Colin Kaepernick, hijo de padre negro y madre blanca, se negó a ponerse de pie cuando entonaron el himno nacional de Estados Unidos antes del partido de su equipo, los “49ers” de San Francisco. Dijo que lo hizo por no sentir “orgullo” por un país que oprime a la gente afrodescendiente (sobre todo por los casos de gatillo fácil de los últimos tiempos de los que fueron víctimas varios negros).
Escuchar y “honrar” el himno es un ritual que se lleva a cabo antes de cada partido, y un símbolo muy importante del nacionalismo chauvinista estadounidense, uno de los pilares sobre los que se erige el “ser” norteamericano, ese “ser” que los lleva a ser la potencia imperialista más destructora del planeta. Ir contra esto, contra la bandera, contra el himno, contra la “patria”, tiene una carga simbólica tan contundente y revulsiva, que este gesto ha despertado un fuerte debate en todo el país.
“Voy a seguir apoyando a las personas que están siendo oprimidas. Yo he visto y sentido esa represión. Y hasta que no haya un cambio significativo y sienta cómo esa bandera representa lo que se supone que representa, entonces volveré a ponerme en pie”, indicó Kaepernick, aclarando que va a continuar con su protesta.
Pero no se quedó allí, también criticó duramente a los candidatos a las próximas elecciones de noviembre. Sobre Hilary Clinton dijo que debería estar presa (por el escándalo de los emails), y que considera a los jóvenes negros como “súper predadores”, y sobre el “republicano” Donald Trump indicó que es una persona “abiertamente racista”.
Las críticas a Kaepernick no se hicieron esperar. El mismo Trump calificó de “terrible” sus actos, y varios fanáticos del equipo ya subieron a las redes sociales videos en donde queman la camiseta con el nombre del jugador, que dijo no temer por las consecuencias de sus actos.
Pero no todo fueron críticas, también ha encontrado apoyo en otros jugadores de la NFL y desde su equipo, que dijeron que estaba en su derecho a expresarse libremente. Uno de los jugadores “novatos” de Philadelphia Eagles, Myke Tavarres, aseguró que planea seguir los pasos de su compañero en el próximo partido: “Colin ha hecho un buen trabajo al no ponerse de pie en el himno, por más que a la mayoría no le guste, es su opinión y lo respeto por lo que hizo. Lo he pensado, y créanme que voy a sentarme en el próximo partido”.
Kaepernick no se levantó para honrar una bandera que oprime a las minorías afroamericanas no sólo a través de la violencia policial, sino que también las somete con un mercado laboral marcado por el racismo. Según el Centro de Investigaciones Pew, a principios de esta década la riqueza en los hogares de blancos era 20 veces superior a la de los negros, y los índices de pobreza y desocupación entre los afroamericanos doblegaban a los de los ciudadanos blancos.
“Tengo que levantarme por la gente que está siendo oprimida, si me quitan el fútbol americano, mis patrocinios, sé que protesté por lo que es correcto”, concluyó este jugador que llevó al “#BlackLivesMatter” una vez más a la escena mundial.
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