El Primer Encuentro Nacional de Intendentes de la República Argentina tendrá lugar el viernes 30 de septiembre en el predio de Tecnópolis. La organización está a cargo del Ministerio de Interior. El propio Mauricio Macri será el encargado del discurso de apertura. Luego vendrá la foto protocolar. Si nadie desestima la invitación presidencial, junto a Macri habrá 2.337 intendentes de toda la Argentina. Con esa foto el Gobierno buscará mostrar fortaleza y gobernabilidad.
El programa del encuentro incluirá tres paneles: La ciudad del Siglo XXI, Infraestructura para municipios sustentables y Gestión para municipios sustentables. El cierre quedará en manos del ministro del interior, Rogelio Frigerio.
El Encuentro Nacional de Intendentes será la excusa de Macri para mostrar en público una iniciativa federal en base a acuerdos con sectores opositores que pueden garantizar gobernabilidad, en medio de una situación política marcada por el ajuste y los reclamos gremiales.
Con esa retórica, el Gobierno afirma ante los medios que el objetivo será “reflexionar sobre el diseño de políticas públicas que mejoren la calidad de vida de cada localidad, proponer nuevos desafíos y compartir experiencias”.
Para reforzar esta idea desde la Casa Rosada se juegan a concretar una foto con todos los intendentes, intentando reeditar el efecto que se logró, a días de haber asumido, con la foto de Macri, en la quinta de Olivos, junto a todos los gobernadores.
Los objetivos, sin embargo, son más profundos. No se trataría tan sólo de una maniobra de marketing. Según lo anunciaron oficialmente, en el encuentro la Presidencia facilitará a los jefes comunales herramientas para la instrumentación de los programas de subsidios para equipamientos y obras comunitarias. De esta forma buscan reforzar la línea que el Ejecutivo tendió con los gobernadores a través del ministro del Interior. El cálculo es principalmente electoral, saben que son los jefes comunales quienes pueden asegurar, el año venidero, los votos en cada distrito.
Cada cual atiende su juego
Mario Cuenca, intendente del Frente para la Victoria de Campo Santo y presidente del Foro de Intendentes de Salta, aseguró que de 60 intendentes salteños irán 50 y reconoció que “muchos intendentes van a ir para ver el estado de aquellos que han presentado expedientes en los distintos ministerios, y de paso, hemos pedido una reunión para dialogar sobre (…) todos los programas implementados por la nación y pedirle rapidez en la aplicación de todos esos programas”.
El radicalismo, por su parte, intentará aprovechar la reunión de intendentes de Cambiemos que se realizará el día anterior en el mini estadio de Huracán. Ellos aseguran contar con 584 intendentes de los más de 2 mil de todo el país, carta de gobernabilidad que pretenden usar en la interna de Cambiemos para negociar con el Pro, que carece de tal armado territorial. La comitiva radical que irá a Huracán estará encabezada por los referentes y autoridades del partido: José Corral, Ángel Rozas, Mario Negri, Ernesto Sanz, Enrique Nosiglia, entre otros.
Elisa Carrió también se quiere meter en la contienda, sobre todo en el territorio bonaerense y a base a carpetazos y denuncias. Hace pocos días, fue imputado Julio Pereyra, el actual intendente de Florencio Varela, por enriquecimiento ilícito y malversación de fondos públicos, en una denuncia originada por la diputada nacional. Esto no es un dato mejor, ya que Pereyra es el actual presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM), una entidad que, formalmente, representa a todos los intendentes del país y que el gobierno nacional busca desarticular por medio de los subsidios que se concreten en el Encuentro Nacional de Intendentes. La idea del Gobierno es crear una Agencia de Municipios que estatice y les dé el manejo de algunas de las iniciativas que hasta ahora lleva adelante la FAM.
Con la mente en el 2017
Los resultados de las elecciones legislativas del año que viene funcionarán como un plebiscito del gobierno de Macri, pudiendo garantizar gobernabilidad y buenas perspectivas para Cambiemos en el 2019 o, de resultar negativas, la digresión del frente gobernante.
Como consecuencia del ajuste y la situación económica la imagen presidencial ha caído en el conurbano bonaerense, que representa un 70 % de una provincia que posee, a su vez, el 40 % del electorado nacional. Ahí se juega gran parte del triunfo o derrota nacional. A su vez, por tratarse de una elección legislativa, el peso de arrastre de las listas de los “barones” del conurbano es mayor. Por esto, el gobierno entiende como clave las políticas que puedan tejer desde Agencia de Municipios.
Precisamente la estructura territorial es el punto más débil del macrismo, que depende en gran medida de sus figuras mediáticas. Por esto, buscan utilizar el reparto de fondos nacionales para infraestructura y otros programas para asegurarse lealtades por zona, o por lo menos, tener divididos a sus adversarios. Eso sí, de no funcionar la zanahoria, también han dado muestras de estar dispuestos a usar el garrote por medio de causas por corrupción de diversos intendentes. |