Mientras transitan la carrera electoral por un puesto en el 2015, algunos sindicalistas se tropiezan con el problema económico y la caída del salario, en sus ambiciones políticas. La necesidad de un bono de fin de año que compense un poco la suba de la inflación, se hizo sentir tanto por los trabajadores de base que tuvo que ser tomado por dirigentes de la talla de Antonio Caló, en una carta donde “aconseja” a los empresarios darles algunos pesos a sus operarios. Es bien conocido el poder que ostentan los sindicatos argentinos y sus dirigentes, los que así mismos desde el peronismo, se hacen llamar la columna vertebral de ese movimiento. Está por terminar el año y en el 2015 también el ciclo kirchnerista. En este camino inevitable, ¿qué cartas juega el sindicalismo argentino y cómo se expresa en los bastiones de los barones del PJ?
Hasta no hace mucho, camioneros, con Moyano a la cabeza, han sido pilares del kirchnerismo antes de su ruptura por cuestiones de cargo en la anterior elección. En el transcurso de estas semanas, y con las elecciones de 2015 casi en la cara, distintos sectores han empezado a retorcerse para intentar acomodarse, en busca de presionar a un peronismo y su variante kirchnerista, que arrastra una clara crisis de sucesión con poco peso en el movimiento obrero organizado.
El problema del bono de fin de año no es solo un pedido para pasar mejor las fiestas, sino más bien una necesidad que se viene acrecentando en los últimos años, para darle batalla al alza del costo de vida y tomar una bocanada de aire hasta las ansiadas “épocas de paritarias”. En un año donde los aumentos salariales ya perdieron por knock out contra la inflación, a algunos dirigentes se los ve más preocupados por elegir que traje electoral van a calzarse el año que viene, que será agitado también por los conflictos gremiales y por las necesidades de sus afiliados.
Uno de los ejemplos más claros se encuentra en La Matanza con la figura de Carlos Gdansky, quien en voces de otros ha lanzado su candidatura a la intendencia en el distrito de Fernando Espinoza, posible candidato a gobernador. Nadie se anima aún a patear el tablero, pero los rumores de pasillo se hacen eco en todo el distrito. Pero lo que estos dirigentes no notan, es que también se hace eco y bronca, ante las respuestas no dadas por el oficialismo, ni por la oposición.
El propio Carlos Gdansky ha venido evitando que se destape la olla de la bronca generalizada en su gremio, luego de que la quiebra de la histórica Lucas Indiel y su cierre (hoy cooperativa) y que tenga sus expresiones en pequeños talleres que vienen dejando a los obreros en la calle. Así como también la quiebra y el abandono de otra importante fabrica, Rapistant, que por la lucha de sus obreros con cortes de ruta, movilizaciones y toma de la planta, mantuvieron su fuente de trabajo, bajo otra patronal, pero donde los delegados de la UOM terminaron “arreglando” irse a cambio de un buen dinero.
Sin embargo, aún sin generalizarse, han surgido pequeñas expresiones del descontento hacia el “futuro candidato a intendente”. Fue en la reciente elección de delegados en CGR, importante autopartista bajo convenio metalúrgico, una lista referenciada en Kraft, Lear, Donelley y Jabón Federal, que ha ganado la comisión interna ante una lista apadrinada por la conducción regional metalúrgica, y se propone extender su influencia. Como repudio a este resultado electoral, la empresa ha cortado las horas extras y hasta amenaza con tercerizar parte de la producción, cuestión que está en disputa con la dirección interna de los trabajadores.
Sea quien sea el próximo intendente tendrá que enfrentar problemas estructurales que no se han resuelto en estos diez años y que se agravan en el distrito más poblado de Buenos Aires. Las inundaciones y el penar de miles de familias obreras de La Matanza, donde rige el lema: “cada vez que llovió, se inundó”. Adelanta lo que se viene, el hecho de que un grupo de vecinos echó al intendente Espinoza cuando llegó custodiado por gendarmería, a una barriada en Laferrere el último fin de semana.
Los dirigentes sindicales más importantes como la UOM no dudan en hacer grandes galas con mucho dinero para honrar a sus aliados políticos, pero no han hecho ni una colecta de alimentos o donado algunos colchones para las familias trabajadoras, como si lo han hecho desde los sindicatos influenciados por la izquierda, como en Jabón Federal, el Suteba La Matanza, y distintas fábricas de la zona.
El futuro candidato a intendente y el actual, enfrentan una crisis en común, con herramientas comunes, pero sin la confianza de los trabajadores. |