José Torero, es académico especialista en fuego en la Universidad de Queensland, Australia. Colaboró parcialmente en los estudios que hizo el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). En el campus de Gatton, de esa misma universidad, llevó a cabo experimentos incinerando cuatro cerdos en total que lo llevaron a concluir que la hoguera necesaria para incinerar 43 cuerpos humanos no pudo haberse hecho arder en el basurero de Cocula, por la enorme cantidad de material combustible requerido.
La clave de la verdad histórica del entonces Procurador de Justicia, Jesús Murillo Karam, era la imposibilidad de encontrar residuos de carne o hueso que le permitieran a cualquier investigador, recolectar muestras para análisis de ADN. Por eso se argumentó la incineración de Cocula, donde, según la PGR, un grupo de narcotraficantes habría incinerado los 43 cuerpos con madera y llantas.
De acuerdo con Torero, en un reportaje publicado en el portal digital de la revista Science Magazine, quien incineró un cerdo de 70 kilos de peso utilizando 630 kilogramos de madera, para poder incinerar 43 cuerpos con un peso similar se requieren más de 27 toneladas de madera, la carga de un tráiler y medio aproximadamente. Destaca en sus observaciones que además de la enorme cantidad requerida, aun así, se habría conservado materia orgánica y que, debido a la intensidad del calor generado, éste hubiera dejado marcas en los troncos de los árboles de la zona, las cuales no observó cuando estuvo en Cocula auxiliando al GIEI.
Será en las próximas semanas, cuando el profesor Torero presente sus hallazgos ante algunos colegas para su revisión, que tengamos mayor información respecto a la “verdad histórica” aunque ya nos adelanta su postura: “hay que dejar de buscar en el basurero porque ahí no se encuentra la verdad de los hechos”. |