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La Izquierda Diario
8 de septiembre de 2016 Twitter Faceboock

Elecciones EE.UU. 2016
Trump se congratula de provocar cambios en gabinete presidencial de México
Bárbara Funes | México D.F | @BrbaraFunes3

Fue en el espacio televisivo Foro del Comandante en Jefe de la cadena estadounidense NBC.

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El presentador Matt Lauer inquirió a Trump sobre si podían confiársele las relaciones exteriores a él, que hace declaraciones de las que luego se desdice. La respuesta fue contundente.

“Si se mira lo que pasó en México el otro día a donde fui, tuve grandes relaciones, y todo lo demás. Les dije cuál era la posición de Estados Unidos. Hemos sido gravemente perjudicados por México, tanto en la frontera, y además se están llevando nuestros empleos, o un alto porcentaje de los empleos. Y si uno ve lo que ocurrió, si uno ve el desenlace hoy, donde las personas que arreglaron el viaje en México han sido sacadas del gobierno, ¡así fue lo bien que nos fue! Y eso es lo que vamos a tener qué hacer Matt”, declaró el magnate refiriéndose a la renuncia del extitular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

La injerencia estadounidense en México no es un secreto. Sólo que en el caso de Trump viene enmarcada en escándalos y ofensas repetitivas que el candidato republicano despliega como parte de su estrategia electoral.

Ha acusado a los migrantes provenientes de México de ser “criminales” y “violadores” y anunció deportaciones y persecuciones masivas a los extranjeros sin papeles que residen en Estados Unidos.

Uno de los peores errores del gobierno de Peña Nieto -servil con el gobierno estadounidense de turno y verdugo con el pueblo mexicano- ha sido la invitación a Trump a Los Pinos, una suerte de “visita de Estado” por la dudas que gane el magnate.

Trump -quien edificó su fortuna a base del sudor y del esfuerzo de trabajadores migrantes, antes europeos- hoy latinos, no sólo no se desdijo de sus ofensas e insultos. Aprovechó la oportunidad para burlarse abiertamente de México.

Con la espinosa historia que comparten ambos países, este affaire tiene un alto costo para el gobierno mexicano: a Peña Nieto lo comparan con Santa Anna, el presidente que vendió y entregó la mitad del territorio de México a Estados Unidos, hecho que fue una de las vías para convertirse en la potencia imperialista que es hoy.

Cayó Videgaray, el presidenciable favorito de Peña Nieto para sucederlo en 2018. Según una encuesta del diario Reforma el pasado miércoles 7 de septiembre, 85% de la población consideró un error la visita de Trump. Videgaray fue impulsor y gestor de la repudiada visita y cayó, a pesar de haber jugado un papel de primer orden en las reformas estructurales ordenadas por el imperialismo estadounidense y los organismos internacionales.

El escenario estadounidense

Mientras tanto, Trump se ha fortalecido en las encuestas, con el límite de que las mismas son realizadas a 1,000 o 2,000 personas, un espectro poco significativo del padrón electoral estadounidense, que en 2012 contó con más de 130 millones de personas registradas para votar, y se espera que este año la cifra se incremente.

Por ejemplo, en una encuesta realizada por CNN y ORC internacional, 45% de los encuestados manifestó que votaría por Trump, frente a 43% que votaría por Hillary Clinton. Pero se invierten las cifras si se tienen en cuenta sólo los votantes registrados: 44% para el partido demócrata, 41% para el republicano.

Lo cierto es que ambos candidatos son cuestionados (y cuestionables): a Trump sus vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin y que esté asociado con ataques informáticos al sistema electoral estadounidense lo perjudican. A la candidata demócrata, la vulnerabilidad de información confidencial transmitida por su correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado, así como la filtración de correos de la fundación del matrimonio Clinton, donde quedan expuestos sus vínculos a grandes capitales privados, la ponen en jaque.

Triunfe quien triunfe, lo cierto es que nada bueno vendrá para los migrantes: ambos mantienen una política dura. La de Trump, abierta, ferozmente, como lo expresó la campaña del candidato, con la construcción del muro fronterizo y deportaciones masivas. La de Clinton, una combinación de militarización fronteriza, alivio migratorio temporal para un sector y persecución y criminalización para otro.

 
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