La represión policial una vez más se abre paso en la agenda mediática. De esta manera, por medio de la represión y el intento de disciplinamiento, la franja dominante intenta desacreditar el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres que se desarrolló en la ciudad de Rosario
Habrá que redactar de nuevo una nueva página de represión, desde el momento en que un grupo de provocadores ultracatólicos se apostó en la Catedral rosarina, luego de recién terminada la marcha, iniciando un ritual de rezo, con clara provocación a las y los manifestantes.
Fue en ese momento que la policía se aprestó a resguardar la línea de la Catedral en franca postura de amedrentamiento y provocación.
El primer palazo no tardó en llegar sobre la cámara de una compañera que cubría el evento. Y la confrontación violenta planteada por la Policía de Santa Fe dio su curso. Los disparos fueron dirigidos sin miramientos hacia la masa de gente, en tandas a mansalva e indiscriminadas (más de cincuenta, aproximadamente).
Heridos por balas de goma, entre los que contamos al menos cinco trabajadores de prensa y fotógrafos. Aún así somos la mayoría y planteamos que nada va a empañar este XXXI ENM. Ningún intento de control social impera sobre las mas de 70.000 compañeras que se reunieron en Rosario.
Desde ya todo el repudio a la represión sufrida anoche tras el cierre de la extraordinaria marcha. Aunque la noticia que deberá prevalecer será el debate, el encuentro, la discusión y las propuestas de las miles de compañeras.
Queda claro de esta manera que el Estado, por medio de sus armas, propone la violencia y la represión, en este caso en una multitudinaria marcha pacífica. Queda claro que las miles de compañeras no darán un paso atrás, ni en este encuentro ni en los que vienen. ¡Salud por su organización y repudio a la represión!
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