Si algo caracterizó al kirchnerismo fue la tendencia a generar más relato del que podía contener. Así se podría definir a su incapacidad de contrapesar discurso con realidad.
Un ejemplo claro y actual de esta contradicción tuvo lugar ayer en La Plata. La Multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada convocó a una movilización contra la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz, en la que participaron decenas de organizaciones de izquierda y de derechos humanos. Las agrupaciones kircheristas fueron invitadas pero no se hicieron presentes. Es que a pesar de tanta abundancia de relato en defensa de los derechos humanos, el setentismo y los desaparecidos, la contradicción con su práctica es indisimulable ante el agujero negro que les representa el tema “Jorge Julio López”.
Desde la campaña electoral Cambiemos intentó separarse estilísticamente de sus predecesores. Entre esos aspectos en los que el nuevo Gobierno busca mostrarse diferente, se encuentra esta cuestión de la ideología. El discurso “desideologizado” fue su marca de estilo desde la campaña electoral. Y así, con presentaciones más parecidas a charlas motivacionales que a discursos políticos, Mauricio Macri empezó a gobernar el país.
Camas ajustadas
El aporte valiosísimo de medios y periodistas al Gobierno de Macri se observa desde las investigaciones de Lanata que continúan restringidas a la esfera k hasta la instigación a la represión que se vio ayer por televisión ante la protesta del movimiento de trabajadores Aníbal Verón, sobre la autopista Buenos Aires – La Plata.
En otros temas, lo que el oficialismo esboza en su discurso, lo dicen abiertamente sus aliados mediáticos. Distintos sectores se han sentido envalentonados para expresar públicamente sus concepciones ideológicas más sinceras. El gobierno de los CEO trajo consigo el ánimo de ciertos sectores que intentan, a través de editoriales y notas de opinión, generar un clima propicio para avanzar en la defensa de sus propios intereses.
Ante la nota oscurantista y reaccionaria de Monseñor Héctor Aguer publicada en el diario El Día de La Plata, cabe preguntarse ahora si no se está ante una producción ideológica superabundante y desmedida de derecha, que tampoco encuentra suficiente asidero en la realidad. ¿Cuántos pueden adherir a las ideas de un jerarca de la Iglesia Católica que se escandaliza por la tendencia de la gente a tener sexo y se referencia en las ideas del siglo XVIII?
La intención es generar un clima cada vez más reaccionario, más acorde a los tiempos de ajuste y las necesidades burguesas que el gobierno debe satisfacer. Sin embargo, decirle a la gente que se priva cada vez de más cosas, que también tiene que “ajustar” su nivel de actividad en la cama, no parece ser una buena forma de generar un consenso extendido. Tampoco parece ser una buena idea como para calmar el descontento social creciente.
Por la clase, ante todo
La iglesia fue el último sector envalentonado en salir con los tapones de punta a declamar por los diarios su cosmovisión. Antes que la columna de Aguer, ya habían sido publicadas otras notas que merecen ser rescatadas como ejemplos muy claros de la intención de instaurar cierto clima de época derechista.
La Nación es el medio pionero. Desde el momento cero de la gestión de Cambiemos ha colaborado con lo que podría considerarse uno de los núcleos centrales de un nuevo relato M. El 23 de noviembre, pocas horas después del triunfo de Macri en el balotaje, publicó un editorial titulado “No más venganza”. “La elección de un nuevo gobierno es momento propicio para terminar con las mentiras sobre los años 70 y las actuales violaciones de los derechos humanos”, afirma al comienzo el editorial, que no es ni más ni menos que un pedido de avanzar en la restauración de la teoría de los dos demonios y en la senda de la impunidad.
El 19 de julio el mismo diario publicó una nota de opinión titulada “La batalla cultural que debe ganar el capitalismo”. En este caso, lejos de una diferenciación respecto del kirchnerismo, La Nación aconseja imitarlo, en cierto sentido. La clave de fondo según esta nota es demostrar, vía batalla cultural, que no hay ninguna otra posibilidad más que este capitalismo y esta “democracia liberal” para “combatir la pobreza”.
El 26 de julio, el medio mitrista se despachó respecto de otro central, si de ideología se trata. “Un cambio indispensable en las relaciones laborales” se titula el editorial que se descarga contra los derechos de los trabajadores y exige mejores condiciones para que los patrones puedan explotarlos más salvajemente.
Clarín también colabora con esta cruzada propatronal. “Empresarios, sindicatos y Gobierno, a punto de comenzar un duro debate”, es el título de una nota publicada el 30 de julio. La idea central, el duro debate que estaría por comenzar, es la necesidad de bajar los salarios para generar mejores condiciones de productividad.
El contenido ideológico y de clase en estos textos es indisimulable, así como las medidas de gobierno que impulsa Cambiemos. El gobierno de los ricos para los ricos, encuentra en este coro capitalista y antiobrero, la vía para expresar lo que los grandes patrones e inversores que algún día llegarían, quieren oír y la relación de fuerzas existentes no le permite decir abiertamente.
Más que palabras
El kirchnerismo presenta una insalvable contradicción entre relato y realidad, cuestión que los diez años de la desaparición de Jorge Julio López marcan dolorosamente a fuego. Pero esta avanzada derechista que intenta imponer un clima de época favorable a los intereses de los patrones y los sectores más conservadores, también se encuentra con dificultades para hacer pasar su discurso y generar consenso.
Las declaraciones oscurantistas de la iglesia contrastan con un movimiento de mujeres y de diversidad sexual que se organiza y da pelea por sus derechos. La reciente liberación de Belén, la joven tucumana condenada por sufrir un aborto espontáneo, luego de una fuerte movilización, no hace más que reafirmar la disposición a enfrentar a la iglesia y sus mandatos impuestos en alianza con el Estado.
La campaña contra la prisión domiciliaria del genocida Etchecolatz expresa que la impunidad que sostuvo el kirchnerismo y que Macri quiere profundizar será enfrentada, como siempre, en las calles.
Las movilizaciones y reclamos de los sectores populares contra el ajuste y los tarifazos, que se suceden desde la asunción de Cambiemos cada mes, demuestran que hay disposición y fuerzas para enfrentar al “gobierno de los ricos”. También se pudo ver esto ayer con el contundente paro docente por salario y en defensa de la educación pública.
Como constata a cada paso Cambiemos, hacen falta más que editoriales y pretextos como la "pesada herencia" para hacer pasar su plan de ajuste. |