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22 de septiembre de 2016 Twitter Faceboock

Mundo Sindical
Ronda de periodistas gremiales: ¿qué hay detrás de las indefiniciones de la CGT?
Lucho Aguilar | @Lucho_Aguilar2

Este viernes 23 se reúne el Confederal de la CGT. ¿Qué medidas definirá? ¿Temen un desborde de la situación social? ¿Cómo impactó la detención del Caballo Suárez? ¿A dónde va la CGT? Opinan para La Izquierda Diario los principales columnistas gremiales de El Cronista, La Nación, Bae e Infogremiales.

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-La CGT dice que el Confederal del 23 podría definir “medidas de fuerza ante la situación económica y social”. ¿Cuáles opinan que son los motivos por los que aún no han convocado hasta ahora un paro general como reclaman otros sectores? ¿Qué les parece que definirá ese plenario?

Elizabeth Peger (El Cronista): Creo que las razones por las que la CGT aún no avanzó en la convocatoria a un paro general responden a dos dimensiones. Por una parte, la reunificación es un proceso todavía demasiado reciente por lo que subsisten dentro de la central diferencias importantes entre los diversos sectores. Hay matices evidentes en cuanto al vínculo con el Gobierno, en cuanto a las prioridades en los reclamos y en cuanto al propio rol de la central en la esfera política. Por otra parte, entiendo que la decisión de no avanzar hacia una ofensiva de conflictividad contra el Gobierno guarda estrecha relación con sus efectos en el terreno político y la interpretación de la mayoría de los sindicalistas de que la construcción y consolidación de una alternativa política al oficialismo es un proceso prácticamente inexistente. No ven aún en el horizonte un proyecto político con posibilidades de disputarle en serio el poder a Macri.

Creo que el Confederal sólo dará mandato para la definición de un plan de lucha, no veo probable que le ponga fecha a un paro.

Nicolás Balinotti (La Nación): Los dirigentes de la CGT no convocaron todavía a un paro general por varios motivos. El primero fue su interna y su proceso de renovación. Sin una unidad total, con muchos gremios de peso afuera, el triunvirato intenta fortalecer a la nueva CGT con puentes a muchos sectores: movimientos sociales, el PJ, la Iglesia. Intenta, en esta nueva etapa, apostar al diálogo. En todos los gremios hay malestar con el rumbo económico y las prioridades que estableció el Gobierno, pero en la CGT entienden que romper el vínculo ahora no traería beneficios en el corto plazo. Además, hubo cierta compresión y tolerancia al Gobierno de Macri porque en la CGT fueron siempre muy críticos de los últimos cuatro años del kirchnerismo.

El 23 se facultará al triunvirato a definir un plan de lucha, que podría tener alguna acción directa, como una movilización o un paro. El debate interno se aceleró porque la CGT se sintió presionada por la convocatoria a la Marcha Federal. Al paro lo podría evitar un llamado del Gobierno para debatir en una misma mesa con empresarios sobre las importaciones, la inflación y la reforma de Ganancias.

Jorge Duarte (Infogremiales): Hubo una serie de cuestiones que influyeron para que la CGT todavía no haya accionado contra el Gobierno Nacional. Por un lado la propia dinámica de la política. Es que una porción importante de los dirigentes de la central habían puesto sus fichas en Macri en campaña para derrotar al kirchnerismo, por lo que no estaban dispuestos a salir a confrontar a tan poco de asumir. Por otro lado la dinámica interna cegetista que los enfrascó en un proceso de unidad que tardó más de la cuenta y con menores resultados de los esperados. Y también por el temor a encarar una escalada de confrontación que pudiera ponerlos cerca de lesionar la gobernabilidad. Quizás "gobernabilidad" es la palabra que más suena en Azopardo. Luego de la experiencia con CFK donde hacían medidas de fuerza aisladas, sin conseguir nada y sin articular un plan de lucha, los popes saben que un paro sin continuidad y sin resultados concretos los debilita. Entrar en un increscendo de conflicto, a menos de un año de asumir Cambiemos, creen que puede llevarlos a poner en jaque al gobierno.

