Familiares mujeres de los trabajadores petroleros de San Antonio Internacional empezaron a organizarse y denunciar la complicidad que hay entre la empresa y el Sindicato del Petróleo y Gas Privado de la Provincia de Santa Cruz. Ellas afirman que es una persecución gremial.
Es sábado al mediodía en algún lugar céntrico de Caleta Olivia. Un grupo de mujeres, compañeras, madres y hermanas de varios trabajadores despedidos de San Antonio internacional deciden reunirse para hacer pública su situación.
Ellas están nerviosas, pero no se paralizan para decir que sienten que junto a sus familias están totalmente olvidadas, desde hace ya varios meses, y en estas últimas semanas todo se agravó con los despidos de más de 50 trabajadores. Además hay 10 delegados sancionados y no pueden ejercer su representación gremial, para poder reunirse con sus compañeros en los puestos de trabajo, no pueden hacer asamblea y votar entre todos como enfrentar el ataque patronal.
Una de ellas denuncia que las medidas de fuerza que hicieron los trabajadores es para defender la fuente laboral y el sustento de sus familias. Mientras luchan, la conducción del sindicato desconoce los reclamos de los trabajadores y firmó un acuerdo que permite los despidos. Incluso la misma conducción se puso de acuerdo con el Gobierno del Frente Para la Victoria y avaló el desalojo de los trabajadores del ingreso a Cañadón Seco, por parte de la Gendarmería. De esta forma se confirma la similitud de accionar entre el gobierno de Alicia Kirchner con el nacional de Mauricio Macri.
“Estar despedido te impide poder tener una cobertura médica y si tenés un hijo enfermo, no podes derivarlo a Buenos Aires. Se te cierran las puertas. Eso no se merecen nuestras familias”.
Todas ellas afirman que el trabajo petrolero es la principal fuente laboral de Caleta Olivia, Las Heras y Pico Truncado. Y los despidos en una de las más importantes empresas como lo es San Antonio, son para que el resto de los trabajadores no se animen a luchar por sus derechos. Sus esposos trabajan desde hace 9, 11, 13 o 17 años. Y vienen de varias generaciones de familias petroleras.
Tienen muchas fotos de luchas. Trabajadores con sus hijos en brazos manifestándose frente al histórico monumento al petrolero llamado “El Gorosito”. Ellas junto a sus compañeros, como hoy en la plaza.
“Ningún medio de la ciudad quiere recibirnos para que nosotras contemos lo que nos pasa. Es porque casi todos los medios de prensa están financiados por el Gobierno y el sindicato” afirman.
Aún les cuesta animarse a hablar, pero en cuanto una de ellas decide contar la verdad de los trabajadores, al resto de ellas participan diciendo que se deben respetar los derechos de sus compañeros, los de ellas y sus familias y por sobre todo que ninguna familia merece quedar en la calle.