El tucanato (partidarios del PSDB) venía diciendo que quiere saber de “plato hecho”, en alusión a la forma en que Dilma presentaba sus políticas a la base aliada. En las palabras del jefe de Gabinete, Eliseu Padilha, uno de los nombres fuertes de Temer, “Ellos pidieron, con toda razón, una mayor participación en el proceso de formulación de gobierno”. Lo que se arregló es que el líder del gobierno en el Senado, el tucano Aloysio Nunes, pasará a integrar las reuniones del núcleo económico del gobierno en el Palacio del Planalto.
Recientemente cierto desgaste entre el gobierno y los tucanos se había expresado después de que el gobierno desistiese de exigir a la provincias que por dos años no concedan ajustes salariales a sus empleados. Las críticas dirigidas al ministro de hacienda Henrique Meirelles venían cargadas de miedo a que pudiese estar preparándose para ser efectivamente candidato a la sucesión presidencial en 2018, hipótesis levantada por diversos analistas. El presidente del PSDB, Aécio Neves, dijo que Temer debe reasumir el control de su “time” y el senador Tasso Jereissati (PSDB de Ceará) enfatizó “deje a Meirelles cuidando de la economía y deje el núcleo político cuidando de la política, sin dejar que 2018 contamine el ajuste que debe ser hecho”.
El hecho es que difícilmente exista alguien más enfocado en el 2018 en este momento que los propios tucanos. Nada más conveniente, por lo tanto, que forzar al gobierno transitorio de Temer a implementar los ataques más duros, haciéndose cargo del desgaste, dejando el camino libre para ellos luego en las urnas.
Para que no hayan dudas, Aécio ya está cobrando lo que Temer debe decir de aquí a diez días, “Comprendemos que la interinidad trae limitaciones. Pero el presidente Temer dijo que el 29 comienza en serio su gobierno y para eso no puede haber ambigüedad. Luego del alejamiento de la presidenta Dilma, el presidente Michel va a presentar a Brasil una agenda osada y valiente de reformas. No tiene posibilidad de equivocarse de aquí en adelante. Va a presentar una agenda para recuperar el país”.
El líder del PSDB en el Senado, Cássio Cunha Lima (Paraíba) completó, en su caso directamente amenazando a los trabajadores, “la población tendrá que entender que lo verdaderamente amargo es el desempleo”.
El hecho de que el gobierno tenga que ceder una posición tan especial al tucano Aloysio Nunes, más allá del tono con que Aécio y otros comentan lo que dirá Temer y la osadía que tendrá, son expresiones de la fragilidad del gobierno. Fue recién después de que el PSDB se pasó definitivamente al lado del impeachment que éste se transformó en algo casi seguro. El apoyo tucano en Diputados y el Senado es necesario para que Temer alcance sus mínimos objetivos, como él mismo dice, su “compromiso con la Historia”, que es implementar una grave quita de derechos laborales y sociales. Sin eso, su hasta ahora “biografía de bambalinas” estaría condenada a seguir así, con el agravante de un final desastroso. Si Temer por lo menos pudo generar chistes al decir que “muchos votaron por yo era el candidato a vice”, el tucanato ni siquiera eso podría, pero la realidad es que ya volvieron al poder, dos años antes del 2018.
Mientras se van atrincherando en el gobierno los distintos sectores golpistas y preparando la continuidad de los ataques a los trabajadores, las centrales sindicales organizaron un día de manifestaciones bastante por detrás de lo que debería hacerse para enfrentar en serio estos ataques. El inmobilismo de las centrales sindicales impide una movilización de hecho en las calles. La CUT y la CTB hacen lo mismo que el PT, no organizan nada en serio para resistir. La izquierda tiene que exigir y batallar para poner en práctica un verdadero plan de luchas, que obligue a la CUT y la CTB a movilizarse, organizando en las bases de los sindicatos asambleas que permitan a los trabajadores asumir protagonismo en la lucha por sus demandas específicas y contra el conjunto de los ataques del gobierno de Temer. |
