Raúl Baigorria, además de ser un trabajador es un luchador, y es por ello que también es delegado de su sector, porque está convencido que solo luchando se le puede parar la mano a este gobierno y lograr las reivindicaciones de los trabajadores de la salud, pero sabiendo que son también para la comunidad, y sobre todo, para el pueblo pobre, que es el que utiliza el Hospital público.
En noviembre del año 2011 la Legislatura neuquina, “estrenó” su lujosísimo nuevo edificio mediante una brutal represión por parte del gobierno provincial a los trabajadores de la salud, que reclamaban en sus puertas. Raúl, que es uno de los siete choferes de ambulancia de todo el hospital, estaba de guardia y tuvo que ir a buscar heridos de la represión. Al llegar al lugar, un Comisario quiere obligarlo a que lleve a un policía supuestamente lesionado a una clínica privada, a lo que el ambulanciero le explica que puede llevarlo al Hospital, una vez que cargara a las tres personas heridas, que había ido a buscar. El policía se niega, y otro policía lo traslada raudamente a la clínica privada en una moto. Su lesión era leve.
Tres años después Raúl es citado a una audiencia en la que fue acusado por la fiscalía y el policía supuestamente lesionado como querellante del delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. En esa misma ocasión se le comunica que ya se encontraba fijada la fecha de juicio oral. La defensa de Raúl estaba a cargo de la conducción de ATE, y en esa audiencia su abogado no realizó ningún planteo y se limitó a adherir a la prueba ofrecida por las partes acusadoras.
Es en ese momento donde comenzó por parte de Raúl y la Junta Interna ATE del Hospital Castro Rendón, recientemente recuperada por la oposición a ATE agrupada en la agrupación Violeta Negra, una enorme campaña contrarreloj, exigiendo el sobreseimiento de Raúl y es cuando desde el CeProDH asumimos su defensa. ¿Y cómo no lo íbamos a hacer si en Raúl estaba acusada la lucha de los trabajadores de la salud? ¿Cómo no hacerlo, si en ese banquillo querían el fiscal y la policía atacar a los que luchan? Así lo hicimos, asumimos la defensa de Raúl Baigorria en las peores condiciones, con una causa totalmente armada, con la aquiescencia de la propia defensa anterior y con seis testigos, todos policías. La amenaza de pena era multa más inhabilitación especial, es decir, que luego de 25 años en el sistema público de salud neuquina Raúl se quedaría sin trabajo.
Una audiencia preliminar que dio sus frutos
Es así que en forma inédita conseguimos que se nos escuchara, 4 días antes del juicio oral, en una audiencia preliminar en que pudimos decir todo aquello que no se había dicho. Planteamos que no había delito, que era una causa armada contra un luchador, que la acusación era nula, que se habían vencido todos los plazos, que el policía no podía ser querellante, y que, como mínimo nos tenían que permitir ofrecer prueba para que se pudiera defender.
Mientras en la sala se escuchaban nuestros argumentos, afuera se escuchaban voces de aliento y acompañamiento; una importante movilización se desarrolló fuera del juzgado en el marco de un paro provincial dispuesto por ATE Neuquén, para exigir el sobreseimiento.
El Fiscal y la querella se oponían, con un total desprecio contra los trabajadores, insistiendo en que el juicio ya estaba fijado y nuestros argumentos eran descabellados.
Y como la justicia siempre se inclina hacia los de arriba, hacia los poderosos, la casualidad no tiene cara de hereje en este caso. El mismo Fiscal que actuó en esta causa, Fernando Fuentes, y el propio querellante también en esta causa, Gustavo Lucero (abogado institucional de la policía provincial), fueron también parte en la causa que investigaba las responsabilidades políticas de los policías involucrados en la represión en que murió Carlos Fuentealba, acordaron el sobreseimiento de todos los policías imputados, y así resultó. Aquí sin embargo, cuando la justicia acusa a un trabajador insistieron. Pero no podía resultarles peor.
Un sobreseimiento logrado con la lucha
Finalmente, al día siguiente la Jueza de Garantías Ana Malvido resolvió declarar la nulidad de la acusación a Baigorria tanto por parte de la querella como de la Fiscalía, reconoció que Baigorria había tenido, asesorado por los abogados de ATE, una defensa ineficaz y que por ello podía avocarse a los planteamientos que realizamos. Como consecuencia, dictó el sobreseimiento de Raúl Baigorria, quien presente en la sala, con los ojos llenos de lágrimas, comprendía que este sobreseimiento se había arrancado con la lucha, y que tenía que ser el puntapié para avanzar en los miles de procesados que existen en todo el país.
Para nosotras, como abogadas de trabajadores, sabemos que este fallo no favorece sólo al caso concreto, sino que resulta un aporte valiosísimo para que sigamos dando batalla contra el ataque por la vía del sistema penal a los que luchan.
En nuestra región, son cientos los procesados por luchar. Obreros ceramistas, trabajadores estatales, docentes, y principalmente, integrantes del pueblo mapuce son cotidianamente atacados por causas penales, armadas por verdaderos funcionarios públicos, por esos Fiscales que son prontos para atacar a los que luchan, pero lentos o nulos para investigar a los corruptos y a los integrantes de Fuerzas Represivas. Desde el CeProDH hemos manifestado que con la reforma del Código Procesal Penal de Neuquén ha existido un claro “expansionismo Fiscal”; hay Fiscales en todos lados, creándose inclusive fiscalías itinerantes en la zona de Vaca Muerta para garantizar las ganancias de las petroleras. Nada es suficiente para criminalizar a los de abajo.
Pero hoy la justicia neuquina no pudo avanzar. Porque miles de trabajadores y trabajadoras sintieron como propia esta pelea. En el caso de Raúl se hizo fuerza aquélla frase, “si tocan a uno, tocan a todos”. Y por eso, queda mucho por luchar. |