Fotografía: EFE/Bahare Khodabande
La cifra de muertos en Haití asciende a 339, según informó la agencia Reuters, algunas horas después de que el presidente interino haitiano, Jocelerme Privert, visitara la región suroeste, la más afectada por los efectos devastadores del fenómeno.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos informó que la fuerza de los vientos del Huracán Matthew, el quinto de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, ascendió hasta los 220 kilómetros por hora (kph).
Según diversas fuentes, unas 340.000 personas y cerca de 20.000 viviendas fueron afectadas por el ciclón, que este jueves cruzó el archipiélago de las Bahamas en dirección a Florida, tras pasar por Haití, República Dominicana, Jamaica y Cuba.
Matthew es el huracán más fuerte que sufrió la región desde que Félix golpeó Centroamérica en 2007. El martes y miércoles azotó a Cuba y Haití con vientos de 225 kph y lluvias torrenciales, dañando pueblos, cultivos y viviendas.
A su paso por Nassau, capital de Bahamas, Matthew derribó árboles y palmeras y destrozó algunos techos de construcciones.
Haití, el país más afectado
A pesar de encontrarse en una zona de riesgo con temporadas anuales de huracanes y tormentas tropicales, las autoridades haitianas actúan de contragolpe. Sin un plan serio de evacuación, la población se enfrentó al huracán como pudo.
Con los niveles de pobreza más altos del continente, la ya deteriorada infraestructura de la región quedó devastada. Miles de personas tuvieron que desplazarse después de que el huracán destrozó casas e inundó barrios. Esta foto de la ciudad de Jeremie es impactante.
Vista general de la ciudad de Jeremie tras el paso del huracán Matthew, en Haití. Reuters/Carlos Garcia Rawlins
A la tarde del jueves los equipos de rescate seguían intentando llegar a zonas remotas debido a los caminos inundados, el derrumbe de puentes y los cortes de energía. Con este panorama, se espera que aumenten los casos de cólera, una enfermedad transmitida por el agua.
"Debido a la inundación masiva y su impacto en la infraestructura de agua y saneamiento, se espera que los casos de cólera aumenten luego del huracán Matthew y la habitual temporada de lluvias hasta el inicio de 2017", informó la Organización Panamericana de Salud (OPS) en un comunicado.
Según la OPS, más de 9.000 haitianos han muerto y 790.000 han sido infectados por esta enfermedad luego del brote que comenzó en 2010.
La devastación en Haití fue de tal magnitud que las autoridades electorales decidieron posponer la elección presidencial, programadas para este domingo. "Por ahora no podemos garantizar la distribución de los materiales (electorales) en todo el país", dijo en rueda de prensa el presidente del Consejo Electoral Provisional (CEP), Leopord Berlanger. Durante la próxima semana sería anunciada la nueva fecha de los comicios.
Fenómenos nada naturales, como la pobreza
Las consecuencias de los fenómenos naturales en Haití suelen cobrar una magnitud catastrófica exorbitante. Sin ir más lejos, en 2010 un terremoto de 7.3 grados según la escala Richter dejó 225.570 muertos, 1,5 millón de daminificados y pérdidas materiales multimillonarias.
El Gobierno haitiano pidió la “solidaridad” de la comunidad internacional, aunque ha hecho énfasis en que las ayudas deben canalizarse a través de sus estructuras.
La Unión Europea (UE) anunció este jueves que ha destinado 255.000 euros en "ayuda humanitaria inicial" para Haití, y que está movilizando las ofertas de asistencia de países europeos a través del mecanismo de protección civil de la UE.
Sin embargo, la ubicación de la “comunidad internacional” es oportunista. La población haitiana soporta el índice de pobreza más alto del continente y sus condiciones de vida son de los peores de la región, y esta realidad no es una novedad traída por el huracán Matthew. Muy por el contrario, es producto de siglos de la más ensañada expoliación de recursos por parte de las potencias europeas y norteamericana.
La enorme cantidad de tropas desplegadas en la ocupación promovida por Estados Unidos, aprobada por la ONU y ejercida por tropas de países latinoamericanos, las Minustah, garantizan la “estabilidad” de Haití, ahogando las expresiones de acción independiente de las masas para viabilizar por la fuerza al régimen.
Un militar brasileño imponiendo orden frente hombres en Les Cayes, Haití. EFE/Orlando Barría |