PH: Guillermo Turin Bootello
Patricio Contreras y el músico Diego Penelas interpretaron en Rosario, en el marco el Festival Internacional de Poesía, textos del poeta chileno Nicanor Parra.
Entre ellos está también Contreras, que no es Nicanor, ni Parra, ni el actor: es la voz y el cuerpo de los textos de Parra. Si alguien piensa que va a ir a ver una obra en homenaje al poeta chileno o a escuchar a un actor chileno que dice poesía de otro chileno, entró en una conjetura equivocada. Estamos ante la puesta en escena de poemas que atraviesan al músico y a los actores. El poema como dispositivo viaja en el cuerpo de Contreras, es un organismo viviente. No hay repaso de la vida, no estamos ante una obra “homenaje”.
Entre los textos seleccionados encontramos defensa de Violeta Parra, poema que el poeta chileno le hizo a su hermana. La interpretación se mezcla entre la repetición de los versos que componen el extenso poema, mezclado con la voz del músico y compositor Diego Penelas. Ambos dicen, hablan, estamos ante un desplazamiento del texto en su máxima expresión. Quizá el teatro tiene la valentía de poner en escena eso que los poetas muchas veces no se animan.
El combo funciona ya que no hay "interpretación de los textos", " re-escritura" o " manipulación"; si la hay es en el plano de la voz. El manejo retórico contiene a los textos, supera a los actores. Contreras "dice" desde su organismo viviente y aquí la voz se interpela como un "otro" se sale de sí misma, abarcando todo el espacio escénico.
La autoría de la obra, que se presentó en la Sala Lavardén, corre por cuenta del propio Contreras, Penelas y Alejandro Tantanian. Sin duda esperamos volver a verla en las carteleras rosarinas.
PH: Guillermo Turin Bootello | 
