La Izquierda Diario (LID):
Buenas tardes Manuel, gracias por concedernos la entrevista. Queremos empezar preguntándote: ¿cuál era la situación del movimiento obrero en México cuando el barco donde viajaba León Trotsky llegaba al puerto de Tampico?
Manuel Aguilar Mora (MAM):
En 1936 se había fundado la Confederación de Trabajadores de México (CTM), luego de que el movimiento obrero mexicano se encontrara en crisis desde el año de 1929 cuando la Confederación Regional de Obreros de México, dirigida por Luis Morones, se derrumbó, se desmoronó. Esto en consecuencia de la crisis económica que atravesó el país y que golpeó fuertemente a los trabajadores mexicanos. En este contexto, la fundación de la CTM representaba una nueva etapa en el movimiento obrero en México que prometía ser muy importante. Estaba dirigida por Vicente Lombardo Toledano, que había sido un dirigente sindical de la CROM.
Lombardo Toledano había tomado contacto con el movimiento sindical internacional vinculado a Moscú cuando por esos años –1929, 1930, no estoy seguro – viajó a la URSS. Ese contacto que mantuvo con los dirigentes burocráticos estalinistas fue histórico porque duró hasta la muerte de Lombardo. Se puede decir que Lombardo fue un estalinista sin ser miembro del Partido Comunista.
Entonces la CTM se convirtió en el principal sostenedor de la política de Lázaro Cárdenas dentro del movimiento obrero, incluso se convirtió en el hombre más poderoso del país tan sólo después del presidente.
LID: ¿Qué actitud tomó el Partido Comunista de México luego de enterarse de que Cárdenas había concedido asilo político al dirigente de la Revolución Rusa?
MAM: El Partido Comunista mexicano ya en 1937 era un partido estalinista como todos los partidos comunistas en el mundo, no había uno sólo que no haya sido controlado por la política estalinista. Pero de hecho, el principal opositor del asilo que cárdenas otorgó a Trotsky fue el propio Lombardo Toledano. La CTM se convirtió en la organización más importante que se opuso e impugnó la decisión de Cárdenas de darle asilo a Trotsky. Y Lombardo Toledano lo hizo en coincidencia, en complicidad completa con la política de Moscú, que había organizado una cacería que les costó millones de dólares.
Lombardo Toledano y sus seguidores publicaban y atacaban abiertamente a Trotsky acusándolo de contrarrevolucionario, acusándolo como un hombre que debía salir de México.
Incluso el autor intelectual del asesinato de Trotsky, más que el Partido Comunista, fue el propio Lombardo, usando las publicaciones mismas de la CTM: la revista Futuro, el periódico de la CTM…, Lombardo y sus seguidores publicaban y atacaban abiertamente a Trotsky acusándolo de contrarrevolucionario, acusándolo como un hombre que debía salir de México. Es más, ellos fueron los que, asesorados seguramente por la GPU difundieron la versión, luego de que fallara el primer atentado que sufrió Trotsky en su casa, de que en realidad había sido un autoatentado; de que el propio Trotsky había hecho una farsa con no sé qué fines. Un absurdo, una cosa verdaderamente ridícula. Lombardo Toledano fue un autor intelectual del asesinato de Trotsky mucho más que el Partido Comunista.
Inclusive un poco antes del atentado de Mayo, porque Trotsky todavía logró escribirlo en un texto que estaba redactando en el escritorio donde lo mataron y que lo publicaron posteriormente con el nombre de Los gángsters de Stalin, ahí se dio cuenta Trotsky de que el Partido Comunista había tenido una muy fuerte crisis antes de Mayo, cuando grupos de la dirección del Partido Comunista como Laborde y Valentín Campa se habían opuesto a los agentes estalinistas de Moscú que estaban usando al Partido Comunista como un instrumento para matar a Trotsky.
Para Trotsky era evidente que el atentado fallido le había obsequiado más días de vida, pero que iba a ser de todas formas víctima de otros atentados y que estaba completamente a merced de la cacería asesina que Stalin había financiado para eliminarlo. Trotsky sabía ya que sus días estaban contados.
Laborde y Campa se oponen no porque fueran seguidores de Trotsky, sino porque creían que esa no era la labor del Partido Comunista, la de ser un asistente en el asesinato de Trotsky. El mismo Trotsky usa una frase muy elegante para decir lo que eran estos estalinistas: “Campa y Laborde, decía, obviamente son estalinistas, pero se niegan a transformar sus plumas en ametralladoras”. Ellos quieren seguir siendo antitrotskistas verbalmente y en los escritos, pero no querían transformar sus escritos en ametralladoras para matarlo.
