En un choque de equipos con similar -o al menos por la formación que ambos presentaron- esquema táctico y de juego, Lanús e Independiente se vieron las caras por el partido de ida de la primera ronda (16avos) de la copa Sudamericana. Milito y Almirón son dos directores técnicos que apuestan al fútbol “lindo”, el que apuesta a atacar, por llamarlo de algún modo. Eso no quiere decir que en sus equipos no haya jugadores que cumplan funciones que tienen que ver con el trabajo dentro de la cancha mal llamado “sucio”, ni que sus equipos no descuiden la zona defensiva por ir a buscar constantemente el ataque.
Arrancó parejo el primer tiempo, con un Lanús yendo a buscar el partido, como hace siempre desde que es dirigido por Jorge Almirón, casualmente ex entrenador de Independiente e hincha confeso del Rojo. Los de Avellaneda se plantaron firmes, con las mismas intenciones que su rival. Jugadores como Tagliafico y Ortíz, no lograron hacer pie en todo el partido y su desempeño fue de regular para abajo. Esos sectores fueron por los que Lanús intentó quebrar el arco del uruguayo Campaña, quien tuvo un partido tranquilo pero que apareció cuando se lo necesitó.
Independiente fue un equipo desdibujado en todo el primer tiempo, con algunas pequeñas ráfagas de buen juego por momentos. Lanús contó con más chances y fue mejor que su rival. Tuvo la chance más clara, en una muy jugada del veloz Miguel Almirón que Ciro Rius desperdició con un Campaña ya vencido tirándola al lado del palo derecho. Lanús fue más que Independiente en el primer tiempo.
En el complemento los primeros diez minutos fueron iguales a los últimos diez de la primera etapa. Lanús presionándolo a Independiente, complicándolo. En ese mismo momento se abrió el marcador; Cristian “Cebolla” Rodríguez habilitó a Rigoni por la izquierda y éste envió un centro al corazón del área. Monetti salió a cortar, falló, rebotó en Braghieri y apareció Leandro Fernández, que acomodó la pelota y la empujó hacia el arco vacío. A partir de ahí todo cambió. Los de Avellaneda pasaron a tener el control del partido. Los dirigidos por Jorge Almirón empezaron a caer en la desesperación de ir a buscar el empate, con más empuje que ideas, ya que el gol en contra del visitante los complicaba de cara a la clasificación a octavos.
Ambos técnicos apostaron a los cambios, pero todo siguió igual. Salvo por los destellos de la joven promesa de Independiente, el chico de 17 años Ezequiel Barco, que en la primera que tocó eludió a un par de rivales de muy buena manera y en la siguiente fue derribado por otro confeso hincha de Independiente, Iván Marcone, que fue amonestado por el árbitro colombiano.
Todo parecía indicar que el partido culminaría de esa forma, ya que los locales apenas lograron inquietar a Campaña con tiros desde afuera del área que el oriental logró desviar. Y en una de las últimas jugadas, Silva falló en entregarle de cabeza el balón en las manos a su arquero, dejando la pelota corta, que aprovechó Rigoni ganando en velocidad y definió con una clásica “vaselina” ante la salida del ex Gimnasia de La Plata, poniendo el 2-0 en favor de su equipo.
El Grana y el Rojo volverán a verse las caras por el partido de vuelta el miércoles 14 de septiembre en el Libertadores de América a las 19:15. Por ahora, sonríen los de Avellaneda.