La Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) nació hace 25 años con la ruptura interna de la antigua Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) que años atrás llevaría a la rectoría a Raúl Padilla encargado no sólo de fundar la nueva FEU, sino también del mayor avance en la privatización de la educación en la Universidad de Guadalajara, dos golpes durísimos para el movimiento estudiantil y la educación púbilca.
La FEU desde su nacimiento ha fungido un papel de contención dentro del movimiento estudiantil, a través de métodos antidemocráticos es garante de que los planes de la rectoría se lleven a cabo sin respuesta del alumnado, avalando la privatización y elitización de la educación y de los servicios públicos, como lo es el transporte colectivo.
La FEU no es más que la continuación de la porril FEG que se llevó a muchos compañeros del movimiento estudiantil de la Universidad de Guadalajara durante los convulsivos setentas, que representó al brazo armado del Estado en la universidad, que torturó y desapareció a jóvenes estudiantes y guerrilleros, es la misma federación que apoyó a Díaz Ordaz después de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco, no es otra cosa más que la perpetuación de un sistema que le niega la educación a los hijos de los trabajadores.
El carácter antidemocrático de la FEU
En estas próximas elecciones se renovará el Comité Ejecutivo de la Federación, para poder ejercer el cargo de Presidente se deben cumplir ciertos requisitos, entre ellos, se asume que para poder contender; se requiere ser militante y estar afiliado a la Federación — con un mínimo de un año de antigüedad — y acreditar la militancia en una de las Corrientes Político Estudiantiles legalmente constituidas.
Esta federación se proclama legalmente como la única representación de los estudiantes, cualquiera otra organización que peleará por una verdadera organización desde las bases, para luchar por las necesidades y demandas del movimiento estudiantil, estaría prohibida y se limita la participación política de los estudiantes a votar.
En estas nuevas elecciones se deja ver el carácter burocrático de la federación y el nulo interés de los candidatos por defender la educación pública y gratuita.
Hasta ahora ninguno de los siete candidatos se ha pronunciado contra el filtro que significa el examen de admisión a la universidad que cada semestre deja fuera al menos a 30% de los aspirantes, tampoco han dicho nada sobre las cuotas semestrales que significan el avance de la privatización, ni han levantado la bandera por comedores gratuitos en los centros universitarios o por guarderías igualmente gratuitas para estudiantes y trabajadoras, tampoco se ha hablado sobre el transporte gratuito para estudiantes, sólo han dedicado a hablar sobre cómo los estudiantes debemos hacernos parte del proceso de selección del presidente de la federación, como si esto significará un cambio verdadero en la antidemocrática federación o en las necesidades de los estudiantes.
Los siete candidatos que iniciaron en la contienda electoral, a los cuales se les dio un presupuesto de 200 mil pesos a cada uno, no representan en lo más mínimo los intereses de los estudiantes, el hecho de que en las pasadas elecciones de consejo sólo votará el 23.58% no significa el desinterés en la política estudiantil como no lo han hecho creer los medios de Jalisco, sino la completa deslegitimación en la que se encuentra tanto el Consejo Universitario como la FEU.
Desde el Movimiento de Trabajadores Socialistas proponemos que la única manera de consolidar las demandas propias del movimiento estudiantil como la gratuidad y el acceso irrestricto a la educación es mediante la organización democrática de los estudiantes recuperando lo mejor de la tradición de las generaciones pasadas, como el CNH en el 68 o el CGH en el 99 que forjaron el método asambleario con representantes rotativos y revocables, la movilización en las calles, la toma con ocupación de planteles, la alianza con los trabajadores, académicos y sectores populares.
También consideramos que es necesario terminar con la antidemocrática estructura de gobierno de la Universidad, y luchar por un gobierno tripartito compuesto por trabajadores, académicos y con mayoría estudiantil, que permita la participación activa y política de estos sectores para decidir el rumbo de la Universidad, para poder pelear por un programa de izquierda que recoja las demandas más sentidas de la comunidad universitaria.
Es necesario poner en pie un gran movimiento estudiantil que represente realmente a los miles de jóvenes que estudiamos en la Universidad de Guadalajara.
¡Por la democratización de la universidad!
¡En defensa de la educación gratuita e irrestricta!
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