El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, sigue extendiendo el Pacto de Padua a diferentes provincias del país. En este caso sumó a la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone y al vicegobernador Juan Carlos Acando, tristemente célebres por ser los mejores alumnos del macrismo, a pesar de pertenecer al FPV.
Los grandes medios intentaron ocultar la dura lucha que tuvo lugar en la provincia más austral del país, pero no lo lograron. La lucha de los trabajadores fueguinos terminó cobrando protagonismo al extenderse por varios meses con paro de docentes, estatales que incluyó dirigentes presos y represión a los trabajadores.
El pacto impulsado por el papa y llevado adelante por Menéndez, incluye pronunciamientos generales contra la pobreza y el hambre. Poca credibilidad puede tener de la mano de Bertone, quien se convirtió en una de las más aplicadas gobernadoras en llevar adelante el ajuste que viene promoviendo el macrismo.
En esta ocasión, además de Menéndez se encontraba Enrique Cresto, intendente de Concordia (Entre Ríos). De la firma también participaron el vicegobernador Juan Carlos Arcando, los legisladores Myriam Martínez, Federico Bilota, Ricardo Furlan, Marcela Gómez, Angelina Carrasco y Ricardo Romano entre otros.
El intendente de Merlo viene demostrando que mientras se trate de figurar y salir en alguna foto está dispuesto a juntarse con cualquier figurón político. A pesar de jugar un picadito con Massa en sus pagos, hace unos días fustigó a quienes decían que iba a hacer un acuerdo con el líder del Frente Renovador y los trató de "pelotudos". La semana pasada también se mostró recorriendo el Municipio junto con Vidal. Un buen discípulo del papa cuando de gestos políticos se trata. |