Creo que va a estar muy parejo entre quienes quieren ir a un paro y los que quieren esperar. Quizás se salde con algo intermedio: o una movilización o un mandato al consejo directivo para decidir una medida, con lo que ganarían otros 10 días.

Quizás "gobernabilidad" es la palabra que más suena en Azopardo

Luis Autalán (BAE, Crónica): Todos los caminos visibles conducen a una actitud y denominador común. El Triunvirato de la CGT, aún en sus matices hace equilibrio en virtud del principio “un paro no es un fin en sí mismo”. Nobleza obliga, hay que recordar una reflexión del colega Nicolás Balinotti que fue publicada por ustedes cuando reseñó que “la unidad” que se lograra el 22 de agosto no iba a ser taxativa. Los cuatro grupos que se conformaron desde el Congreso que impugnó Gerónimo Venegas, asisten a Balinotti en certeza de análisis y ofrecen una explicación para la posible huelga. El Triunvirato no está convencido, en sus laberintos del paro general porque se preguntan “¿y después qué?”; el sector del Momo cree que no hay motivos para huelga y el MASA de Omar Viviani, Smata y la Unión Ferroviaria de Sergio Sassia, aceita contactos con el Gobierno. El cuarto escalón, la Corriente Federal Sindical/Bancarios aparece como la más decidida al paro, pero también intercambia contactos con la conducción de Schmid, Daer y Acuña.

Los motivos del “no paro”, aparecen en una duda existencial, porque fuera de grabación la mayoría de los jefes cegetistas admiten que Cambiemos “viene por todo”. Quizás echan mano al precepto de que “para vencer, primero hay que ceder”. La Marcha Federal les metió presión, incluso porque en esa misma jornada el Triunvirato se fue molesto y con las manos vacías de la reunión en el Ministerio de Trabajo.

El Triunvirato no está convencido, en sus laberintos del paro general porque se preguntan ’¿y después qué?’

-¿Qué lectura política hacen en Azopardo de la detención del "Caballo" Suárez y que se hable de posibles novedades en el caso Caló?

EP: Es un tema que les preocupa y bastante, más allá de que Suárez nunca ha sido un dirigente con gran predicamento entre sus pares. Las versiones sobre un posible avance judicial en el caso de Caló, y otros rumores que mencionan una ofensiva contra Moyano generaron cierta inquietud, básicamente por la sospecha de algunos dirigentes de que esos episodios puedan formar parte de alguna ofensiva del Gobierno contra los sindicalistas en momentos en que la CGT presiona con la amenaza de un paro general. No obstante, entre los dirigentes creen podría tratarse más de un mensaje, con cierto propósito disciplinador, que una avanzada en concreto. Son conscientes de que para el Gobierno la reunificación de la CGT representa hoy un activo importante para intentar contener la conflictividad social, en especial por el interés cegetista de monopolizar la representación social más allá de los gremios que forman parte de la central, sumando movimientos sociales y otras expresiones sindicales hoy fuera de la estructura de la entidad.

Son conscientes de que para el Gobierno la reunificación de la CGT representa hoy un activo importante para intentar contener la conflictividad social

NB: La CGT se despegó de Suárez. Su situación incomodó siempre, como la de otros colegas. En la marcha del 29 de abril hubo una mención a la intromisión del Estado en las organizaciones gremiales. Fue la única referencia a la intervención del SOMU. Pero con la caída del “Caballo” los dirigentes se llamaron a un incómodo silencio o a argumentos sencillos, como que fue una decisión de la Justicia. Sobre la UOM: Caló y el resto de los dirigentes metalúrgicos están muy preocupados por esa causa. Pero a diferencia de Suárez, si Caló llegara a ir preso, la CGT sí va a reaccionar. Sería así por dos razones centrales: avanzar sobre la UOM es tocar el corazón del sindicalismo. Y la otra razón es porque negocios con la aseguradora de Julio Raele hicieron muchos sindicatos, no sólo la UOM.

