Sájarov nace el 21 de mayo de 1921 en el seno de una familia de la intelligentsia moscovita. Estudia física, que había sido la carrera de su padre. Salvado de la movilización por su débil constitución física se gradúa en 1942. Deja de estudiar y se aplica a la logística bélica en la fábrica de municiones de Ulyanovsk. Terminada la guerra es invitado oficialmente para continuar sus estudios en el Instituto de Física Lébedev de Moscú, donde se doctora en 1947.
Al enterarse de la caída de la bomba atómica de Hiroshima, sintió que “su destino y el de muchas otras personas, tal vez la humanidad entera, había cambiado de la noche a la mañana”. En 1948 Igor Tamm, jefe del Instituto Lébedev anunció a Sájarov y a otros colaboradores que les habían asignado la investigación de la bomba de hidrógeno. Sájarov corrigió la primera versión que había elaborado el instituto, proponiendo un nuevo diseño (la sloika), un bollo esférico con una bomba atómica en el centro, rodeada de capas de deuterio y uranio. Esta idea fue perfeccionada por Vitaly Ginzburg con el empleo de deuteriuro de litio.
Sájarov puso todo su celo en la construcción de la bomba. Suscribía la idea de “equilibrio estratégico”: “… el precio pagado por un país pobre, hambriento y devastado por la guerra… todo ello confería un gran dramatismo a la situación y nos daba fuerzas para creer que nuestro sacrificio no sería en vano”. Estaba convencido de lo necesario que eran estas armas para evitar el chantaje nuclear de parte de los EEUU. En marzo de 1950 su equipo fue asignado a una ciudad secreta, Arzamas-16, un complejo militar situado junto al monasterio de Sarov, a 500 kilómetros de Moscú. Sájarov ideó un sistema de confinamiento de plasma, que destruiría cualquier pared material, base del reactor Tokamak, que produce energía por fusión sostenida.
La prueba de la sloika fue un éxito: la energía liberada era 20 veces superior a la de la bomba de Hiroshima. Sájarov, a los 32 años, fue elegido miembro de la Academia de Ciencias Soviética. Se le concedió el premio Stalin y el título de Héroe del Trabajo Socialista.
Sin embargo, el gobernador de Arzamas informó, en 1955, que pese a su excelencia científica, la conducta de Sájarov no era encomiable. Ocurría que Sájarov, impresionado por la muerte de miles de aves luego de los ensayos nucleares, se enfrascó en libros de genética para calcular cuántas personas en todo el mundo se verían afectadas por cáncer como consecuencia de la proliferación en la atmósfera de elementos radioactivos. Calculaba en cientos de miles la cantidad de víctimas.
Durante años rogó por la suspensión de las pruebas, suplicó a jefes de Estado y enfureció, en vano, a colegas y superiores. Sus ideas lo fueron comprometiendo cada vez más en la defensa de los derechos humanos, participando a partir de diciembre de 1966 en manifestaciones de este tipo. Ese mismo año firmó un manifiesto contra la rehabilitación de Stalin e intercedió a favor de los disidentes ante el gobierno, por lo que vio drásticamente recortado su salario y perdió una de sus puestos. En julio de 1967 abogó a favor de la moratoria sobre misiles antibalísticos propuesta por EEUU, aduciendo que la carrera armamentista haría muy probable la guerra nuclear. Quiso también buscar de convencer a los científicos norteamericanos a controlar a sus halcones. Las respuestas que tuvo lo convencieron que los poderes no tenían idea del peligro a que se exponía a la humanidad. En 1968 escribió un artículo describiendo el grave peligro de la guerra nuclear. Lo envió a Brezhnev y a la prensa clandestina, por lo que fue leído en la BBC y publicado por el New York Times. Sájarov fue influido por Leo Szilard quien criticaba abiertamente la carrera de armamento nuclear y conocía también opiniones por el estilo de Albert Einstein, Niels Bohr y Albert Schweitzer. Se le ordenó que no volviera a Arzamas y sufrió siete años confinado en Gorki. Nunca abandonó su amor por la física teórica.
Tratando de explicar el hecho peculiar de la asimetría en la escala cosmológica, Sajarov la relacionó con una desviación de la simetría en el mundo submicroscópico. La llamada CP-asimetría (propuesta por Susumo Okubo en 1958) tomaba en cuenta una pequeña y sutil diferencia entre ciertos tipos de partículas y sus anti-partículas. Sajarov añadió la predicción de que los protones pueden decaer de forma espontánea, transformándose en otro tipo de partículas, lo que daría lugar a una asimetría entre materia y antimateria en la rápida expansión de plasma súper denso que componía el universo temprano justo después de que se produjera el "Big Bang".
Recibió en 1975 el premio Nobel de la Paz. |