Este año, la casa que albergó a Trotsky durante sus últimos años de vida celebró una serie de actividades para recordar a uno de los dirigentes de la revolución rusa de 1917 y principal opositor al régimen de Stalin. La central fue el acto oficial.
Al acto-homenaje asistieron varias decenas de intelectuales, políticos, familias que visitaban el recinto y jóvenes. Entre los oradores del acto estuvieron el político Cuauhtémoc Cárdenas Solorzáno, Eduardo Vázquez Martín, antropólogo y actual secretario de Cultura de la Ciudad de México y Esteban Volkov, nieto de Trotsky.
El licenciado Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo de Lázaro Cárdenas, destacó en su participación que el presidente Cárdenas y Trotsky nunca se entrevistaron. También recordó que, al darle el asilo al revolucionario ruso, éste pudo desarrollar parte importante de su obra escrita en la casa hoy convertida en museo.
Por su parte, Eduardo Vázquez Martín, afirmó que la política de asilo en México fue muy importante, y reivindicó en particular que el gobierno de Cárdenas abriera sus puertas para Trotsky cuando ninguna otra nación lo había hecho. Asimismo, llamó a leer su obra, que era muy interesante y rica. Por último, declaró que la Secretaría de Cultura apoya al Museo Casa León Trotsky.
Cerró el acto oficial, Esteban Volkov, quien relató los últimos recuerdos, las imágenes grabadas de aquel 20 de agosto de 1940, cuando llegaba a la casa de Coyoacán después de un día de escuela; los gritos, el ir y venir de los guardias, las últimas palabras que escuchó de su abuelo. Denunció también la persecución estalinista de la que su familia fue objeto: el trabajo desplegado por Trotsky para refutar las acusaciones monstruosas de traición, que el estalinismo impulsó con los Juicios de Moscú y también la campaña de los estalinistas mexicanos que exigían la expulsión de uno de los principales dirigentes de la Revolución Rusa.
Rememoró Volkov también que, tras el atentado del 20 de mayo de 1940, perpetrado por David Alfaro Siqueiros y un grupo de 20 estalinistas, Trotsky cada día al despertar le decía a su compañera Natalia Sedova “Natacha, nos han dado un día más”.
Destacó en particular el legado teórico-político del revolucionario en el último periodo de vida; los textos sobre la recuperación del marxismo y el gran legado y actualidad de la Teoría de la Revolución Permanente. Afirmó que “los seguidores de Trotsky tienen una partícula del futuro de la humanidad” y llamó a continuar la obra titánica emprendida por su abuelo: la construcción de la Cuarta Internacional.
Con los acordes del himno "La Internacional" se cerró al acto, con los últimos rayos de sol, antes de que la lluvia de la tarde irrumpiera en la casa de la calle Viena 19. |