JD: La lectura no sé si es unánime. Está claro que como corporación a Suárez ya se le había soltado la mano hace tiempo. Si había que "entregar" a alguno, el “Caballo” era el indicado. Ahora, el mensaje a Macri de que esto se detenga ahí también le llegó. Creo que si la idea de Cambiemos es generar con Suárez una especia de José López en el plano sindical para tratar de avanzar y debilitar a la CGT, va a ser algo sumamente conflictivo y no creo que los dirigentes hagan de ese camino un lecho de rosas. Además, no olvidemos que los gremios suelen ser pilares de la política, y también del macrismo, por lo que no creo que se intente de avanzar más que hacia sindicalistas que hayan estado vinculados a la gestión anterior.

LA: El procesamiento de Suárez era un final cantado para los hombres fuertes y no tanto del sindicalismo. Va a cumplirse un año cuando en el aniversario del natalicio de Juan Domingo Perón, el MASA presentó un documento político. Todavía se agrupaban allí Antonio Caló y muchos que partieron de ese movimiento. Ese 8 de octubre del año pasado en el predio de APL, estuvo presente Suárez, pero no ocupó lugar en la mesa de la conferencia de prensa y caminaba por el predio de Ituzaingó en soledad casi, estaba de muy mal humor y lo hizo saber a sus pares.

El “se venía venir” resume a la historia reciente del SOMU entre los gremios, atentos a las novedades judiciales. Respecto al caso de la UOM, el expediente cobró impulso llamativamente antes de las elecciones y balotaje. Creo que la definición “tranquilos, pero atentos”, sintetiza la actitud de estos días. Salvo el sector de Venegas, todos coinciden en que Cambiemos “viene por todo”, lo cual se traduce en la jerga sindical como “riesgo de carpetazo”.

-Hay números que hablan del cierre de 500 mil cuentas sueldo, más de 150 mil despidos, caída del salario real y del consumo. ¿Hay preocupación en el gobierno y las centrales sindicales de que la situación social y sindical se les desborde? ¿La CGT teme perder protagonismo en las calles y lugares de trabajo ante otras corrientes políticas y sindicales?

EP: La situación social es hoy una de las grandes preocupaciones del Gobierno y sin duda la principal para la dirigencia de la CGT. En esa inquietud se explica la decisión del nuevo triunvirato de conducción de establecer canales de diálogo y contacto con agrupaciones sociales y organizaciones que representan a desocupados o trabajadores informales. La intención es que la CGT exprese de alguna manera también los reclamos y demandas de esos sectores, que los canalice ante el Gobierno, de manera de poder establecer una red de contención que evite desbordes. Habrá que esperar un tiempo para ver si esa estrategia funciona en situaciones concretas y si también sirve al objetivo de los movimientos sociales de lograr una mayor visibilidad de sus demandas. Creo que en buena medida depende de si efectivamente existe un compromiso cegetista de gestionar sus reclamos o se trata solo de una foto, una puesta en escena para fortalecer las aspiraciones de los grandes sindicatos de controlar la protesta en las calles y de hegemonizar la interlocución social con el macrismo.

NB: La preocupación alcanza a todos los sectores. Y el temor al desborde está siempre latente. Incluso, en el Gobierno le temen más a un noviembre conflictivo que a diciembre. La CGT apuesta a ser el conductor del conflicto social y por eso apuesta a sus lazos con otros actores, como los movimientos sociales y piqueteros.

