Se está llevando a cabo la primera convención de Nacional de Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro. Y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se apresta a cumplir todas las demandas de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el retiro (Amafores).
Fernando Aportela, subsecretario, se congratuló de que el ahorro para el retiro de los trabajadores subió de 15 mil millones de pesos a 40 mil millones entre 2012 y 2016, así como de que los recursos invertidos por las afores representan 15% del Producto Interno Bruto (PIB).
Por su parte, Carlos Noriega, presidente ejecutivo de la Amafores, señaló que ante el envejecimiento de la población la única salida es aumentar el ahorro de los trabajadores y que el actual 6.5% es insuficiente.
Desde 1997 el sistema de pensiones del Instituto Mexicano de Seguro Social se transformó de un esquema de reparto a uno de cuentas individuales y ése es el inicio de las crisis actuales.
Las primeras generaciones que se jubilarán con el sistema de cuentas individuales, entre este año y el siguiente apenas cobrarán un salario mínimo, o sea $73,04 por día. Esto los que reciban pensión. Hoy 57% de la fuerza laboral está empleada en el sector informal, por lo cual no cobrará pensión.
Otra forma de robo a la clase trabajadora
El ahorro de los trabajadores para su retiro se utiliza para financiar la inversión privada. Según Aportela, 34% de los recursos administrados se invierten en empresas mexicanas de los sectores de vivienda, transporte, telecomunicaciones, automotriz, hotelería, infraestructura. Otro 20% de los ahorros de los trabajadores, en manos de las afores, se “invierten” en acciones de empresas extranjeras. Otro porcentaje se aplica a bonos de la deuda y otros instrumentos financieros, y otro a la compra de “papeles privados” -la emisión de deuda de empresas privadas.
También se pretende constituir un fondo de inversiones. Para financiar proyectos de infraestructura, en particular del sector energético, en consonancia con la subasta de las reservas de hidrocarburos.
Estos paquetes de “inversiones” están sujetos a la volatilidad del mercado. O sea, el ahorro de las trabajadoras y los trabajadores para su retiro se juega en la ruleta financiera. Si las acciones o los bonos en los que las afores “invirtieron” pierden valor, hay minusvalías (pérdidas), que se descuentan de esos ahorros. Si sube el valor de las acciones o los bonos, se registran “rendimientos”. Pero siempre, pase lo que pase, las afores cobran sus comisiones, que en promedio representan 1.06% del monto de la cuenta de ahorro que resulta de restar las minusvalías a los rendimientos.
Recordemos que con una mínima porción de la producción de bienes o servicios que vendan, los empresarios pagan los salarios de los trabajadores. Apenas lo suficiente para que subsistan de alguna manera.
De la inmensidad de las ganancias generadas a través del intercambio en el mercado de los productos creados por la labor de los trabajadores, los empresarios se apropian.
Con esa plusvalía, materializada en dinero, los propietarios de las empresas invierten en materias primas, infraestructura y salarios para mantener el proceso productivo en funcionamiento. También hacen generosos regalos a la “clase política” que les adjudica contratos con el Estado, que les da beneficios fiscales, que mantiene la mayoría de los salarios y las prestaciones por los suelos. Y financian sus propias vidas de lujos y ostentación.
Pero los cerebros que operan para beneficio de los capitalistas crearon otra forma de robar a la clase trabajadora: privatizar los ahorros para las pensiones, y usar ese dinero para especulaciones financieras e impulsar la inversión privada. O sea, con los ahorros para el retiro, con parte de los bajos salarios de los trabajadores, se financian nuevas inversiones de los empresarios, que viven a costa del trabajo ajeno.
La ambición capitalista no conoce límites, y a esto se suma la imposición del aumento en la edad de jubilación a 65 años y a 20 los años de servicio cotizados para tener derecho a una pensión de retiro que se dio en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), gracias a las reformas en materia de pensiones que han aprobado los partidos al servicio de los empresarios.
A su vez, en otros sectores han intentado extender la edad jubilatoria: por ejemplo, Carlos Slim para los telefonistas, por el otro el nuevo convenio firmado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Sindicato Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM). Y en Pemex, también aplicará a partir de 2021.
Pensiones y retiro dignos para la clase trabajadora
Consultado sobre el tema del aumento de aportes a las afores, Sergio Méndez Moissen, profesor precario de la UNAM y excandidato de la Plataforma Anticapitalista a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, declaró “Es indignante esta exigencia de Amafores. Hay que impedir este nuevo atropello del gobierno y los especuladores. Ya han impuesto en algunos sectores la edad jubilatoria a los 65 años. Ahora quieren expropiar una porción mayor de los salarios, que se cuentan entre los más bajos del mundo. Tenemos que luchar por el derecho a una pensión digna. Contra la división impuesta por el gobierno y los charros de los sindicatos, los trabajadores sindicalizados, los subcontratados, los de nómina, quienes trabajan por honorarios, los de confianza, los del sector informal, tenemos que unirnos. Los trabajadores y la juventud chilena que se ha lanzado a las calles contra el sistema de pensión por cuentas individuales, allá administrado por las AFP son nuestro ejemplo. Los socialistas del MTS consideramos que esta movilización debe luchar para que los fondos de pensión sean estatizados bajo la administración de los trabajadores activos y en retiro, organizados de manera democrática”.
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