Diversas organizaciones protestarán ante la inminente presentación en el Congreso Nacional de la nueva Ley Monsanto de semillas, que el macrismo acordó con la polémica multinacional yanqui.
Este jueves 25, diversas organizaciones realizarán distintas protestas ante la inminente presentación en el Congreso Nacional de la nueva Ley Monsanto de semillas, que el macrismo acordó con la polémica multinacional yanqui. La jornada incluye movilizaciones ante la sesión del Consejo de las Américas, una presentación de Amicus Curiae ante la Corte Suprema y marcha y concentración frente al Congreso Nacional, más actividades en el interior.
Escrache al Consejo de las Américas, contra el TPP y la ley Monsanto de semillas
A partir de las 8.00, el colectivo Todos los 25 hasta que se vaya Monsanto está convocando a un escrache ante la sesión del Consejo de las Américas, en el glamoroso Alvear Plaza Hotel (Alvear 1891, esquina Ayacucho).
El Council of the Americas fue creado en 1965 por David Rockefeller para agrupar a las más importantes empresas yanquis según las cuales el crecimiento económico de una región se basa en el libre mercado y la actividad privada. Actualmente está compuesto por más de 200 empresas, no todas necesariamente norteamericanas, entre las que destacan Chevron Corp, Barrick Gold Corporation, Monsanto Company, Shell International, Kraft Foods International, PepsiCo, Repsol, entre otras. Entre los políticos que asistirán a la sesión están el Jefe de gobierno porteño Horacio Rodriguez Larreta (PRO), la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal (PRO), el gobernador de la Provincia de Salta Juan Manuel Urtubey (PJ) y el senador Julio Cobos (UCR), entre otros.
Argentina recientemente se incorporó como país observador al Tratado del Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), acuerdo comercial hecho a la medida de Estados Unidos para contrarrestar la influencia china en la región, que agrava considerablemente la soberanía de los países que lo firman. Por su carácter legal supranacional los Estados de los países firmantes están obligados a adecuar sus leyes para que no contradigan estos acuerdos, de lo contrario se exponen a sanciones o eventuales demandas en cortes internacionales. Incluye polémicas reformas que abordan áreas como el de la Propiedad Intelectual, que trata la protección de datos para la industria farmacéutica, las patentes y los derechos digitales, afectando la libertad de información, las libertades individuales y el acceso a los medicamentos. El TPP también impone reglas que restringen la creación y el funcionamiento de las empresas estatales.
Sobre este marco, la imperialista Monsanto, instigadora económica del golpe de Estado institucional en Paraguay en 2012, llegó a un acuerdo con el macrismo para reconfigurar los mecanismos de producción, comercialización y propiedad de las semillas en Argentina, y así avanzar en el control corporativo del mundo de alimentos, salud y medio ambiente. De todos, el factor preocupante es el del alimento. Si el control global fuere efectivizado, semillas que antes eran distribuidas igualitariamente serán distribuidas solamente por algunas corporaciones transnacionales, controlando no sólo la comida, sino también la salud y la fuente de ingreso de los agricultores.
Amicus Curiae y concentración en Tribunales contra la pretensión de Monsanto de patentar las plantas
A partir de las 12 horas, la Multisectorial contra la ley Monsanto de semillas estará presentando a la Corte Suprema de Justicia la solicitud para que admita a las organizaciones sociales como “Amigas del Tribunal” para rechazar la demanda de Monsanto en la que pretende patentar las plantas genéticamente modificadas, es decir, abierto acto de biopiratería. Con una concentración a las afueras de Tribunales, exigirán “al máximo tribunal que someta el caso a esta instancia y a una audiencia para poder ser escuchados y manifestar el rechazo a la espuria pretensión de Monsanto”.
Tal como plantea Naturaleza de Derechos, uno de los organismos involucrados, “la instancia de Amigos del Tribunal, conocida como Amicus Curiae, permite que personas y organizaciones especialistas en la temática que se aborda en el proceso judicial, en el cual no son parte, puedan emitir una opinión, colaborar, informar e ilustrar voluntariamente al tribunal de justicia”.
En el año 1996 Monsanto reclamó ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), organismo encargado de la protección de los derechos de propiedad industrial, la patente de una molécula de ADN recombinante de doble cadena y las células vegetales con el inserto de la molécula que contiene el trasgen. El organismo estatal le denegó la patente lo que motivó que la Multinacional fuera a la justicia federal. En primera instancia Monsanto obtuvo una sentencia favorable. Pero en el mes de noviembre de 2015, la Cámara Federal Civil y Comercial revocó la sentencia de primera instancia y rechazó la demanda de Monsanto. Ante ello la multinacional yanqui recurrió en queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ahora tiene en estudio el caso judicial.
