Cuatro cuentos donde sus personajes enfrentan las miserias cotidianas del pueblo trabajador como el gatillo fácil, el desempleo y la violencia de género, luchando. La Izquierda Diario dialogó con la autora.
¿Por qué "Crónicas de destierros sin fin"?
Son historias contemporáneas, con personajes ficticios pero basadas en hechos reales. El destierro empieza hace 500 años con las invasiones genocidas europeas y a través de muchos años nos quisieron hacer creer que nuestro territorio, conformado por intereses económicos y políticos, el famoso crisol de razas, pertenecían a las élites. Estas tierras pertenecen a pueblos ancestrales que no eran ni santiagueños ni jujeños, no había divisiones territoriales, aunque sí tenían los nombres de sus etnias como coyas, diaguitas o tobas. A lo largo de la formación del Estado argentino, los territorios fueron entregados primero a los ricos y ahora a las multinacionales siendo sus originarios dueños obligados a migrar en búsqueda de un futuro promisorio que jamás van a hallar porque siempre van a ser excluidos. En el devenir de esa búsqueda sufren miles de penurias y siempre son mal tratados, estigmatizados y muchas veces llevados a delinquir o prostituirse por las autoridades que los toman como mano de obra barata aprovechando su situación desesperante.
En La historia de Oscar, sus amigos y vecinos descubren que fue secuestrado y obligado a delinquir por y para la policía, organizándose ¿Qué relación encontrás con el caso de Luciano Arruga?
Si bien Oscar es un personaje ficticio, la historia en sí es un homenaje a Luciano Arruga víctima del accionar policial y primitivamente de su familia, bajo su condición de discapacitado es excluido de su seno familiar, explotado. Muestra la impunidad de la policía amparado por el Estado y la importancia de los colectivos de organizaciones sociales que logran primero restituir a la sociedad a alguno de los jóvenes y segundo, aunque muerto, encontrar al fin a Oscar.
¿Qué quisieras dejar en los lectores?
Quisiera dejar un mensaje de la lucha y de la vuelta al buen vivir originario. Es por eso que en estos cuatro cuentos, 3 tienen un buen final porque el originario, contrariamente a lo que nos enseñaron por siglos, siempre tiende a la paz y a la buena convivencia, por eso sigue luchando. En los cuentos se ve la doble exclusión, la de ser originario y la segunda, por ser pobres, mujeres o trabajadores. Y destacar siempre el papel de la policía subordinada al poder de turno y subordinando, a su vez, a los desposeídos. También el libro quiere ser un grito por Ni Una Menos. En Tocar fondo, la protagonista es una mujer que fue abusada desde chica como tantas miles lo son día a día, que en vez de recibir contención recibe castigo siendo deportada a la ciudad. Ella misma se siente una basura y tiene naturalizada que a ella sólo pueden pasarle cosas malas, teniendo la carga de una sociedad machista y patriarcal donde se justifica la violencia hacia las mujeres. Luchar y mantener la identidad, el primer paso para salir de la opresión.
¿Cómo podemos adquirir el libro?
A través de mi facebook, Sandra Eguía o por e-mail [email protected] |
