Con el veto a Venezuela para la presidencia del Mercosur y la amenaza de suspenderla del bloque regional antes de fin de año, el gobierno golpista de Michel Temer en Brasil, la derecha de Macri de Argentina, y Horacio Cartes de Paraguay, junto con el gobierno del Frente Amplio en Uruguay buscan redoblar la presión sobre Venezuela en una actitud claramente injerencista.
Nota principal: El Mercosur estrecha filas y aparta a Venezuela de la presidencia
El objetivo de esta presión sobre el gobierno de Maduro va dirigido a apuntalar a la oposición derechista local aglutinada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Esto se da en el marco del avance hacia la instalación formal de un diálogo político entre el Gobierno y la oposición aglutinada en la MUD. Lo cual fue reconocido públicamente este pasado martes por el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien forma parte de la representación del chavismo en estas gestiones.
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Nadie revela a ciencia cierta lo que están negociando allí, más allá de la supuesta discordia pública en torno al revocatorio este año o no. No es de descartar que en medio de las negociaciones que se realizan a puertas cerradas el propio proceso de referendo podría ser el terreno donde se busquen “consensos”. Es decir, que permita acuerdos básicos entre la oposición, sectores del chavismo y las Fuerzas Armadas, con apoyo de los mediadores internacionales, que pueda encauzar algún tipo de “transición” a un poschavismo más estable, funcional a las clases dominantes.
Los gobiernos derechistas del Mercosur, con el golpismo brasilero en primera línea, buscan con el veto a Venezuela en la presidencia y la amenaza de suspensión operar sobre las discusiones de la “transición” a un pos chavismo para que se adapte lo mejor posible a los intereses de las burguesías regionales y el imperialismo a costa de los trabajadores y el pueblo.
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