Foto: Joe Molina
En dicha entrevista Gallego justifica su decisión por la buena situación de CCOO en el ámbito interno, al incremento de afiliación, un buen ambiente de trabajo y la necesidad de renovación, es decir que cuando mejor funciona, según él, es cuando decide dejarlo.
“A las organizaciones sociales y en especial las sindicales en este escenario les corresponde estar a la ofensiva desde la denuncia, la presión y la propuesta. En la negociación colectiva con organizaciones empresariales y gobiernos, las organizaciones sindicales han de atender las demandas de los trabajadores y trabajadoras y de la ciudadanía en general y convertirlas en cambios reales en acuerdos de medidas y acciones”, ha declarado al mismo diario.
Pues si, Sr. Gallego no podemos estar más de acuerdo con sus deseos, el problema es que son solo buenos propósitos. Atender esas demandas que usted nombra es precisamente lo que no han hecho ninguna de las direcciones sindicales en este país, entre las que se encuentra CCOO como líder.
El paraguas de la crisis esta dejando al descubierto todas las flaquezas, carencias y por supuesto la falta de espíritu de lucha que se supone ha de tener un sindicato de clase como ustedes se hacen llamar.
Creo que no se descubre nada cuando se habla de la pérdida de confianza de los afiliados, cada día surgen nuevas corrientes críticas fuera y dentro CCOO, los propios delegados sindicales reconocen no estar demasiado de acuerdo con la línea de pactismo impuesta, pero como evidentemente quedan buenos luchadores bajo sus siglas que creen que aún se puede trabajar desde dentro, estos siguen haciendo de soporte de la estructura.
En su camino ha dejado atrás todo un reguero de trabajadores en el paro, trabajadores y trabajadoras que un día confiaron que las siglas que usted representa defenderían sus derechos, como afiliado y como trabajador.
¿Debemos acaso recordarle algunos datos?, ¿se acuerda usted de Panrico?, ¿se acuerda que unos cientos de trabajadores y trabajadoras se plantaron ante la puerta de la sede del sindicato que usted representa, y que funciona tan bien, para pedirle explicaciones de su traición y usted no quería dar la cara? ¿se acuerda que una asamblea de estos mismos trabajadores y trabajadoras en sus propios locales les exigió una determinada linea de actuación contra el ERE que estaban sufriendo y la cúpula del sindicato optó por el chantaje?
No deja de ser una manera extraña de interpretar los propósitos que lanza a la hora de irse, de hecho, parece todo lo contrario. Bajo el rasero del mal menor su sindicato que es líder de no se cuantas cosas, ha dejado sin trabajo a miles y miles de trabajadores, de todos los sectores, apostando por la táctica de pacto con los empresarios y actuando como verdadero muro de contención de todos los intentos de la clase trabajadora de luchar por sus derechos.
Váyase, si Sr. Gallego, un tercer mandato sería insoportable para usted y para nosotros, un gesto importante sería asegurarse que en su sillón se sentará alguien que representara verdaderamente a la clase trabajadora, que no le temblara el pulso a la hora de enfrentarse al sistema capitalista que nos asfixia, que pudiera ser elegido democráticamente desde las bases y por supuesto fiel a los principios que su sindicato declaró en sus inicios. |