LID: Digamos que la URSS quería del Partido Comunista Mexicano, más que una organización de la Tercera Internacional, un brazo de la GPU
MAM: Exactamente. En su anhelo de asesinar a Trotsky dado que la guerra comenzaba, Stalin sabía perfectamente que Trotsky podía ser un sustituto, entonces, por la importancia que tenía este hecho [asesinar a Trotsky] no le importó meterse a saco al Partido Comunista Mexicano y ocasionarle su peor crisis histórica.
Campa y Laborde obviamente son estalinistas, pero se niegan a transformar sus plumas en ametralladoras. León Trotsky
Después ya no se recuperó de esta crisis dado que se escindió, fueron expulsados Campa y Laborde, y ya no se recuperó. Nunca logró después ser un partido de masas, y entonces Lombardo con más razón se convirtió en el hombre de Moscú en México, más que el Partido Comunista. La obsesión de Stalin por matar a Trotsky provocó la peor crisis del Partido Comunista Mexicano.
LID: ¿Cuál fue la reacción de Trotsky luego del primer atentado fallido en Mayo?
MAM: Fue una reacción muy consciente, muy clara de que el peligro no había disminuido. Que el complot contra él había fallado pero que eso no significaba que iban a dejar de seguir persiguiendo ese objetivo, de que iban a recurrir a otras formas. Para Trotsky era evidente que el atentado fallido le había obsequiado más días de vida, pero que iba a ser de todas formas víctima de otros atentados y que estaba completamente a merced de la cacería asesina que Stalin había financiado para eliminarlo. Trotsky sabía ya que sus días estaban contados.
A partir de mayo se tapiaron las paredes, una puerta se clausuró y en las esquinas pusieron torreones para tratar de vigilar a los que se trataran de acercar pero fueron inútiles porque ya las tácticas iban a ser diferentes.
LID: ¿Cuál fue la actitud del gobierno de Lázaro Cárdenas luego del primer atentado contra León Trotsky?
MAM: El gobierno de Cárdenas apoyó totalmente a Trotsky. Eso sí fue indudable. Trató de aumentar la vigilancia y buscar la forma de protegerlo mejor. El presidente Cárdenas, cuando se dio el crimen final de Agosto, y luego de enterarse que el Partido Comunista había intervenido en el primer atentado, en su manifiesto público expresó su repudio explícitamente diciendo que era una verdadera vergüenza lo que había pasado con un invitado que el pueblo mexicano había recibido como exiliado haciendo honor a su tradición, y nombraba a los Comunistas como ‘traidores a la patria’. Fue my tajante su posición. No nombró a Lombardo pero sí nombró a los comunistas.
LID: Ya para finalizar, ¿nos podrías hablar más sobre la crisis que mencionas se abrió en el Partido Comunista con el asesinato de Trotsky?
MAM: Inclusive antes del asesinato, la misma preparación de los atentados provocó desacuerdos y rupturas en el partido. Después de que se supo su participación el partido perdió legitimidad y fue tachado de un partido minoritario, de un partido sectario e incapaz, y Lombardo Toledano tomó la estafeta del movimiento obrero independiente, claro que en forma totalmente usurpadora porque, como te digo, fue más responsable del asesinato de Trotsky que los propios comunistas porque a Campa y Laborde los expulsaron por no querer colaborar en el atentado.
Esa fue la gran tragedia del PCM y los propios comunistas de hace 30 años lo reconocen así, que la crisis del 40 fue la peor crisis de su historia. A partir de ahí ya no levantaron. Trataron de hacer una recomposición sobre todo después del vallejismo cuando rompieron con Lombardo y cuando una importante generación de jóvenes en 1968 se acercó al partido. Además a la recomposición le ayudó mucho el hecho de que durante la guerra fría el gobierno mexicano viera al Partido Comunista como un enemigo, aunque en realidad no lo era.
En los años setentas logró cierta recomposición con esa nueva generación de jóvenes que entró como los Pablo Gómez, los Joel Ortega, Marcelino Perelló, jóvenes muy activos que le dieron mucha vida al partido pero que estaba dirigido por Martínez Verdugo y por viejos estalinistas y acabó liquidándose, acabó integrándose en el PRD. No hubo realmente una renovación en realidad, siguió teniendo la política clásica estalinista de seguidismo a grupos burgueses y el registro que habían conseguido esos jóvenes en 1976 cuando lanzaron a Valentín Campa como candidato propio, con una campaña que el propio gobierno había tenido que reconocer que era muy importante, se lo dan a Cárdenas para que el propio PRD tenga su registro.
El Partido Comunista terminó entregándole su registro a un sector de la burguesía. Entonces, todo el tiempo vivieron bajo la sombra de 1940, esa crisis los marcó profundamente. |