En el día de ayer nuevamente balearon la casa de Sergio “Tiki” Martínez. Una ráfaga de balazos de ametralladora impactaron sobre la casa del dirigente, ubicada en Rodríguez al 1600, y sobre el patrullero que lo custodia. La interna de la Barra de Newells no se detiene, y el dirigente analiza irse del país para preservar su vida.
El dirigente leproso manifiesta nuevamente sentirse desprotegido y acusa a los funcionarios Fernando Peverengo, subsecretario de Políticas Preventivas del Ministerio de Seguridad de la provincia y Diego Maio, secretario de Seguridad Deportiva de la provincia de Santa Fe, de hacer declaraciones en los medios y no encargarse de protegerlo.
En tanto, el secretario de Seguridad Maximiliano Pullaro declaró en conferencia de prensa que el ataque "Es un desafío al Estado, y vamos a demostrar que tenemos más poder que ellos. Además aseguró que "esta reacción es porque los violentos están incómodos, molestos, por el trabajo de este Ministerio, pero vamos a ir a fondo con esto". Durante la mañana policías detuvieron a dos personas que “portaban un arma blanca y una réplica del arma” según Pullaro.
En sintonía con esto el ministro de Justicia Ricardo Silberstein consideró que “el problema del fútbol es “nacional” y que en Santa Fe se han tomado muchas medidas al respecto”intentando involucrar al macrismo en esta disputa que no cede.
La interna de la barra vinculada al narco lleva mas de 10 años de historia sangrienta. En junio de este año fueron los últimos hechos. Luego de que mataran a Matías "Cuatrero" Franchetti, cayó asesinado Maximiliano La Rocca en el mismo mes. Tras esto balearon la casa del "Tiki" Martínez por primera vez en agosto y por segunda vez en el día de ayer.
Lo cierto es que en Rosario, luego de que la semana pasada se declarase la Emergencia en Seguridad avalada por casi todo el arco político local, las barras actúan impunemente. Las fuerzas de seguridad inundarán Rosario y el endurecimiento de las políticas represivas difícilmente ataquen los negocios capitalistas legales e ilegales en los que conniven las barras, los funcionarios y las mismas Policías. |