En el día de ayer se realizó la presentación del libro Arqueología del terrorismo de Estado en el partido de Quilmes, del Observatorio Memoria, Género y Derechos Humanos del Proyecto de Extensión Universidad Memoria y Ciudadanía, impulsado por el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). La misma se desarrolló en el marco de las actividades que organizó la gestión de la universidad a 40 años del último golpe militar. Estuvieron presentes en el panel: Lila Mannuwal, ex subsecretaria de Derechos Humanos de Quilmes, Luciano Grassi, María Sonderéguer, docentes de la casa y el rector Mario Lozano.
Libros de la “buena” memoria
Durante la presentación, los autores contaron que el libro, hace un relevamiento de los centros clandestinos de detención y sus funciones en el territorio quilmeño, también procura hacer una nómina de personas desaparecidas en el partido de Quilmes. En su introducción, los autores cuentan que nuestra localidad formaba parte del circuito Camps y contaba con varios centros de tortura, entre ellos el emblemático pozo de Quilmes, por el que pasaron los pibes de la noche de los lápices, como Nilda Eloy. Nombran también los juicios y las condenas que se lograron a los genocidas, como Etchecolatz. “Casualmente” nada dice el texto ni sus autores del principal testigo de dicho juicio, que hace 10 años está desaparecido: Jorge Julio López.
Discurso progre, política encubridora
Durante las jornadas tampoco se habló de la impunidad de la que gozaron y gozan hasta el día de hoy los genocidas, impunidad de la que el gobierno kirchnerista fue cómplice ya que dentro de sus filas tenían al ex carapintada Sergio Berni y al milico Milani. Tampoco se habló de los privilegios y la impunidad de la que gozan los empresarios que también armaron el golpe, como Blaquier, dueño del Ingenio Ledesma, quien amenazó recientemente a la diputada del PTS-FIT Myriam Bregman por denunciarlo por los crímenes que cometió durante la dictadura.
El rector Mario Lozano reivindicó la UNQ como “la universidad de la democracia”, haciendo referencia al año de su creación, 1989. Vale recordar, que en octubre del mismo año, Menem anuncio por decreto los indultos a los responsables del golpe militar. Cualquier semejanza con las intenciones del actual gobierno con los genocidas, no es casualidad.
Fiel al doble discurso kirchnerista, el rector de la universidad habla de la democracia y los derechos humanos, mientras mantiene acuerdos “de mutua colaboración” con instituciones como la Agencia Federal de Inteligencia, además de haber puesto la universidad al servicio de la formación de la Policía Comunal.
Hay quienes callan mientras Etchecolatz se va a la casa y Julio López está desaparecido. Pero somos miles los que queremos terminar con la impunidad a los genocidas. Por eso seguiremos luchando hasta que todos y cada uno de los genocidas queden en la cárcel. |