La semana pasada, la Legislatura bonaerense aprobó rápidamente una reforma en la ley de Ministerios. Luego del desdoblamiento de la cartera de Producción, esta semana el ex Intendente de San Miguel, Joaquín De La Torre, pasó a ocupar el lugar de Jorge Elustondo. El “boina blanca” quedó desplazado del único ministerio importante que ocupaba en el gobierno provincial y tuvo que conformarse con ser el titular de Ciencia, Tecnología e Innovación.
A partir de ahora, De La torre controlará el sector industrial, los puertos, astilleros y las zonas francas de toda la provincia. Áreas importantes para facilitar los negociados que busca garantizar el gobierno con distintos sectores empresarios.
El referente proveniente del Frente Renovador declaró que su plan es “caminar por las distintas embajadas y por los distintos lugares del mundo a pedir inversiones; a ofrecer una gran provincia que tiene su tierra y materia prima de calidad y en cantidad, que tiene puertos para sacar sus exportaciones; que tiene un montón de valientes que han estado produciendo en argentina en los últimos 50 años a pesar de las innumerables crisis”. Toda una confesión de cuán serviles del capital extranjero se proponen ser desde Cambiemos, pero ninguna garantía de éxito.
De La Torre conoce bien que su incorporación al gobierno provincial tiene un objetivo mucho más claro. Es decir, fortalecer los vínculos con referentes del peronismo bonaerense con peso “local”. Con la mira puesta en 2017, Cambiemos busca darle empuje a su armado político en un territorio que promete volver a ser “la madre de todas las batallas” en las elecciones de medio término.
Esta política tuvo su primer traspié ayer, durante la asunción de De La Torre. Sólo se hicieron presentes un puñado de intendentes peronistas, entre los cuales se encontraban el ex ministro de Seguridad y alcalde de Ezeiza, Alejandro Granados, e Ismael Passaglia de San Nicolás.
También estuvieron otros históricos del peronismo bonaerense, como Jesús Cariglino (exjefe comunal de Malvinas Argentinas) y Osvaldo Mércuri, junto al exfuncionario sciolista en ARBA, Iván Budassi. Los que responden a Massa y los que se agrupan entre las huestes de Insaurralde, ambos de buen trato con el gobierno, y a pesar de que algunos habían comprometido su asistencia, pegaron el faltazo. Curiosamente, de los propios estuvieron Ramiro Tagliaferro (Morón), Jorge Nedela (Berisso) y no muchos más. |