Es evidente que la presencia de “la 12” en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) no se debe a que los muchachos posean un interés superlativo en materia de estudios sociológicos. Lo que se vio durante el escrutinio fue tan sólo la punta del iceberg de un entramado de relaciones políticas que ligan a políticos burgueses, sindicatos, jueces y policías.
Cualquier partido burgués que quiera aspirar a gobernar, debe controlar alguna barra brava que le sirva como fuerza de choque. En este sentido no difiere mucho de una patota de un sindicato, muchísimas veces son los mismos personajes los que amedrentan a los trabajadores y garantizan la violencia en el fútbol. Los políticos burgueses demuestran que son del mismo barro a la hora de garantizarse sus soldados.
Jorge Anro, Secretario General de APUBA (sindicato de trabajadores no docentes de la UBA) y vocal de Boca Juniors, integró la lista de Daniel Angelici, electa en diciembre pasado. Lista que de yapa llevaba a un ex-SIDE y ex-Vicerrector de la UBA como Darío Richarte. La impunidad de la que gozan les permite manejarse sin “testaferros”.
La relación entre barras y políticos no es una novedad: recordemos la turbia relación entre el nefasto dirigente radical, el “Coty” Nosiglia -conocido en la jerga política como el “armador” de la UCR-, con el ex-barra de “La 12” Santiago “el Gitano” Lancry. Asimismo, el kirchnerismo en sus doce años de gobierno ha convertido a las barras prácticamente en una política de Estado. En el 2010 a través de Hinchadas Unidas Argentinas financió el viaje al mundial de los mafiosos predilectos. Las barras manifestaron a través de sus banderas el apoyo al gobierno. Si el lector googlea “Hinchadas Unidas” puede contar la cantidad de imágenes de hinchadas que expresaron su agradecimiento.
Por su parte, Aníbal Fernández no se perdió la oportunidad de ser Vice- Presidente de Quilmes y Mariotto, ex vice de Scioli y decano de la Universidad de Lomas de Zamora, ocupa desde 2014 el cargo de Director de Fútbol del Club Atlético Banfield.
No menos curiosa, es la denuncia de un sector disidente de la hinchada de River Plate al ex Secretario de Seguridad, Sergio Berni, en la que detallaba los favores otorgados por este último a “los Borrachos del Tablón” a cambio de participación en “seguridad”. ¿Habrán participado los “Borrachos del Tablón” en esos operativos al estilo Apocalypse Now que Berni hacía contra las barriadas pobres? Una escena tan delirante que no se le hubiera ocurrido ni siquiera al mismísimo Francis Coppola.
“Lo importante no es tener el poder sino el celular de quien lo tiene”, afirmó en una entrevista “Rafa” Di Zeo íntimo amigo de Carlos Stornelli, ex Director de Seguridad en Boca y ex Ministro de Daniel Scioli. Cuenta el periodista Gustavo Grabia que a la barra de Di Zeo la llamaban en los años 90 “los patrulleros”, por su buena relación con la Policía Federal y el Gobierno de la Ciudad; así lo comprueba su puesto en la Dirección de Alumbrado Público por esas épocas. Cuando asumió Mauricio Macri la presidencia de Boca, ambos entablarían una fraternal relación.
Los legisladores de De La Sota fueron por más: en 2013, escándalo de por medio, la Legislatura cordobesa le entregó un reconocimiento a la hinchada de Talleres de Córdoba, conocida como “La Fiel”. Todo esto demuestra que las barras son más que un “grupo de violentos”, es una red mafiosa y como toda red mafiosa involucra al Estado en todos sus órganos: los políticos, la policía y sus jueces.
Sin embargo, las lealtades compradas son susceptibles de venderse nuevamente, en caso contrario sectores emergentes intentarán ganarse la hegemonía de la hinchada. Según datos de Salvemos al Fútbol en la última década han bajado la cantidad de muertos entre hinchadas. La nueva tendencia ahora son las muertes dentro de la propia hinchada. Los enfrentamientos aumentan en tiempos de elecciones. El ejemplo más claro es el de las hinchadas Los Perales y Las Antenas de Nueva Chicago. Los primeros, afines al Gobierno de la Ciudad y los segundos al provincial. Son justamente estas localidades (CABA y conurbano, sectores claves para ganar una elección) las que acaparan el 50% de las muertes en el fútbol.
En 2013 el intento del massismo de ganarse una facción de la hinchada de Almirante Brown, que en aquel momento respondía a Fernando Espinoza, desató una furiosa disputa en la que sobraron enfrentamientos armados. La barra de Almirante es estratégica, no por el negocio en el propio club sino por que su territorio es La Matanza, uno de los mayores distritos electorales. El massismo no trató de disimular su interés en ella, Miguel Saredi, en aquel momento candidato del Frente Renovador, anteriormente del FPV y hoy hombre de Cambiemos, afirmó en una entrevista a La Nación: “La hinchada de Almirante tiene hoy un vínculo más cercano con el oficialismo. Pero nosotros los conocemos. Uno puede canalizar esa relación para bien o para mal, como con los planes sociales. Nosotros hasta les ofrecimos trabajos en el Mercado Central”.
El rol que pueden cumplir los barras en la política es muy codiciado. Esta es ya una historia de larga de data. Lo novedoso es que ahora los políticos burgueses necesitan de sus servicios en las facultades. Cabe preguntarse si esto se relaciona con el movimiento estudiantil que luchó contra el ataque de la educación pública. La agrupación UES-Proyecto Sociales (PJ-Kirchnerismo), la misma que se negaba a discutir con el movimiento estudiantil durante el conflicto, es la que trajo a los muchachos de Di Zeo ¿Una forma de marcar la cancha? De todas maneras, serán los mismos estudiantes los que pueden frenar el avance de estos sectores políticos. |