Comentando las movilizaciones del año 2011 y las actuales contra las AFP, el historiador Joaquín Fermandois señala en una columna reciente en El Mercurio: “La pregunta que se impone es si las marchas contra las AFP -que incluyen demandas que no quepa duda se expandirán a otros temas- pueden llegar a ser también un nuevo maremoto que remecerá al país, una vuelta de tuerca que puede quebrar el eje que lo sostiene. No se puede descartar, pero lo probable es que no lo sea. Ya se anuncia un paro nacional para noviembre, en la huella del mito de la huelga general de antes de 1914.”
2011 y 2016
La analogía y la pregunta son válidas. Las actuales movilizaciones NO+AFP son más las grandes desde el 2011, en términos de masividad en las calles, con dos grandes movilizaciones cuya última involucró a casi un millón de personas en todo el país, con fuertes grados de “espontaneidad”. Además, así como el 2011 el fin al lucro y la educación gratuita fueron un cuestionamiento agudo a un nicho de negocios muy grande, el NO+AFP cuestiona un segundo pilar de la herencia de la dictadura, estructural de la economía del país.
Si el 2011 abrió una nueva etapa política con el regreso de las calles, hoy las grandes movilizaciones NO+AFP anuncian la imposibilidad del régimen hoy para cerrar esa etapa, y abren nuevas posibilidades de la lucha de clases.
¿Nuevo maremoto?
¿Podrían quebrar lo que Fernandois señala el “eje que sostiene” al país? ¿Será ese eje el preciado “modelo”, algo en que conservadores y liberales de la elite están de acuerdo? ¿Sería capaz de poner a un gobierno “contra las cuerdas” como señala el 2011 con Piñera?
Todavía es el inicio de un movimiento cuyos contornos no están definidos. Por un lado, golpea a un nicho más profundo del “modelo” capitalista, con un régimen y gobierno más debilitados, y una espontaneidad que de desarrollarse puede abrir agudas convulsiones políticas y de la lucha de clases.
Por otro lado, tiene mucha menos intensidad, grados de combatividad y “estructuras” sólidas en las cuales asentarse (cuyas centrales serían los lugares de trabajo con los batallones centrales de la clase obrera en acción). Además, es un amplio sectores de masas que se movilizan pero desorganizadas, sin ser aún “movimiento”. Un factor en contra es el reflujo y debilitamiento del movimiento estudiantil, aunque se mantiene una amplia vanguardia y luchas de resistencia como la de los estudiantes expulsados de la U. Alberto Hurtado, que se disputan la simpatía contra un bloque de rectores, autoridades, gobierno y grandes medios de prensa.
En este desarrollo también juega el rol de las burocracias y mediaciones, sindicales, estudiantiles, políticas. La CUT está borrada, y sus direcciones en disputas inter-burocráticas sin poner un solo pie en la calle contra las AFP. Los sindicatos aún son estructuras débiles. La CONFECH ha administrado un desgaste producto de la subordinación a la “incidencia” en un gobierno y parlamento obstinados a cerrar una un “ciclo educativo” marcado por movilizaciones. Mantienen una pasividad casi criminal cuando en las calles se escucha fuerte el NO+AFP. La Coordinadora NO+AFP que viene jugando un rol importante, por otro lado no desarrolla una política hacia la auto-organización de los trabajadores, generar comités de base, zonales y encuentros masivos con delegados, asambleas en los lugares de trabajo, e imponer la unidad en la movilización y auto-organización hacia los sindicatos y la CUT.
Las movilizaciones han impuesto una nueva agenda y señalado las dificultades de un régimen para cerrar el ciclo abierto el 2011, pero aún son varios los límites, que hacen que por ahora sea “lo menos probable” un nuevo 2011, que sería superior.
04 de Noviembre: ¿"en la huella del mito de la huelga general"?
Sin embargo, hay una crisis profunda del sistema político, y un cuestionamiento profundo a sus estructuras, que no existía el 2011, que lo abrió. No sólo están mucho más golpeadas las grandes instituciones, sino que el gobierno y la figura de Bachelet, una gran mediación pos-2011, tienen los peores niveles de aprobación y rechazo en la historia reciente.
Probablemente se exprese en altas tasas de abstención en las elecciones municipales de Octubre (aunque el próximo año la “renovación” con nuevos partidos puede dar aires de reversa).
La incubación de un malestar social (lo que algunos llaman una “nueva cuestión social”) y una separación de amplios sectores de masas con los partidos tradicionales, gobierno, parlamento, instituciones y empresas, abre la potencialidad, de ser grandes, fuertes e intensas la lucha contra las AFP, de poner contra las cuerdas a un régimen entero.
El anunciado Paro Nacional para el 04 de Noviembre contra las AFP, previa movilización el 16 de Octubre, puede ir en el camino “del mito de la huelga general de antes de 1914” al que parece temerle Fermandois.
No como una figura fantasma del pasado, ni como la ilusión caricaturesca de revolución; sino como un regreso del movimiento obrero como un actor político nacional.
Se puede preparar un gran paro nacional con los batallones centrales de la clase obrera chilena en movimiento, con los mineros, portuarios, forestales así como la amplia mayoría del transporte público y el comercio; si los acompañan los estudiantes con paro y movilización, con cortes de calle y concentraciones; si lo acompañan las poblaciones con cacerolazos. Con las grandes organizaciones dispuestas como herramientas de lucha y con coordinación de base.
Un gran paro nacional activo puede ser la posibilidad de un retorno del 2011, más agudo y más convulsionado.
El movimiento de los trabajadores viene jugando un rol estos últimos años, con un economía en alza. El 2014 medio millón de trabajadores estuvieron involucras en “huelgas ilegales” o “paros”. El 2015 fueron más de un millón. Son luchas difíciles, aisladas, en posiciones de fuerza desfavorables producto de décadas de imposición de un despótico régimen anti-obrero y anti-sindical, muchas derrotadas, pero experiencias en el marco de una recomposición más general del movimiento de los trabajadores.
En un marco que hay alertas de "recesión" y las empresas empiezan a ajustar, aumenta gradualmente el desempleo y el gobierno plantea el "ajuste fiscal", se pueden combinar luchas económicas como la que comienzan trabajadores mineros de El Salvador de Codelco, con la lucha más general contra las AFP.
Las luchas NO+AFP abren una nueva perspectiva, que puede tener a un nuevo movimiento de los trabajadores como protagonista de las luchas de clases del país. |