¿Cómo surge la reforma en los planes de estudio y porqué?
Susana (Egresada de Historia): Hay dos razones, primero el argumento de la gestión de la necesidad de adecuar la currícula a los marcos normativos actuales (Ley Nacional, Plan Estratégico 2021 UnCuyo, etc). Por otro lado, tiene que ver con la presión que existe respecto a generar espacios donde se interpele y se piense cual es la situación actual de nuestras carreras respecto a la actualización metodológica, teórica y bibliográfica, y dentro del campo laboral.
Jorge (Estudiante de Filosofía): Hace casi tres décadas que los planes no se modifican. El sesgo ideológico que es muy marcado y muy incómodo para los estudiantes y para algunos docentes, que tiene que ver con el pensamiento centrado en una perspectiva cristiana, europeizado y occidental que en la Facultad de Filisofía y Letras tiene un arraigo y una radicalización muy fuertes. La gestión de Adolfo Cueto en vista de que nuestra facultad está en contraste con la normativa vigente se ve en la obligación de reformar los planes. Como lo planteaba la gestión, no se le daba a los estudiantes la participación que hoy tienen. En el caso particular de Filosofía, hubieron varios impedimentos para la implementación de esto porque es el sector de la facultad que más arraigado está en el pensamiento conservador. De alguna forma, no les ha quedado otra.
¿Cuál es la situación actual de la reforma?
Susana (Egresada de historia): el proceso ha pasado por varias instancias. Primero una de gran apoyo y participación de los actores de la facultad, cuando logramos la elección directa de los comisionistas, pero avanzando en el tiempo empieza a notarse una desmotivación. Esto terminó afectando las propuestas de reforma más radicales y profundas. Desde el claustro de egresados, por un lado la vida laboral dificulta la continuidad, y en parte del claustro también existió una desmotivación al ver que desde la gestión se planteaban modificaciones más parciales y no profundas y sustanciales. Existe una resistencia a propuestas que realmente hablen de una etapa transformadora y no sólo de actualizar, sino de generar una ruptura en el paradigma educativo. Es un proceso heterogéneo. En las últimas semanas se está dando una nueva etapa donde están las ganas de generar un espacio de discusión real, de interpelarnos sobre las competencias de nuestras carreras en lo laboral, para la comunidad. El motivo de este florecimiento fue la propuesta de la comisión técnica de las modificaciones curriculares en el campo docente, con modificaciones mínimas o nulas en los espacios curriculares más cuestionados, lo que generó un estado de alerta para reveer y discutir si solo estamos actualizando los planes o si realmente hacemos un hito de ruptura con lo que se viene dando.
Gabriel (Estudiante de letras): estamos en el proceso de finalización de diagnóstico y finalización de los perfiles de egresado, alumno y profesional que quiere la facultad y que necesita la sociedad. Ahora empezamos a discutir la parrilla que necesita cada profesional.
Jorge (Estudiante de Filosofía): Se ha logrado el diagnóstico donde se plasma y se materializa lo que opinan y piensan, y las experiencias de quienes han transitado por la facultad, sistematizado en un documento, para impulsar las demandas que existen. Hay un conflicto actualmente, no nos hemos puesto de acuerdo en cuál es la formación docente que queremos, porque no se han dado las condiciones para tener un debate sobre el tema. La Comisión Técnica se tomó atribuciones que no le corresponden, elaborando documentos y planteando ciertas anticipaciones a los debates que tienen que ver más con los intereses de ciertas personas que con ver de qué manera podemos plantear una reforma seria. Se ha tratado de desorientar a los integrantes de las Comisiones para poder generar en las percepciones que no queda otra salida que aceptar el esquema de la Comisión Técnica. Frente a esto los estudiantes se están movilizando aunque existan trabas. Otro problema es que en un principio la Comisión Técnica se tomó la atribución de seleccionar la normativa con la que se iba a trabajar y hoy por hoy han bajado la normativa y nos han dicho “esto se tiene que cumplir a rajatabla”. Nos cuestionamos si tenemos que cumplir esa normativa porque la formación docente que salga de ahí podría terminar generando condiciones dañinas para el trayecto académico de los futuros estudiantes.
¿Cuál es la reforma que quiere la gestión y cuál los estudiantes que se vienen organizando?
Facundo (Estudiante de Geografía): En Geografía hay gente que tiene intención de cambiar bastante todo y unificar las carreras (actualmente son tres carreras de grado y una tecnicatura), y está la otra postura donde el interés es sólo mejorar la orientación. Algunas cátedras pretenden que todo siga intacto, aunque sea insostenible, porque hay que adaptarse a la necesidad de los nuevos estudiantes y a los cambios propios de cada disciplina. Por otro lado, los profesores van a seguir siendo los mismos, así que no tiene sentido pedirles que pasen de ser conservadores a revolucionarios porque va a quedar escrito muy lindo en papeles pero en la realidad no cambiaría nada. Hay que exigir más flexibilidad (materias optativas, métodos de evaluación), y una gran actualización.
Susana (Egresada de Historia): de alguna manera hubo momentos de coincidencias sobre todo en que es necesario cuestionar e interpelar nuestras carreras, también vimos positivamente que desde la institución se generaran espacios para la discusión de los planes de estudio, que la gestión no fuera limitante de la participación, que fue una lucha de estudiantes y egresados de conjunto. El punto de conflicto es en la interpretación del proceso. La gestión lo denomina de “actualización e innovación”, pero para nosotros es un proceso de reforma, implica una visión más integral de lo que queremos hacer. Para las autoridades esto de iniciar un proceso de ‘actualización’ marca los márgenes, pero queremos generar una ruptura con lo que estaba vigente y discutir desde qué visión vamos a generar nuestra visión académica. El espíritu de la mayoría de los comisionistas es generar una transformación conjunta en los campos de formación.
Gabriel (Estudiante de Letras): se nota una diferencia entre lo que quiere la gestión, lo que quieren ciertos profesores y lo que queremos los estudiantes. La gestión se presenta como que quiere hacer un plan de reforma que quede lindo en los papeles, pero en la realidad quieren dejar las cosas como están, y a veces subestimando a los estudiantes al no considerar sus opiniones. Están reticentes a llamar a concursos y hablan de concurso abreviado que no es otra cosa que un concurso interno con los profesores que ya están en la facultad. Nosotros queremos una reforma enfocada en la realidad más que en la erudición, queremos que los profesionales salgan preparados para afrontar lo que pasa en la calle y no cargados de teoría innecesaria.
Jorge (Estudiante de Filosofía): A la gestión no le conviene estar en esa situación de desfasaje respecto al marco legal. No hay que negar que seguramente quieran lograr capitalizar esto en términos políticos, ojala que no! Yo creo que van a tratar de darle el giro de “miren la reforma que hemos hecho” y en realidad le han puesto muchísimas trabas al carácter democrático de la reforma. En el caso de Filosofía, lo que queremos los estudiantes es un cambio de paradigma, distinto, más crítico, con nuevas miradas y perspectivas epistemológicas, que incorpore nuevas perspectivas para pensar múltiples dimensiones de la Filosofía. Resquebrajar la centralidad del pensamiento cristiano, y el carácter dogmático que ha tenido durante mucho tiempo. |