FOTO: ID/ Fatiha el Mouali, portavoz de la Unidad contra el fachismo y el racismo
Más de 50 personas han participado este jueves, frente al Consulado de Francia en Barcelona, en una concentración contra la islamofobia y la persecución que sufren las mujeres musulmanas tras la prohibición del mal llamado “burkini” en las playas de Francia.
Hablamos con Fatiha el Mouali, sobre la situación de islamofobia y racismo que viven las mujeres musulmanas, los debates con el movimiento feminista y las consecuencias de la prohibición del mal llamado “burkini”.
Cuéntanos el motivo de la convocatoria de este acto contra la islamofobia
Esta concentración la hemos convocado tras lo que pasó en Francia, ya sabemos que la ley se ha anulado, pero igualmente nosotros vemos que en Francia no es la primera vez que adopta esta actitud de cara a la comunidad musulmana y de cara a las mujeres musulmanas en concreto. Es un acto de reivindicación contra estas políticas racistas que van principalmente en contra de los derechos humanos.
Sabemos que si nos prohíben usar el burkini, provocará que muchas mujeres se queden en su casa. Ahora mismo, las mujeres de aquí de Catalunya, sobre todo inmigrantes musulmanas que están acostumbradas a usar el velo, han estado todos estos años yendo a la playa a bañarse, si es que iban, a veces para acompañar a sus hijos, pero jamás se habían atrevido a ir al agua, a la playa.
Es la primera vez que hemos tenido esta oportunidad. Y llega la oportunidad y la prohíben. Y esto no es la primera vez que ocurre, porque antes de todo esto las mujeres migradas, no sé si estáis al tanto de esto, había leyes que nos prohibían trabajar. Mucha gente no lo sabe, pero si revisáis la ley de extranjería del 2010, muchas de las mujeres musulmanas no podían trabajar por ley. Antes de prohibirnos el burkini, nos prohibían trabajar por ley.
Estamos a favor de que la mujer, como cualquier persona, tenga la libertad de decidir sobre la manera de andar por esta vida y sobre sus ideales. Nosotras no estamos aquí exigiendo que se legalice el uso del burkini, estamos en contra de que se prohíba el mal llamado “burkini”. Esta fobia a esta prenda lo vemos en el nombre, asociado “burka” a “bikini” a la imagen de la mujer de Afganistán, tapada y oprimida.
¿Qué opinas sobre la posición de algunos sectores del movimiento feminista a favor de la prohibición por considerar que de este modo “ayuda” a las mujeres musulmanas a liberarse?
Yo les digo una cosa. Hablaré de mi experiencia personal. Yo durante todo este tiempo nunca he ido a la playa y llevo 16 años aquí porque, primero, no había el burkini que acaba de salir en el 2005. Segundo, porque sabía que no me iban a mirar bien en la playa con esta prenda.
El problema es que muchas mujeres como yo, que no tienen acceso a esos espacios, al final acaban quedándose en casa. Entonces, si el feminismo cree que prohibir el burkini ayudará a la mujer a ponerse el bikini, le diría “te estás equivocando y muchísimo, lo único que estás haciendo es un gran favor a los integristas que van en nombre del islam”. Les están haciendo un gran favor, y la política de Francia, la ley que lo prohíbe de Cannes, también les ha hecho un gran favor porque a ellos, a los integristas, ya les están haciendo un gran trabajo por eso no dicen nada contra la prohibición.
¿Crees que todo el movimiento feminista debería pronunciarse claramente contra la prohibición del mal llamado “burkini”?
Yo creo que nadie tiene derecho a obligar a otro cómo tiene que ir por este mundo, ni como tiene que pensar. Lo que tenemos que hacer entre nosotras es favorecer unos ambientes de libertad, de solidaridad, para que uno tenga la posibilidad de pensar y actuar libremente. Tampoco nosotras somos una “fotocopia” y pensamos todas igual, cada una tiene sus creencias sobre el burkini, la cultura, etc.
Yo intento entender que algunas feministas lo hacen porque quieren proteger a aquella mujer obligada, por lo que sea, a ponerse el burkini. Yo en este caso digo a estas mujeres, que, en vez de prohibir a las que nos queremos poner esta ropa para poder ir a la playa y frecuentar el espacio público, en vez de obligarnos a nosotras a quitarnos el burkini si nos lo queremos poner por voluntad propia, mejor sería trabajar juntas para detectar juntas, los casos de mujeres que están obligadas a llevarlo y tomar juntas decisiones, por ejemplo.
Porque además, lo que está haciendo Francia prohibiendo el burkini, es fomentar la islamofobia. Yo vivo la islamofobia como mujer, como persona. Las mujeres musulmanas, a la islamofobia la vivimos cada día, todo el tiempo. Y aquellas personas que lo niegan, están demostrando su racismo. |