¿Cómo está la situación de los trabajadores del Colón con sus directivos y sus políticas para el teatro?
Es de público conocimiento que Darío Lopérfido desde la dirección artística del teatro Colón quiere reestructurar el área escenotécnica y así tener control del presupuesto.
Viene dándose una situación en el teatro de querer modificar la estructura jerárquica, por una disputa entre Lopérfido y María Victoria Alcaraz que es la directora general, sobre qué tipo de teatro conducir. Lopérfido quiere pasar las áreas escenotécnicas a la esfera del control artístico. Aunque esta interna no es algo evidente, ninguno la plantea abiertamente, el plan de Lopérfido llegó hasta el último rincón del teatro como una posibilidad de reestructurar.
Si bien también corrió por los pasillos que Alcaraz no iba a permitir de ninguna manera que se avance sobre esta reestructuración, nunca se pronunció públicamente en ningún ámbito donde los trabajadores podamos tener certeza de esto e incluso poder escuchar el porqué de este proyecto y si Alcaraz está en contra. No nos dicen a los trabajadores abiertamente cuál es su postura, qué tipo de teatro quiere llevar adelante, qué proyecto.
Justamente con esta misma postura de los directivos, vienen acumulándose una serie de reivindicaciones de los trabajadores como por ejemplo: recomposición de los salarios, que se garantice la provisión de materiales e insumos y se regularice la situación del personal contratado y su salario realizando las mismas tareas que un efectivo, ya que no supera los 10 mil pesos y se sumaron las problemáticas que vienen dándose en relación a la programación, eventos privados, y los futuros casamientos y todo tipo de negociados "artísticos" utilizando el nombre y el prestigio del Teatro Colón.
Sobre estas cuestiones, más allá del proyecto de Lopérfido, verdadero o no, ninguno de los directivos manifiesta estar en contra de estos avances privatistas de convertir al teatro en una sala de alquiler y no de producción propia. Esto implicaría desarrollar un proyecto de teatro donde todas las áreas potencien sus cualidades y se las integre y considere en la planificación de la programación, proveerles los materiales necesarios en tiempo y forma y trabajar en condiciones dignas para realizar un trabajo colectivo de la calidad que supo ofrecer el Teatro Colón.
Hay que tener en cuenta que las áreas escenotécnicas manejan el mayor presupuesto, ya que son las áreas que hacen la realización de todo, escenografía, pintura, peluquería, zapatearía, herrería, carpintería, efectos especiales, iluminación y otras áreas, todas con presupuesto anual para llevar adelante cada temporada, como un teatro de realización propia y es ahí donde está el quid de la cuestión.
El plan viene de hace rato y quieren instalar la idea -y ese es el discurso que se plantea públicamente- de que el Colón "sea popular", para todos. Esto implica volverlo una sala de alquiler y no de producción propia, ir bajando obras que requieren mayor presupuesto y traer artistas y distintos espectáculos de afuera. Incluso vienen dándose todo tipo de eventos en la “Usina del arte”, “Teatro 25 de mayo”, “Plaza del Vaticano” y el Colón mismo, donde algunos días, como por ejemplo los lunes u otros, se utiliza el personal del teatro.
Y mientras tanto en el teatro hay aéreas descentralizadas como los talleres de la NUBE, en Chacarita, donde las condiciones de seguridad son muy precarias, se inunda, hay riesgo eléctrico, los trabajadores sostienen a pura voluntad la realización de los trabajos. También hay personal contratado, tercerizados sin estructura de planta. A pesar de que existe esta realidad, se crearon puestos de gerentes y subgerentes que superan los salarios de cualquier trabajador, cobran alrededor de 60 mil pesos y no hay claridad de cuáles son las tareas que desempeñan, digamos que muchos son puestos fantasmas...
Esta situación y el plan parecen ser un verdadero ataque al teatro y sus trabajadores. ¿Han tomado alguna decisión o alguna acción al respecto?
De forma espontánea muchos sectores al ir enterándose del supuesto proyecto de reestructuración de las áreas escenotécnicas convocaron al escenario donde resultó dándose una asamblea que puso de manifiesto el repudio y el cuestionamiento rotundo al proyecto de Darío Lopérfido. Todas las áreas se pronunciaron en contra y exigieron explicaciones del supuesto plan.
Ante tal convocatoria y a la situación de reuniones que venían realizándose de parte de distintos trabajadores de diversas áreas técnicas sobre reivindicaciones pendientes que mencionamos arriba, se sumó este grave problema de querer avanzar en la reestructuración y hay un proceso de reuniones permanentes donde venimos debatiendo no solo recuperar nuestro salario devaluado, la mejora de nuestras condiciones laborales, tanto salariales, de estabilidad laboral y el pase a planta de todos los contratados, la falta de espacio en los talleres, baños, duchas, espacios de recreo, sino también qué tipo de teatro queremos los trabajadores, que el Colón desarrolle sus potencialidades de producción propia y que eso se retribuya a la sociedad culturalmente.
En estos días se realizó una nueva asamblea en la que debatimos las novedades que surgieron luego del intercambio entre los delegados, el director obrero y diversos directivos del teatro, entre ellos María Victoria Alcaraz y se comprometieron a dar respuestas en 15 días del petitorio entregado por los trabajadores que integra todas las reivindicaciones atrasadas y no resueltas y las que respectan al futuro del teatro en lo referido a su proyecto de producción propia.
Este petiorio se presentaría en el ámbito del Ministerio de Hacienda y el de Cultura donde deberían darnos una respuesta a todos los reclamos y es acá donde se termina comprobando el rol que juegan los directivos y hasta qué punto están dispuestos a pelear por un teatro con producción propia.
Creemos que luego de un vacío de participación de años por falta de espacios democráticos empieza a darse un resurgir de las nuevas generaciones de trabajadores que venimos volcando nuestras inquietudes, siendo críticos de la gestión y el trato que recibimos de parte de los directivos. En las reuniones se votaron representantes por sector que son independientes de los delegados.
Esto pone de manifiesto que el funcionamiento del teatro es un compromiso que está dado desde la voluntad de los trabajadores y es por eso que se sostienen los estrenos que se realizan, pero no así de los funcionarios que como Lopérfido, repudiado por una gran mayoría de trabajadores de la cultura, tanto por sus dichos en relación a los desaparecidos, como también por el proyecto de teatro que desea instalar.
Está en manos de los trabajadores mismos, que nos organicemos para que no se avance sobre las conquistas y necesidades pendientes para sostener un teatro realmente para todos. |