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La Izquierda Diario
29 de agosto de 2016 Twitter Faceboock

La Plata
Nini: la costumbre de romper y echar trabajadores
David Page

Son más de diez los despidos en esta semana. El sindicato brilla por su ausencia y el Ministerio de Trabajo los deja correr. Crece la solidaridad de los trabajadores.

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Con el caso de Arturo Sánchez se destapó la olla de lo que pasa dentro de Nini. Para los laburantes la historia es más que conocida: te exprimen, te rompen y te echan como basura a la calle. Son varias las denuncias en el INADI contra el mayorista por discriminación y maltrato a sus trabajadores.

Luego del despido de Arturo la empresa siguió la misma línea: despidió trabajadores enfermos por las propias condiciones y ritmos laborales, a los que consideraba una molestia.
El primer despido fue a un trabajador que tenía problemas en los tendones de un brazo y ya no podía realizar las tareas habituales, como por ejemplo levantar cajas pesadas durante las 8 horas de trabajo. Después de un tiempo de darle tareas de limpieza de productos podridos y vencidos como castigo por sacar carpeta, deciden echarlo. Por esto mismo pasó otro laburante que tenía poco más de un año trabajando, cuyo padecimiento es el más común de todos: la hernia de disco. El denominador común: como no servís más, a la calle.

Esta semana las cosas siguieron empeorando, ya que más de diez trabajadores y sus familias sufrieron la arremetida de esta patronal, que sigue avanzando en tratar a los trabajadores como descartables. El lunes hubo cuatro nuevos despidos, pero el eje fue otro y también muy conocido, la precarización. Y es que a estos chicos los echan después de haber sido contratados a traves de la agencia ADECCO durante tres meses, en peores condiciones y maltratos. Esta agencia de contratos basuras, es líder mundial en abaratar los costos de la mano de obra y dividir las filas de los trabajadores, entre efectivos y tercerizados, sindicalizados y no sindicalizados. Luego de ese tiempo, pasaron a ser empleados directos de Nini -perdiendo esos meses de antigüedad en ADECCO- con la promesa de que iban a quedar efectivos. La explotación a las que fueron expuestos aprovechándose de su condición de “nuevos”, no le significó nada a esta empresa y como si estuvieran burlándose, decidieron echarlos a días de que esa efectivización se tuviera que realizar.

La reacción se escuchaba en los pasillos con toda la bronca y angustia; un trabajador decía "no puede ser, dejaban la espalda todo los días acá y los rajan así nomas, con lo difícil que está afuera", y otro continuaba en voz alta "a estos forros no les importa si tenés familia, no les importa nada".

Nini con la ayuda del “imparcial” Ministerio de Trabajo y del sindicato que no mueve un pelo, explota, rompe y descarta trabajadores dejando familias en la calle. La empresa también suspende por motivos irrisorios y hasta inventados (llegar dos minutos tarde, inventar que estas “bajo de producción”, tiempo muerto incomprobable, etc.). Para los trabajadores ya es costumbre el apriete de los supervisores, hagan lo que hagan nunca alcanzan la producción exigida, "ya no saben de dónde sacarte sangre" se escucha. Les cortan sus "beneficios", como parar 5 minutos a tomar un café en época de mucho frio porque "hay que meterle". También son extremadamente controlados sus tiempos de descanso y hasta de ida al baño. Si piden algún elemento de seguridad (faja lumbar, guantes o zapatos) nunca llegan, obligando al laburante a comprarlos por su cuenta. No te reconocen los días de licencia por enfermedad que dan los médicos y siempre dan vueltas para que sean menos de los indicados y así no volver bien recuperado, como el caso de un trabajador con hernia inguinal que tuvo que operarse nuevamente por ese motivo. El malestar y la bronca se sienten, "la próxima hay que venir y morirse acá parece" dicen. Se sabe también de la complicidad del delegado, que no solo no hace nada sino que manda al frente, si alguien se queja es señalado y perseguido por la empresa.

Con este hostigamiento y persecución constante la empresa quiere elevar su producción, aumentando los ritmos de trabajo y así bajar el número de empleados que la hacen funcionar, flexibilizando sus condiciones laborales. Una búsqueda descarnada de ganancias que duele en la espalda de cada uno de los trabajadores.

El caso de Arturo se transformó en un caso testigo porque sacó a la luz la realidad de miles de trabajadores victimas constantes de la prepotencia patronal en complicidad con los gobiernos de turno. También mostró la gran solidaridad que hay contra los despidos como el caso de los trabajadores del Bingo que se indignaron ante este caso y dieron su apoyo donando su propina al fondo de lucha, así también se repitió en el Astillero Río Santiago, trabajadores estatales y estudiantes de diferentes Facultades de la ciudad. Esto sumado a la gran repercusión y apoyo en las redes sociales.

Solo desarrollando esta solidaridad y haciendo más fuerte la organización de los trabajadores se podrá frenar los despidos y el ajuste que quieren descargar el gobierno y los empresarios sobre nosotros.

 
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