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27 de septiembre de 2016 Twitter Faceboock

INCENDIOS BANGLADESH
Los peligros de la clase trabajadora de Bangladesh: muertes e incendios recurrentes
Andrea Villa | Barcelona | @AndVilla_

Los incendios en las fábricas industriales de Bangladesh ponen nuevamente en evidencia los recurrentes peligros a los que se ven expuestos los trabajadores y trabajadoras.

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Foto: Familiares aguardan en una oficina de control administrativo cerca de los restos de la fábrica Tampaco Foils en Tongi. EFE/AZAD MUJAMDER

Así como también el fracaso del gobierno y los sindicatos a la hora de imponer a las empresas transnacionales la adopción de medidas significativas para asegurar los derechos laborales.

El último incendio fue el de la fábrica Tampaco Foils Ltd., cuya explosión provocó la muerte de 36 trabajadores y trabajadoras. Este desastre causado el 10 de septiembre en una planta de producción de envases en Tongi, a unos 25 kilómetros al norte de Dhaka, es el peor accidente industrial de Bangladesh desde el derrumbe de un edificio en el complejo textil Rana Plaza en 2013, que causó la muerte de 1.126 trabajadores y heridas a 2.500.

La fábrica pertenece a la empresa de empaquetado Tampaco Foils Limited, que tiene entre sus clientes a multinacionales de sectores como el tabaquero, alimentario y farmacéutico, como Nestlé y British American Tobacco, entre otras marcas.

A pesar de tener una plantilla de más de 300 trabajadores, no hay presencia sindical en la fábrica y no existe un comité de seguridad electo por los trabajadores que debiera estar presente en los lugares de trabajo con más de 50 empleados, de acuerdo la ley de Bangladesh.

En el interior de la fábrica de tres plantas, se encontraban 75 trabajadores cuando se provocó el incendio. La explosión sucedió cerca de un cambio de turno a las 6 am, por lo que se evitó un desastre aún mayor. Hay más de 40 heridos, incluyendo a los transeúntes, y 10 personas siguen desaparecidas entre los escombros del edificio que quedó parcialmente derrumbado.

Bomberos y militares continúan desplegados en el lugar desde el día del accidente. Mientras que los familiares aguardan noticias en una oficina administrativa de coordinación de los trabajos de búsqueda.

“No sé cómo voy a sobrevivir ahora con mis tres hijos”, dijo Nargis Begum mientras espera a que le comuniquen que han encontrado el cuerpo de su marido, Rafiqul Islam, de 40 años y ayudante de máquinas de la fábrica.

“Si no consigo el cuerpo no me darán ni siquiera una indemnización”, añadió, en alusión a la decisión del Gobierno de Bangladesh de compensar con 20.000 takas (227 euros) a los familiares de las víctimas identificadas y 10.000 takas (113 dólares) a las de los heridos. La compensación será dada por el Fondo de Bienestar Trabajadores de reciente formación.

Existe la posibilidad de que el Gobierno no reconozca que los desaparecidos trabajaban en la fábrica ya que solo pueden ser identificados como empleados por los dueños de la factoría, pero los propietarios están prófugos.

Empresarios en fuga y condiciones de infraestructura ilegales

Syed Hussain Mukbul, presidente de la empresa bangladeshí y ex legislador en el parlamento nacional, se dio a la fuga junto a su esposa Parvin Hussain y a otros seis gerentes tras haberse presentado demandas penales contra ellos en dos casos.

En un inicio se afirmó que una explosión de la caldera podría haber causado el incendio; pero una investigación iniciada el 15 de septiembre por Titas Gas da indicios de que el incendio fue causado por la explosión de una máquina de refuerzo para extraer gas instalada ilegalmente por la empresa, y no en la caldera, según afirmó este jueves Ajit Chandra Deb -gerente de la empresa estatal distribuidora del gas.

El Departamento de Inspección de Fábricas y Establecimientos está en conversaciones con el gobierno y la OIT, entre otros organismos, para poner en marcha inspecciones masivas, teniendo en el punto de mira a las 4.000 fábricas de Bangladesh que no se dedican a la confección.

En 2014, tras la tragedia de Rana Plaza se incrementó la presión hacia las empresas transnacionales para que asuman mayor responsabilidad en los trabajadores llevando a sindicatos globales y marcas internacionales a la firma del Acuerdo sobre Seguridad en Incendios y en la Construcción. También marcas estadounidenses crearon la Alianza Global para la Seguridad de los Trabajadores de Bangladesh.

Desde entonces, los incendios en las fábricas de ropa han bajado de 250 en 2012 a 30 en 2015, pero continuó habiendo numerosas explosiones de calderas en fábricas de ropa en los últimos años: en noviembre de 2014 en la fábrica Shanta Expressions Ltd hubo una persona muerta y 4 heridas, en diciembre de 2015 hubo 8 heridos en la fábrica RN Garments y en enero de 2016 dos heridos en Active Zipper.

Ninguna de las iniciativas de seguridad en la industria de ropa de Bangladesh, incluyendo el Acuerdo, aborda el tema de la seguridad de las calderas. Las medidas estipuladas por el Acuerdo relativas a seguridad contra incendios, abordan la propagación de un incendio provocado por la explosión de una caldera, pero no de la prevención de tales explosiones.

A día de hoy, muchas empresas internacionales no se han adscrito a el Acuerdo o la Alianza. Miles de fábricas que abastecen el mercado interno han hecho poco para abordar los riesgos de seguridad. Los trabajadores están a menudo encajados codo a codo, las salidas de incendios están bloqueadas o cerradas con candado de forma rutinaria para evitar robos. Las normas de construcción rara vez se aplican y los productos químicos se almacenan de forma inadecuada, mientras que los controles oficiales de seguridad son pocos y distantes entre sí.

Durante la tragedia de Rana Plaza, los trabajadores informaron de los fallos en la caldera y la misma fue arreglada, pero fueron despedidos de inmediato todos los denunciantes, teniendo que pasar por un duro litigio para ser indemnizados económicamente. Según el Acuerdo, las marcas también deben colaborar en la búsqueda de nuevos empleos para estos trabajadores, norma que no cumplen.

En el caso del incendio en la textil Tazreen (2012), donde murieron 117 personas y 200 resultaron heridas, los propietarios fueron acusados sólo formalmente y ordenados para ser juzgado por negligencia después de casi tres años (el caso aún continúa).

El gobierno de Bangladesh debe asegurar la independencia de las inspecciones laborales y garantizar el derecho a la afiliación sindical, así como la protección y defensa de los trabajadores y las trabajadoras. Pero mientras los representantes de los trabajadores hablan de “fallos desafortunados”, las cadenas de suministro globales explotan la falta de reglamentación nacional y la mano de obra barata.

 
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