Diyab estuvo preso en condiciones inhumanas por más de 12 años en una prisión irregular que escapa a todas las leyes internacionales, tal como sucedió con otras 800 personas secuestradas por comandos estadounidenses y recluidos en condiciones absolutamente violatorias de los DDHH.
Luego de su llegada a Uruguay producto de una negociación entre el gobierno uruguayo y el norteamericano, Diyab planteó poder reunirse con su familia, quienes también sufrieron el drama de la guerra, en un país de cultura árabe ya que entiende que eso no es posible en Uruguay.
La ayuda que da el gobierno, casa y 15000 pesos, se terminan en enero del año próximo y es absolutamente insuficiente para garantizar condiciones de vida mínimamente dignas para Diyab y su familia.
Uruguay cumple parcialmente con la entrega de la documentación correspondiente
Finalmente el día martes por la tarde Christian Mirza, quien actúa de nexo entre el gobierno y el ex Guantánamo, entregó las cartas en las que Uruguay informa a distintos países (Turquía, Venezuela, Líbano y Qatar) que el sirio está legalmente habilitado a abandonar el Uruguay.
No obstante Diyab continúa la huelga de hambre iniciada ya hace 60 días.
Pablo Chargoñia, abogado patrocinante de las peticiones legales al Estado uruguayo aclaró que solo se ha cumplido parcialmente con la entrega de los documentos prometidos.
Si bien las cartas a los países fueron entregadas, el ex preso de Guantánamo exige conocer también los documentos en los que los gobiernos de Uruguay y Estados Unidos acordaron la llegada del refugiado así como los documentos referentes a su traslado desde Venezuela hacia Uruguay.
Luego de años de prisión en Guantánamo y 2 años como refugiado alejado de su familia, es necesario que el Estado haga inmediatamente todo lo necesario para garantizar el reencuentro con su familia.
Renuncia Mirza
En el día de ayer se conoció también la renuncia de Mirza a su rol de nexo entre el gobierno y Diyab. El profesor termina culpabilizando al ex preso de Guantánamo de este hecho, y contribuye de esta manera a la imagen que quiere dar el gobierno frenteamplista de que el problema es la intransigencia de Diyab y sus pedidos desmedidos. Las críticas y suspicacias sobre las personas que acompañan a Diyab que se deslizan desde funcionarios gubernamentales y que amplifican los medios de comunicación, empeoran la situación del refugiado y son nuevas trabas para una solución a su problema.
El gobierno del Frente Amplio así como el de Estados Unidos son responsables de esta situación y de lo que pueda suceder con su delicado estado de salud. |