Los especialistas en asistencia a naciones vulnerables vaticinan que este país demorará por lo menos medio siglo en ver alguna mejora en su situación. Esto lógicamente esa sujeto a si Haití logra tener, a nivel desastres naturales, un plan de contingencia que le permita contener futuros eventos de la naturaleza. Para eso necesita una ayuda internacional de manera real y comprometida.
En declaraciones a la cadena británica BBC, Vijaya Ramachandran, especialista en asistencia humanitaria en estados vulnerables del CGD (Centro para el Desarrollo Global), señaló que el mayor problema de la ayuda internacional “es que no existe un registro sistemático y riguroso que analice en qué y cómo se ha gastado el dinero de esas ayudas internacionales”.
Por otro lado, sismólogos de Estados Unidos estipularon que otros de los problemas es que Haití está ubicado en una zona peligrosa, ya que su ubicación en el mapa mundial hace que sea “muy vulnerable a huracanes, debido a sus grandes franjas costeras, y también es presa fácil de terremotos, debido a que se localiza justo en la zona limítrofe entre dos placas tectónicas, la del Caribe y la norteamericana”.
La furia de la naturaleza no ha tenido piedad en Haití y desde 1980 nueve huracanes y tres tormentas tropicales lo han golpeado.
Registros
El ciclón Allen en 1980 golpeó este empobrecido país, lo que cobró 220 vidas y dejó a 835 mil personas sin hogar.
En 1988 Gilberto azotó el país, lo que dejó 53 muertos. Según el gobierno, el puerto de Jacmel fue destruido por olas de tres metros y los daños cuantificados fueron de 91.3 millones de dólares.
En 1994 el huracán Gordon causó mil 122 muertos y arrasó con varias comunidades que quedaron anegadas.
En 1998 al menos 170 personas murieron tras el paso del huracán George, que dejó 168 mil damnificados.
En 2005 el ciclón Dennis dejó 45 muertos, 16 desaparecidos y 15 mil damnificados.
En 2008 las lluvias provocadas por el huracán Gustav provocaron desprendimientos de tierra y derrumbes que cobraron 66 vidas, dejaron 10.376 damnificados y 2.121 viviendas destruidas.
También en 2008, el ciclón Ike causó inundaciones, dejó 40 fallecidos y arrasó con puentes que conectaban varias comunidades.
En 2012 el huracán Sandy dejó 54 muertos y sin hogar a más de 200 mil personas. El ciclón dejó casi la totalidad del sur haitiano bajo el agua, además de que destruyó los cultivos. Los daños fueron cuantificados en 750 millones de dólares. Un mes después, el recrudecimiento del cólera cobró 44 vidas e infectó a otras 5 mil personas.
Las tormentas tropicales también han sido una pesadilla para los haitianos, como la de mayo de 1994, que tras 72 horas de intensas de lluvias cobraron 1.068 vidas y dejaron 1.600 desaparecidos en el sur del país.
En septiembre de 2004, 1.330 personas perdieron la vida y 1.056 fueron reportadas desaparecidas por las inundaciones causadas por la tormenta tropical Jeanne, que afectó la zona de Gonaive y dejó 315 mil damnificados.
Entre octubre y noviembre del 2007, la tormenta tropical Noel dejó 64 muertos, 16 desaparecidos y 20 mil damnificados.
En septiembre del 2016 el huracán Matthew golpea el país, sumiéndolo más en una crisis que parece interminable, con cerca de mil muertos y miles de damnificados.
A estos fenómenos se suman también los terremotos, como el del 22 de septiembre de 2003 con 6.4 grados en la escala de Richter, pese a que registró epicentro en República Dominicana tuvo secuelas en Haití, donde decenas de casas colapsaron.
Pero el terremoto del 12 de enero de 2010, de 7.3 grados Richter causó un daño sin precedente en Haití, con 316 mil muertos, dejó amplias zonas del país destruidas y más de un millón de damnificados.
A seis años y nueve meses de distancia del último terremoto, más de 85 mil personas en Haití vivían en campos de desplazados, lejos de recuperar parte de su vida cotidiana y según reportes de la Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO) de la Comisión Europea, esta normalidad tardará en llegar al no haber una coordinación y compromiso real entre el gobierno haitiano y los donantes internacionales.
El gobierno haitiano ha expresado ante autoridades de la ONU tanto en Nueva York como ante integrantes de la Misión de Naciones Unidas para Haití (UNMIH), su frustración al asegurar que la ayuda prometida por la comunidad internacional después de cada catástrofe no ha llegado con prontitud y la poca asistencia, como alimentos, ropa y medicinas, ha sido por mediación de Organizaciones No Gubernamentales y algunas naciones amigas que no son potencias mundiales.
Mientras esto acontece, 62.600 haitianos desplazados viven en 36 campos provisionales desde el terremoto de 2010, 500 mil están expuestos a desastres naturales al habitar zonas de alto riesgo, mientras que 25 mil personas corren el riesgo de contraer cólera en los próximos meses debido a la falta de agua potable y asistencia sanitaria, según datos de Naciones Unidas. |