“Cuando hay una instancia de diálogo abierta, no hay necesidad de un corte de calles, ni de violentar los derechos de los demás”.
Con esa frase, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, iniciaba ayer sus declaraciones de rechazo a la jornada de lucha que protagonizaron docentes y estatales por reapertura de paritarias, así como contra los despidos y las evaluaciones docentes.
Peña aprovechó también para repetir el discurso oficial con respecto al salario: "las cosas van aflojando y van mejorando, bajó drásticamente la inflación, lo que ya se está sintiendo. Estamos trabajando para recomponer rápidamente el poder adquisitivo de los trabajadores y mes a mes se está recuperando lo que se llevó la inflación de los primeros meses". Asimismo, el jefe de Gabinete señaló que desde el macrismo hay una "vocación muy grande de jerarquizar el empleo público y mejorar muchos años de precariedad".
En pocas palabras, para Peña si hay diálogo y todo marcha bien, el paro no fue entonces más que un capricho de los trabajadores que afectó los derechos del resto de la sociedad.
La “instancia de diálogo abierta” a la que se refería Marcos Peña para atacar la jornada de lucha no es otra que el diálogo que la cúpula de la CGT unificada tiene con el gobierno nacional. El jefe de Gabinete tiene esperanzas de que aquellas conversaciones terminen sin paro nacional.
Ayer la “mesa chica” de esa central sindical se reunió para preparar los encuentros que mantendrá el jueves con los ministros Alfonso Prat-Gay, Jorge Triaca, Francisco Cabrera y Rogelio Frigerio.
Por la mañana, Juan Carlos Schmid, uno de los miembros del triunvirato, había señalado que la realización o no de un paro nacional "dependerá de la lapicera" del Poder Ejecutivo. “Se ha facultado al triunvirato para que lleve adelante un paro de actividades. Vamos a completar esa ronda de tratativas que tenemos y después vamos tomar una decisión".
Schmid dejaba claro de este modo que la atribución que le votó el Comité Central Confederal de la CGT para llamar a una medida de fuerza no es más que una amenaza para sentarse a una mesa de negociación con el gobierno.
Muy claro al respecto fue también otro miembro del triunvirato, Héctor Daer, al señalar que "si el gobierno concede algunos de los reclamos, la CGT seguirá analizando y hablando en el contexto del consejo directivo".
De este modo, cada día que pasa crecen las posibilidades de que la cúpula de la CGT negocie con el gobierno nacional alguna concesión menor en el impuesto al salario y algún otro ítem para mostrar un “triunfo” que le permita no hacer el paro. Para los trabajadores, lo que se negocie muy lejos estará de compensar lo perdido en un año de cientos de miles de despidos y una escalada inflacionaria que la burocracia sindical dejó pasar sin lucha alguna.
Por su parte, las direcciones sindicales kirchneristas (CTERA, el yaskysmo y ATE- Capital) fueron ayer parte de las conducciones que jugaron un rol divisionista para que no hubiera una marcha unificada de todos los gremios docentes y estatales. Prima el interés de los dirigentes por usar la bronca para la recomposición del peronismo, bajo un programa de conciliación con los empresarios nacionales (como en la Marcha Federal), antes que la necesidad de un plan de lucha real. Lo mismo cabe para la conducción de ATE Nacional y Provincia de Buenos Aires que junto al armado político de Víctor De Gennaro buscan rearmar una centroizquierda que una desde aquellos que apoyaron los reclamos de las patronales sojeras en 2008, hasta ex kirchneristas.
El rechazo del gobierno nacional ayer a los más elementales reclamos de docentes y estatales muestra, por el contrario, que para doblegar el ajuste del macrismo y los gobiernos provinciales es necesario un paro activo nacional con movilización, como comienzo de un plan de lucha con continuidad.
Sergio Massa en contra de que la CGT vaya al paro
El paro “no es el mejor camino”, advirtió ayer el ex intendente de Tigre, en un claro mensaje a la CGT, conducida por un triunvirato en el que dos de sus miembros –Héctor Daer y Carlos Acuña- pertenecen al Frente Renovador. “El paro es el final de una negociación fallida y le pido tanto al gobierno como a la central de trabajadores que agoten las instancias de diálogo”, fueron sus declaraciones en radio La Red. Sergio Massa se sumó entonces al coro de los que piden que los trabajadores soporten el ajuste sin oponer resistencia.
Los gobernadores defienden el robo del impuesto al salario
El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, se reunieron ayer con los ministros de economía provinciales para avanzar en reformas a la Ley de Responsabilidad fiscal con el supuesto objetivo de llegar a 2019 con equilibrio en las cuentas nacionales y de las jurisdicciones del interior del país.
La reunión fue la ocasión para que los representantes de los gobernadores defendieran el robo del impuesto al salario, usando demagógicamente la educación y la salud cuando se trata solamente de defender sus cajas políticas.
"La rebaja del Impuesto a las Ganancias no puede afectar la prestación de servicios sociales esenciales como la educación y la salud por parte de las provincias, ni desatender el presupuesto de la obra pública nacional y provincial", señaló el parte oficial de la reunión. El Consejo recordó que "en el año 2016 la suba del mínimo no imponible a las ganancias tuvo un impacto fiscal de 50.000 millones de pesos, que afectó significativamente los recursos que se coparticiparon a las provincias y municipios".
De este modo, los gobernadores defienden sus cajas, y el gobierno nacional lo utiliza también como un elemento para la negociación con la CGT. |