En el Gobierno le temen más a un noviembre conflictivo que a diciembre

JD: La situación comienza a ser tensa. Desde la CGT tomaron nota de la masividad de la Marcha Federal y de su ausencia, por lo que de hecho una porción de la central se sumó a último momento. En ese sentido la posibilidad de perder la iniciativa en la calle es una certeza, en caso de que sigan buscando contener el descontento que hay en las bases. Además, a fuerza de despidos y ajuste, se puede sentir que los movimientos sociales comienzan a ser otra vez actores dinámicos del conflicto social, que protagonizaron casi exclusivamente en momentos de alta desocupación.

LA: Triaca viene de admitir 120.000 puestos de trabajo perdidos. Leyendo los medios la preocupación del Gobierno, visible al menos, es facturar a la meseta de empleo desde hace 5 años. Eso sí, monitorean cada paso de las cuatro centrales (una formal y tres “virtuales”) con suma atención y juegan su ajedrez en algo que Cambiemos domina, el juego de las influencias.

Sobre la pérdida de protagonismo, la contundencia de la Marcha Federal, con participación de los hermanos Moyano -todo un dato-, gremios afines a los Camioneros y la Corriente Federal dejó más que señales de alerta. La ronda de contactos que activó y aceleró el triunvirato parece indicar eso, aun cuando en esas mesas las posturas fueron escuchar a los Movimientos Sociales (reunión histórica) pidiendo “unidad para la acción” y atendiendo el expreso pedido de mesura que acercó la Iglesia.

-La CTA ha firmado una declaración y contemplado en la Marcha Federal a las cámaras “pymes”, la CGT se ha reunido con la UIA y se multiplican los reclamos contra las importaciones, ¿se puede decir que ante la política de Cambiemos las centrales sindicales buscan reconstituir la "alianza de clases" en la que se sustenta el peronismo?

EP: No sé si en la nueva conducción de CGT están pensando en objetivos tan profundos y ambiciosos. Me parece que todavía los propósitos del sindicalismo tradicional resultan más cortoplacistas y me gustaría esperar un tiempo prudencial para poder analizar en concreto hacia dónde van. Si es cierto que hay una preocupación, sobre todo en los gremios industriales, respecto al tema importaciones, en coincidencia con los planteos de las entidades empresarias del sector fabril, sobre todo por sus efectos en la producción nacional y el futuro del empleo en el sector. Hay una negociación específica conjunta de CGT y UIA con el Gobierno para abordar la situación y establecer algún consenso que posibilite instrumentar mecanismos para proteger a la industria nacional.

NB: Las centrales sindicales se dieron cuenta el 29 de abril que se necesitan mutuamente. Pasó también en la Marcha Federal. Pero no observo que haya una estrategia definida y común detrás de este tipo de acciones. Si la CGT acuerda con el Gobierno y baja el paro previsto para octubre, las dos CTA y la izquierda quedarán como los actores más duros, pero a su vez quedarán debilitados.

JD: En parte es así y en parte se trata de una estrategia defensiva. En este momento los esfuerzos están más puestos en armar una red de contención frente al ajuste, que en proyectar un posible futuro en conjunto. Pero en el ADN de la CGT está la matriz de pensamiento peronista, por lo que no los pone en una contradicción al encarar reuniones y acciones conjuntas con la UIA, por ejemplo. Recordemos que la UIA es una de las instituciones que presionó fuerte por conseguir los cambios más regresivos en el mercado laboral.

LA: Sobre todo Schmid y Daer gustan de la construcción de puentes, una prédica que no casualmente exalta el Papa Francisco, permanente motivador de la unidad de gremios y organizaciones sociales. Matices aparte, los que “se juntaron” el 22 de agosto en Obras siguen pensando que todavía no llegó Mauricio Macri y equipo al primer año de gestión. Con perspectivas poco favorables en el plano económico laboral social, la alianza de clases – o la máxima cercanía posible ante el espanto – aparece como una opción para alcanzar un objetivo ante esa realidad: perder por poco; y si se puede anotar algún tanto.

 
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