Según NDD, “la Cámara fue contundente en el rechazo, señalando que la molécula de ADN recombinante, las células vegetales transformadas por ella y las plantas generadas a partir de estas últimas incluidas en la solicitud, es materia no incluida en el amparo que brinda el sistema de patentes, por no cumplir las provisiones establecidas por la ley”.
El tribunal consideró que cualquier aporte técnico que se realice en el campo de la biotecnología y que tenga aplicación industrial no necesariamente es patentable, ya que “la mera innovación no es equiparable a la inventiva, pues se nos presenta solo una modificación de la materia ya existente en la naturaleza que no constituye creación humana alguna, requisito esencial para la procedencia del patentamiento previsto en la legislación".
Y la Cámara fue más allá al establecer que “sirva aquí la analogía entre genes y palabras empleada por el científico y Premio Nobel de Medicina, Francois Jacob, y que es llevada a un nivel más general por el astrofísico canadiense Hubert Reeves, para quien toda ‘la naturaleza está estructurada como un lenguaje’ que tiene quince mil millones de años. Ese lenguaje puede ser vislumbrado a través de la combinación pero no es susceptible de apropiación”.
Según la asociación de abogados, “el caso en la Corte Suprema adquiere relevancia dado el momento actual que se vive en Argentina donde tanto Monsanto como las multinacionales agrobiotecnológicas han emprendido una envestida por la apropiación de la naturaleza con el reclamo de patentes sobre semillas (y la consecuente restricción irracional del uso propio) mediante la modificación de la ley de semillas en el Congreso Nacional, que el macrismo al parecer presentará este jueves.
“Es necesario que el máximo Tribunal de modo urgente confirme la sentencia que no hace lugar al acto de biopiratería de Monsanto que con la insercción de uno o dos genes pretende apropiarse de toda una planta que se compone, como es en el caso de la Soja, de 46.430 genes” sentencia Naturaleza de Derechos en un comunicado.
Marcha al Congreso Nacional en repudio a la nueva ley Monsanto de semillas
En un comunicado, la Multisectorial contra la nueva ley de semillas señala que “el Ministerio de Agroindustria ya ha presentado el día viernes frente a la CONASE su proyecto de Ley de Semillas informando que durante esta semana se presentaría al Congreso de la Nación. Una vez más el proyecto no se hizo público, pero los contenidos presentados demuestran que el mismo será una nueva entrega de nuestras semillas a las corporaciones del agronegocio”.
Efectivamente el proyecto acordado entre el macrismo y Monsanto ha estado guardado bajo siete llaves, y solo se conocen algunos aspectos anunciados en base a comunicados, y ha generado el repudio de diversas organizaciones ambientalistas, políticas, campesinas, de pequeños productores y familiares, e incluso un repudio del cuerpo de delegados de ATE de la Secretaría de Agricultura Familiar.
La semilla es uno de los bastiones de un modelo de agronegocio que ha reconfigurado las formas de acumulación del capital en el agro en los últimos 40 años, desplegando nuevas estrategias de explotación y dominación hacia las clases trabajadoras.
Hoy Monsanto, Dupont, Bayer, Syngenta, Basf y Dow Agrosciences controlan el 60 % del mercado global de semillas y el 76 % del mercado mundial de agroquímicos, definiendo las dinámicas de producción de las regiones agrarias en todo el globo.
La ley de semillas vigente (Ley N°20.247) sancionada en 1973, prevé en su artículo 27 el derecho del agricultor al uso propio, lo que nos permite actualmente la reproducción de cualquier semillas para su utilización sin que esta práctica ancestral y cotidiana sea un delito, algo que entraría en contradicción con la nueva ley Monsanto de semillas. El marco normativo ante el cual se sostiene la ley sancionada en 1973 es el de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales.
Las organizaciones opositoras están convocando a marchar desde Tribunales a partir de las 15 horas hacia el Congreso Nacional para rechazar la iniciativa proimperialista, a través de una concentración en las puertas del Congreso a eso de las 16 horas (y hasta las 19 horas)
También hay convocatorias en otras ciudades. En Córdoba, bajo la consigna Quien controla la semilla, controla el mundo están convocando a partir de las 17 horas en la plaza Facundo Rivera Alegre, explaza Vélez Sarsfield.
En Mar del Plata, la Asamblea contra las fumigaciones, los vecinos del barrio Hipódromo de Mar del Plata y el Espacio Ambiental contra el saqueo, están convocando a partir de las 15 horas en las intersecciones de San Martin y Mitre.