Las intensas lluvias que están devastando desde hace días el Estado de Luisiana (Estados Unidos) ocasionaron, según datos oficiales, once muertos y 20.000 evacuados.
Según el centro meteorológico de la zona, las inundaciones se produjeron "tras dos días de lluvia intensa en un área pantanosa y en algunos puntos por debajo del nivel del mar", en "un suceso que se da una vez cada cien años".
Las mayores precipitaciones, que hicieron subir las aguas dos metros en pocas horas, se dieron en la región sureña conocida como el Bayou, un área pantanosa bañada por el Misisipi.
Desde el último viernes cayeron entre 15 y 25 centímetros de lluvia en ese Estado, además de que se pronosticaron entre 10 y 15 centímetros adicionales la tarde del sábado, señaló Donald Jones, del Servicio Meteorológico Nacional.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, expresó en conferencia de prensa “que aún quedan 8.000 personas en refugios y, además de las 20.000 personas rescatadas, más de 1.000 animales de compañía también tuvieron que ser evacuados”. El funcionario dijo “que aún desconocen el número de desaparecidos en las inundaciones, lo que podría hacer aumentar la cifra de muertos en los próximos días”.
La situación de los damnificados es crítica en Baker, justo al norte de Baton Rouge, los residentes expresaron que tuvieron que ser rescatados por embarcaciones o recorrer aguas que les llegaban a la cintura e infestadas de serpientes, para alcanzar un lugar seco. Decenas de personas despertaron el sábado en catres en un improvisado refugio de la Cruz Roja a unas cuantas cuadras de sus casas y vehículos inundados.
Según la agencia EFE, otros de los momentos más dramáticos fue cuando dos personas a bordo de una embarcación sacaron a una mujer de un carro que estaba prácticamente sumergido. “Uno de los rescatistas, David Phung, salta hacia el agua marrón y pone a la mujer a salvo. Le suplica a Phung que salve a su perro, pero él no lo encuentra. Luego de varios segundos, Phung respira profundamente, se sumerge y sale con un pequeño perro entre los brazos”.
Daños de infraestructura y evacuados
En relación al tema de infraestructura, unas 34.000 viviendas están anegadas o no tienen suministro eléctrico, lo que dificulta la situación para los que no han sido evacuados y ahora no disponen de luz ni electrodomésticos. Por otro lado
un tercio de toda la parroquia de Ascensión, entre Baton Rouge y Nueva Orleans, sigue bajo el agua, después de que varios diques fueran sobrepasados por las crecidas, algo que recuerda al desastre del Huracán Katrina, de 2005, que dejó cerca de 2.000 muertos.
Las parroquias de la zona han sido un lugar de contención y refugio para muchas personas. De las 11.000 personas registradas en la página web "disasterasistance.gov" para recibir ayuda federal tras un desastre, 8.000 de ellas proceden de las parroquias afectadas por las inundaciones. Los residentes de las parroquias declaradas como zona de desastre pueden pedir ayuda federal de hasta 32.000 dólares para rehabilitar sus hogares, aunque no tengan seguro de inundaciones.
Por otro lado según la agencia Reuters “unas 3.000 personas permanecen en el complejo de los estudios audiovisuales Celtic y otras miles se refugian en el Baton Rouge River Center, un gran centro de artes escénicas que también se usó durante el huracán Katrina de 2005, que devastó la costa del Golfo de México y provocó el mayor número de víctimas mortales en Nueva Orleans, la mayor ciudad de Luisiana.
La agencia de emergencias de Estados Unidos (FEMA, por su sigla en inglés) proporcionará 1,2 millones de litros de agua y 750.000 comidas a los desplazados, mientras espera que termine la fase de búsqueda y rescate para abrir sus centros de recuperación. Asimismo el Gobierno federal ha declarado el estado de desastre por las lluvias torrenciales, que pese a desbordar diques, no parecen haber causado roturas en las construcciones ni en válvulas de bombeo para inundaciones, que sí fallaron durante el Katrina. |