Adecco es una multinacional suiza fundada en 1996. Hoy tiene presencia en 60 países en los cinco continentes. No es raro que naciera y creciera en los años en que el neoliberalismo avanzaba en todo el mundo, con la política de precarización de las condiciones de trabajo y de vida a la cabeza.
En nuestro país, es una de las principales agencia de trabajo tercerizado. Desde hace años viene acumulando numerosas denuncias por fraude laboral. A la voracidad de esta empresa no le basta con la plata que las empresas le pagan por sus servicios (básicamente, “quedándose” con una parte del salario que le correspondería a un trabajador de planta permanente): son conocidos los continuos “errores” en las liquidaciones de sueldo, otra forma de robarle al obrero parte de su salario.
Las prácticas antilaborales de esta empresa van más allá. En el año 2011, la justicia federal de Córdoba allanó, a pedido de la AFIP, seis oficinas de Adecco tras constatar que había proveído personal rural a la empresa Pioneer, en Monte del Rosario, quienes eran obligados a dormir en “casillas” de metal, sin ventanas ni aislación térmica, prácticamente a la intemperie. Ni hablar del pago de las cargas sociales (jubilación, obra social, etc.) que corresponden a cualquier trabajador.
En este marco, el Presidente del Centro de Estudiantes de Abogacía les propone a quienes se encuentren desempleados que se acerquen a una charla con el fin de conseguir trabajo por medio de esta empresa. Es preocupante que la agrupación Hijos de Pobres (HdP) quiera transformar al Centro, que debería ser la herramienta para que los estudiantes defendamos nuestros derechos, en una bolsa de trabajo precario. Curiosa manera de enfrentar el ajuste macrista, poniéndose al servicio de sostener la flexibilización laboral hederada del menemismo. Los llamamos a la reflexión.
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En este sentido, el debate planteado es más profundo: ¿al servicio de quién va a estar nuestra formación como futuros abogados? ¿Del lado de las empresas que lucran a nivel mundial con el menoscabo de las condiciones de vida y los derechos laborales de los trabajadores, o del lado de los sectores más empobrecidos de la clase obrera y los sectores populares?
En contraposición a esta orientación, es reivindicable el ejemplo de los abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). Este agrupamiento fundado en 1997 cuenta en su haber con importantes fallos en defensa de los derechos laborales, enfrentando directamente el modelo precarizador. Los fallos “Villalba c/ The Value Brands Company de Argentina SCA” y “Balaguer c/ Pepsico de Argentina SRL” (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-66943-2006-05-16.html) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sentaron importantes precedentes en materia del reconocimiento a la figura de “delegado de hecho”, poniendo un límite a las empresas con prácticas discriminatorias y antisindicales.
Más conocida quizás sea la destacada participación de la Diputada Nacional del PTS-FIT Myriam Bregman, fundadora del CeProDH, en los juicios contra los militares genocidas de la última dictadura, o en su rol de abogada de la fábrica recuperada Zanon, que acaba de cumplir 15 años de gestión bajo control de sus trabajadores. Sin embargo, Myriam Bregman es la cara visible de decenas de abogadas y abogados que en todo el país y día a día ponen su profesión al servicio de aprovechar las brechas en un sistema judicial, que de justo tiene poco, para fortalecer desde el plano legal las luchas obreras y populares.
Desde esta perspectiva, como futuros profesionales no podemos conformarnos con la miseria de lo posible, o pensar que podemos defender los derechos existentes o arrancarle al Estado nuevas conquistas sólo por las vías institucionales. Toda la historia nos demuestra que los verdaderos cambios sociales se consiguieron con la organización y la lucha en las calles. Quienes proponemos esta perspectiva realista y militante consideramos que es necesario llevar este debate a lo concreto y no cederle al sentido común contrario a los intereses de la mayoría trabajadora. |