, también les diría que se unan a nosotras y nosotros quienes día a día luchamos por lo que nos corresponde. Sin unidad, no hay futuro. Todos tenemos que estar unidos. Obreros, estudiantes, docentes, amas de casa... ¡Todos! |