Frente a las exigencias del Reino Unido acerca de poner un límite a la inmigración y no plantear formalmente la puesta en marcha del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que fija 2 años para el proceso de salida de un miembro del bloque europeo, los líderes de la UE acordaron que no habrá negociación hasta que el Reino Unido active la salida, más allá de los discursos, y tampoco accederá al mercado único sino permite la libre circulación de personas.
La respuesta acordada de Berlín, París y Bruselas al anuncio de la semana pasada de la primera ministra británica, Theresa May, de que en marzo iniciará las negociaciones de divorcio con la Unión Europea dejó claro que el bloque no está esperando de brazos cruzados el llamado de Londres. Todo hace pensar que el país se mantendrá al margen del mercado único, el llamado "Brexit duro".
Las declaraciones de los líderes de Alemania, Francia y de la UE demuestran que han estado trabajando para mantener un frente unido y que han acordado algunas líneas generales de negociación.
La canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y funcionarios europeos adoptaron una línea común respecto a que las demandas de May de poder prohibir entrar a los inmigrantes de la UE y eludir a la vez la supervisión de la justicia europea significa que Reino Unido no puede permanecer en el mercado único del bloque.
François Hollande declaró la semana pasada que si Londres quiere un “brexit violento”, París intentará "cumplir su deseo".
Por su parte, Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, llamó a ser “intransigentes” en unas hipotéticas negociaciones. “No se puede tener un pie dentro y un pie fuera”, sentenció Juncker. "No vamos a negociar antes de que tengamos la ’carta de despedida’ del gobierno británico", remató el viernes pasado.
"Un adiós armónico y ordenado"
Sin embargo, la primera ministra británica, Theresa May, declaró hoy que espera que la salida del Reino Unido de la Unión Europea tras el triunfo del brexit sea un adiós "ordenado". "Abandonamos la Unión Europea, pero no le damos la espalda a Europa. Espero que sea un adiós armónico y ordenado. Es en interés del Reino Unido y del resto de países de la UE", afirmó May en una rueda de prensa.
May reiteró que activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, sobre la salida de un Estado comunitario de la UE, antes de finales del próximo marzo.
“El cambio debe venir también por la revolución silenciosa que ocurrió en nuestro país hace tres meses, una revolución en la que millones de nuestros ciudadanos se levantaron y dijeron que no estaban dispuestos a seguir siendo ignorados", afirmó. Esa “revolución” como la llama la May incluye políticas xenófobas, como el control de fronteras, la limitación de entrada a los inmigrantes, los visados de los estudiantes, una sanidad pública con médicos y enfermeros británicos y la obligación a las empresas para que publiquen listas de los extranjeros que tienen contratados o prevén contratar.
Sin embargo, ayer tuvo que dar marcha atrás en este último punto sobre la publicación de listas de trabajadores extranjeros, luego de que se haya generado un enorme repudio a esta medida xenófoba, rechazada hasta por la base empresarial del partido conservador. La semana pasada, la ministra de Interior, Amber Rudd, había señalado que esos planes tienen como objetivo evitar que los extranjeros "se queden con trabajos que los británicos deberían hacer". Y agregaba "Este protocolo garantizará que los extranjeros vienen a rellenar huecos del mercado laboral, no a quedarse con los puestos de trabajo de los británicos".
La salida del Reino Unido de la UE sumará nuevos capítulos de entredichos, acusaciones y disputas dentro del bloque común por su liderazgo post brexit, y negociaciones en medio de la enorme crisis de refugiados que los británicos se niegan a seguir recibiendo. |