El anuncio del incremento en las cuotas a pagar por la matricula universitaria despertó nuevamente al movimiento estudiantil. Los estudiantes reclaman por la gratuidad de la educación universitaria.
Cuando este lunes el Ministro de Educación sudafricano, Blade Nzimande, anunció el posible aumento en las cuotas de la matricula universitaria se encendió, nuevamente, las llamas de la rebelión estudiantil. Nzimande autorizó a las universidades del país a aumentar hasta un 8 por ciento las cuotas que pagan los estudiantes, presentando el incremento como una acción oficial para evitar los aumentos abusivos. Pero los estudiantes que vienen reclamando que “las cuotas deben caer” (#FeesMustFall es el lema del movimiento) ven las explicaciones del ministro, seguidas de un anuncio sobre un plan de ayuda para los estudiantes con menos recurso, como un nuevo rechazo gubernamental a su reclamo por una educación gratuita.
A las pocas horas del anuncio sobre los aumentos, las protestas estudiantiles que se mantenía latente, producto de la persecución, sanciones e incluso represión a activistas en las universidades, volvió a explotar. Tomas de campus e instalaciones universitarias y cortes de calle y accesos a las mismas se extendieron en las principales casas de estudio del país.
Los estudiantes de la Universidad de Ciudad del Cabo, de Witwatersrand, de Pretoria, de KwaZulu-Natal, de Free State, de Stellenbosch, la Nelson Mandela Metropolitan University, la Tecnológica de Tshwane, y la Universidad del Noroeste se manifestaron este martes.
En la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo, uno de los epicentros de las movilizaciones, 31 estudiantes fueron detenidos mientras intentaban cortar los accesos al campus principal y la Policía dispersó a otro grupo que interrumpía el tráfico con balas de goma.
#FeesMustFall y el reclamo por la educación gratuita
Las asambleas y consejos de estudiantes de las universidades piden que se suspenda la subida de las matrículas para el 2017 hasta que el Gobierno declare gratuita la universidad. Los estudiantes aseguran que no permitirán que se reanuden las clases hasta que el ministro revoque por segundo año consecutivo la subida de las tasas.
A finales de 2015, la mayor ola de protestas estudiantiles desde la caída del apartheid, llevó al Gobierno a desechar su plan de incrementar las tasas universitarias en un 6 por ciento.
Con ese antecedente aún latente, el Ministerio de Eduación y los rectores de varias universidades han advertido del riesgo de bancarrota si no se incrementan las tasas o el Gobierno aporta más dinero a sus arcas. La advertencia, claro está, actúa como un chantaje contra el reclamo de los estudiantes buscando poner en su contra a docentes, trabajadores de las universidades y estudiantes que vean amenazada la continuidad de sus carreras. Pero el fuerte comienzo de las protestas parece indicar que no será fácil para el gobierno doblegar el reclamo.
Una juventud que se levanta contra la herencia del Apartheid
El movimiento estudiantil sudafricano no solo reclama por el acceso gratuito a las universidades. Junto al movimiento llamado #FeesMustFall surgió en las universidades la campaña y movilización por #RhodesMustfall” (“Rhodes debe caer”), una campaña para retirar una estatua de Cecil John Rhodes (un empresario colonialista y gran defensor del imperialismo británico) de la explanada de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), una de las más prestigiosas de Sudáfrica. El movimiento que se extendió a otras universidades representó la batalla contra lo que los estudiantes ven como continuidad del Apartheid en las universidades, en especial las grandes diferencias de acceso y posibilidad de continuar sus estudios que siguen siendo muy marcadas entre estudiantes negros y blancos.
Esta lucha de la juventud contra la desigualdad y el racismo que, a más de dos décadas de la caída del Apartheid, continúan en Sudáfrica no solo se centra en las universidades. A principios del pasado mes de septiembre el reclamo de una joven negra de 13 años despertó un movimiento contra los reglamentos racistas en las escuelas de educación media, en varias regiones del país.
Luego de que décadas atrás el CNA con Mandela a la cabeza evitara la caída por la movilización del régimen colonialista, las promesa de una república multirracial y de la igualdad social y económica entre blancos y negros tras la caída del Apartheid se desvanecen ante la discriminación y desigualdades que día a día viven millones de negros en Sudáfrica.
Las acciones de los estudiantes son la expresión de una insatisfacción nacional mucho más amplia con respecto a la política del gobierno del CNA que lejos de conseguir iguales derechos para todos, ha beneficiado solo a una pequeña élite negra que actúa como gerente de los negocios de las multinacionales.