Aunque las estimaciones de las ganancias de esta importante multinacional con sede en Luxemburgo sean menores a la del año pasado, sigue siendo una cifra exorbitante: 407 millones de dólares en el segundo trimestre del 2014 y esperan mas de 380 millones de dólares para el tercer trimestre de este año.
Mientras los ejecutivos y accionistas de la empresa esperan que termine el año para sacar las cuentas de sus beneficios, los trabajadores esperan que llegue para tomarse un merecido descanso luego de un nuevo y agotador año junto a la máquina, la que a veces se la ve más que a la familia.
“Buenas” y “malas”
Trabajadores consultados por La Izquierda Diario aseguran que lograr que te toquen las vacaciones en una fecha “buena” es todo un parto. No importa los años que tengas en la fábrica las vacaciones “siempre te ’sugieren’ fraccionar.... y sino te las dan todas juntas en fechas muy malas”.
Los trabajadores utilizan esos términos pero lo bueno para los trabajadores no lo son tanto para los patrones. Estos quieren garantizar a toda costa la mayor producción posible. Como sucede en casi todas las empresas, las vacaciones de los trabajadores se tienen que amoldar a las necesidades de la empresa.
En algunos sectores de esta siderúrgica, otorgan vacaciones a todo el personal en una fecha para hacer mantenimiento o modificaciones a las instalaciones.
“Siempre tratan de darte lo menos que se pueda en periodo estival. Porque supuestamente, cuando nosotros estamos de verano, en el resto del mundo están a full y hay que abastecer.” Ahí empieza el tire y afloje con la jefatura para lograr una fecha “buena”.
Los “cubrevacaciones”
En esa maquinaria que por 60 años viene lubricando esta multinacional logró naturalizar la modalidad de contratados eventuales para cubrir puestos durante el período estival. Los empezaron a llamar “cubrevacaciones”. Guillermo Bentancourt, referente del PTS en la fábrica dijo a LID “en ciertos casos cubren hasta 3 períodos por 6 meses, sólo un puñado logra seguir firmando contratos mes a mes, el resto a la calle. Hay una naturalización de la precarización laboral que cuenta con la complicidad del sindicato y el ministerio de trabajo”. Los “cubrevacaciones” son en su mayoría jóvenes en busca de su primer experiencia laboral “tenemos que soportar las basureadas de jefes y supervisores para seguir con la ilusión de quedar algún día, un jefe me marcó y ya no pude volver a trabajar en la fábrica” cuenta un jóven.
Compartimos la reflexión de un trabajador de Siderca Campana. | 
