Nosotros somos cinco trabajadores de la Salud, Enfermeros Profesionales que fuimos convocados por el Ministerio de Salud para cubrir cinco vacantes que se generaron por las Becas I.R.A. (Infecciones Respiratorias Agudas), en el H.I.G.A. San Martin de la ciudad de La Plata provincia de Buenos Aires.
La verdad es que hemos accedido a tomar estos puestos más que nada por vocación, por amor a la profesión y por las ganas de poder trabajar en una entidad pública de tanto renombre como es esta institución. Ya que el sueldo acordado con los directivos, era mínimo, no teníamos cobertura médica ante alguna eventualidad ni tampoco ningún tipo de seguro en caso de tener algún accidente dentro del hospital.
Las becas comenzaron a principios del mes de junio y en un comienzo se extenderían hasta el 15 de agosto con posibilidad de renovación de la misma. Al transcurrir los días nos íbamos ilusionándonos con la posibilidad de la renovación debido a que nuestros supervisores nos decían que las becas se podían extender.
Llegando a la fecha en las que debían finalizar las becas nos fue llegando información de todo tipo, por lo que nosotros nos encontramos con mucha incertidumbre, entre muchos entredichos, y nada concreto. Debido a esto ninguno de nosotros tuvo la posibilidad de buscar otra alternativa de trabajo en caso de que las becas no siguieran. Además de que algunos de nosotros dejamos otras propuestas u otros trabajos concretos creyendo en la ilusión de poder seguir en el hospital.
Algunas informaciones falsas vinieron desde la dirección del hospital, como cuando plantearon la extensión de las becas hasta el mes de octubre. Pero esto finalmente nunca sucedió. Si ocurrió que nos extendieron la beca desde ese 15 de agosto hasta finalizar el mes, pero del salario de estos días se haría cargo la Dirección del Hospital, ya que para el Ministerio las becas finalizaban el 15 de agosto.
Durante esos 15 días nuevamente entre muchos entredichos y mucha información cruzada, llegamos hasta fines de agosto a la deriva de lo que iba a pasar con nuestro trabajo. Tal es así que el mismo 31 de agosto nos dijeron con certeza que no seguiríamos en la institución.
Teniéndonos sin saber nada, sin información concreta, se aseguraron de tener cubiertos los puestos en los que estuvimos por tres meses. Claro, sin darse cuenta que éramos personas, al igual que ellos, las que estábamos trabajando y tratando de ganarnos un lugar; cada uno con su historia, con sus familias, con sus necesidades, en fin algo que parece no importarles por sus comportamientos.
Hacemos referencia al comportamiento de las autoridades ya que una compañera, una de los cinco que quedamos sin trabajo, se enteró en el transcurso de la beca que estaba embarazada y ni siquiera con esta situación fueron capaces de tener un poco de tacto y plantearle seguir, hasta llegaron a amenazarla con los abogados de la Institución por si se le ocurría iniciar alguna causa jurídica.
Por ultimo para empeorar la situación, hoy estamos a 28 de septiembre y todavía estamos esperando que la dirección del Hospital nos pague los 15 días de los que ellos se harían cargo.
Sin ánimos de ofender a nadie y con mucho respeto lo único que nos hubiera gustado es que se nos traten de otra manera, ya que nosotros lo único que hicimos fue trabajar por un lugar. No tuvieron ninguna queja por nuestro desempeño, es más, todo lo contrario.
Las autoridades de las instituciones deberían rever las decisiones que toman antes de dejar en la calle a personas laburantes. Lamentablemente esto está pasando y mucho en todo el país. Ojala esta carta ayude a que no siga pasando. |